jueves, 19 de mayo de 2016

EL BALCÓN

He vivido setenta y dos años pero, hasta hoy, no he tenido ocasión de pisar el balcón municipal que preside el Ayuntamiento de Heliópolis, aunque hay que precisar que ese balcón tiene menos años que yo, pues lo hizo poner allí López Rosat, un alcalde franquista que también se ocupó, sin éxito, de construir viviendas en el Parque natural del Saler, aunque dejó huella de ese intento frustrado, media docena de torres de apartamentos que ahora dan la sensación de habitar un espacio en medio de la nada.

Lo cierto es que el balcón de López Rosat fué ocupado después por Rita Barberá, la ex alcaldesa que está siendo interpelada por los de su tribu con el mayor de los secretos, quien, desde que tomó posesión de él, lo reservó para sus actos protocolarios, de amiguetes políticos o festivos, y no ha sido hasta el cambio de signo político del Ayuntamiento que el pueblo llano tiene acceso, al parecer los jueves como hoy, día de concierto, a esa atalaya desde la que se puede divisar la vida ciudadana, el tráfago urbano, con una perspectiva similar a la de las tomas aéreas de la película de Amenabar, Ipatia, recuerdan?

El caso es que hoy me he levantado un tanto huraño, mientras Encarna me acariciaba el rostro para ineresarse por la cantidad de crema que me he puesto después del afeitado, le he largado, en tono antipático, 'déjame en paz'.

Luego, consciente de mi error, he aceptado acompañarla al concierto que hoy se celebra en el Ayuntamiento, con la intención de reparar mi gesto maleducado.

Mientras ensayaban los músicos hemos visitado ese balcón que nunca antes había estado a nuestro alcance. Durante décadas, el balcón del Ayuntamiento ha sido un baluarte, una ventana desde la que Rita ha exhibido su mas combativo populismo, ese que Rajoy atribuye a los nuevos partidos, pero que Barberá ha ejercido hasta el extremo, no solo desde el balcón, sino en los mercados.

Nunca, en la historia política de esta ciudad, hemos tenido un personaje que haya simultaneado tanto el autoritarismo y el populismo. No tengo mayor interés en que Barberá sea imputada, me conformo con que desaparezca para siempre de la vida pública.

Hoy, mientras escuchaba el concierto ofrecido en un salón del Ayuntamiento por un quinteto de jóvenes músicos, observaba las columnas de mármol, los arcos de medio punto, los murales de las bóvedas,y reflexionaba sobre el origen imperial, monárquico, burgués de estas arquitecturas, aproximadamente las mismas que fueron invadidas por el pueblo llano, en París o Moscú, y celebraba en mi interior que, en este caso, haya sido un alcalde democrático quien las haya puesto a disposición del pueblo, sin mediar ningún tipo de violencia. Es esto radicalismo?, es esto populismo?. Es democracia.

El radicalismo, el populismo, que cada día imputa Rajoy a la nueva política, es una falacia. Populismo, en su máxima expresión, es lo que siempre ha simbolizado aquí Rita Barberá. Radicalismo, es la corrupción radical del Partido Popular, que ha ganado a todos los demás partidos en la carrera por la financiación ilegal en cada una de sus elecciones.

He salido un poco antes de que terminara el concierto, a fumar. Mientras esperaba a Encarna, al sol, en un banco de la plaza, he visto a unas personas que entraban en el Ayuntamiento, provistos de una pancarta, enrollada para que no se viera su lema 'La Valencia del fascismo'. Después ha entrado otro grupo, con una pancarta desplegada, 'No al fascismo en Valencia'. Al parecer, ambos lemas relacionados con la cumbre de partidos de extrema derecha, que se va a celebrar en Valencia, con la presencia de la nieta de Mussolini.

Si no tenemos esto claro, si no asumimos quién es quién en la próxima oportunidad que tenemos para expresarnos a través del voto, si no distinguimos lo que es radicalismo de lo que no lo es, lo que nos suceda después de las elecciones no será solo responsabilidad de los elegidos, también de los electores.

En fin. El Balcón.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 05 16.

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