lunes, 4 de abril de 2016

VACACIONES

Renuncio a escribir otra crónica sobre nuestra reciente estancia en Benidorm, porque en el blog ya he dado cuenta de otras estancias parecidas, incluso en la última, creo recordar, asocié un color a cada capítulo que describía nuestras vacaciones allí, de modo que, habiendo inventado la crónica polícroma, para qué repetirme.

Sin embargo, hemos presenciado allí una experiencia singular, a la que haré referencia, antes de entrar en el auténtico tema de hoy, las vacaciones de nuestros políticos, que se prolongan incluso mas que las de las gentes de a pié.

He traído en el bolsillo de la americana un sobrecito de azúcar de un local de copas de la playa de Levante de Benidorm. Lo he traído para que no se me olvide el nombre del local, Penélope. pues en su terraza tomamos unos cafés y presenciamos un espectáculo que a mi me pareció insólito.

Lo insólito no fué el culito de la bailarina rubia que evolucionaba en una especie de escaparate que evocaba los del Barrio Rojo de Amsterdam, o el paquete del latino que se turnaba con ella en las exhibiciones, sino las caras embobadas de las docenas de personas que circulaban por el marítimo y al llegar frente a la atracción de Penélope se detenían y quedaban presas de lo exótico del reclamo que conseguía inmovilizarles, que se olvidaran del paseo.

Entre esas docenas de gentes había de todo,jubilados españoles, turistas extranjeros, jövenes hoolligans ingleses, mujeres solas, mujeres acompañadas de otras mujeres, pero, a pesar de su diversidad, todos se comportaban del mismo modo, y yo, que los contemplaba desde el lugar donde tomaba café, llegué a la conclusión de cuánto nos parecemos todos, con independencia de la edad, la procedencia, las creencias, visto que ante un estímulo determinado, respondemos de la misma manera.

Las encuestas se encargan de medir cómo respondemos a determinados estímulos, pero, ciertas encuestas, las que tratan de política, a veces parecen encargadas junto a una receta que las cocina a gusto del cliente.

Hoy, mientras tomaba café en nuestra última mañana en Benidorm, en el Carpe Diem, para mi el mejor café de la Alameda, he visto dos o tres páginas en El Mundo, dedicadas a analizar una de esas encuestas pre cocinadas, de Sigma 2, y me ha llamado la atención la enorme dósis de sectarismo que acompañaba su interpretación.

Por suerte, unas páginas después he encontrado una columna que ponía en su sitio las exageraciones sectarias del comité que dirige esta publicación.

A ver, si los políticos se están tirando tres meses de vacaciones, algo más desde el 20D, unas vacaciones mucho más prolongadas que nuestros modestos ocho días en Benidorm, cómo es posible que, sin haber hecho ellos nada, sin haber gobernado, sin haber dado mítines de pre campaña, ni nada de eso, solo dedicándose a aparecer en los medios, o en los chistes gráficos, como Rajoy, que aparece hoy tumbado bajo una colcha, con un termo al lado, sin dar ni golpe,  cómo es que esta inactividad produce en las encuestas resultados tan espectaculares como nos quieren hacer creer.

Hombre, si hubieran empezado a gobernnar, puedo creer que las tareas de gobierno y oposición, pudieran tener un efecto visible en las encuestas, pero así, sin dar ni golpe, solo dando discursitos de vez en cuando que no se pueden traducir, por definición, en medidas de gobierno, es imposible, oiga, que los vaivenes que nos cuentan en las encuestas respondan a algo real.

Vacaciones. Nuestros políticos andan de vacaciones hace ya más de tres meses. ¿Se ha hundido el país por eso? Para nada. Saben porqué pìenso que eso es asi, porque la Economía, en contra de lo que nos quieren hacer creer, no depende de la política. La Economía tiene sus propias leyes, ajenas a la política, si bien, la derecha declinante, en particular Rajoy, no deja de meter miedo a los electores haciendo ver que si gobiernan determinados partidos eso tendrá consecuencias en la Economía. Falso. Falso de solemnidad.

Con ese discurso y con la publicación de encuestas cocinadas, se quieren recuperar los votos perdidos por un sistema no corrupto, sino absolutamente corrupto. Esa estrategia de la derecha declinante, no es tan distinta de la de los listos de Penélope, que usan el paquete de un moreno y el culo de una rubia para que sus clientes potenciales se queden embobados y pierdan la noción de la realidad.

En fin. Vacaciones.  

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)  4 04 16.

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