viernes, 6 de mayo de 2016

VERANO

Me preguntaba, al pasar junto al Parque de Bomberos de camino al Maravillas, porqué están construyendo dos naves adicionales, cuando he caído en la cuenta de que el mes que viene comienza el verano, con unas previsiones de que va a ser un verano tórrido, viendo lo que ha sucedido en Canadá, una ciudad entera arrasada por las llamas, y el poco cuidado que tenemos aquí con las barbacoas en días de alerta por fuertes vientos, se entiende que los responsables de nuestra seguridad por episodios de fuego, amplien sus efectivos.

El fuego no se descubrió, estaba allí, los humanos aprendieron a usarlo en su beneficio, de modo cotidiano, y hay que suponer que, durante ese aprendizaje, dada la densidad arbórea de aquel tiempo, y el método de prueba y error que debieron seguir, es razonable estimar que la densidad arbórea original, se redujo drásticamente.

Recuerdo un par de viajes a Galicia, hace ya décadas, por motivos docentes, en pleno verano. Durante aquellas estancias de quince días, todos los días ardía algo en aquella comunidad tan frondosa, de modo que el paisaje siempre estaba decorado con alguna columna de humo, no siempre en el mismo lugar, claro.

Tuve una experiencia cercana de un incendio, cuando me hicieron sacar la caravana del viejo camping del Saler, porque se había declarado un incendio en el pinar próximo. Actualmente hay un retén de bomberos en el parque natural de el Saler, por lo que tal cosa no habría sucedido, aunque, por otra parte, aquel camping ha desaparecido, lo que me parece bien.

Por otra parte, hay incendios fortuitos, sin que medie la intervención humana, como atestigüa un pino quemado por la caída de un rayo, cerca de la casa de la sierra. El verano es, efectivamente, la estación de los incendios, sean fortuitos o provocados, y este verano, al parecer, se espera un incremento de los mismos, porque las condiciones climáticas se prevén proclives a ese aumento, pero también es la época del ocio, del disfrute, de las vacaciones, de la relativa desnudez de los cuerpos y también, de las actitudes, porque el verano es, ¡fiesta¡.

Elucubraba yo sobre todo esto al ver las dos naves en construcción en el parque de bomberos, cuando en el Maravillas, un titular de 'Levante' ha atraído mi atención.

'Doscientos mil valencianos tienen sus cuentas bancarias bloqueadas por deudas que les impiden disponer libremente de ellas'..algo así.

A ver, ahora que dicen que estamos creciendo, que salimos de la crisis, que el desempleo se modera --no sé porqué de las dos maneras que hay de medir el desempleo, Fátima siempre elige la que da cifras más bajas. Hombre, usa, por le menos la media, no?-- o sea que todo va de puta madre, nos cuentan que nada menos que doscientos mil usuarios de banca, solo en esta comunidad, no tienen acceso libre a sus cuentas.

Eso es un corralito, no?, limitado a los 200.000, pero corralito. La pregunta es, si eso está sucediendo ahora, que todo va bien, qué estuvo sucediendo en los peores momentos de la crisis, y no nos contaron.

Claro, esto no es ninguna novedad. El sistema actual, ese que muchos quieren perpetuar votando a Rajoy, ha funcionado así, ocultando a la ciudadanía lo que no convenía que supiera, informando de lo que convenía que se supiera al sistema. Ustedes mismos.

Nos espera pues, un verano calentito, con muchos conatos de incendio, mas provocados que fortuitos, y muy calentito también en el aspecto financiero, sobre todo para los usuarios bancarios que no pueden disponer libremente de sus saldos, pero tambien lleno de colores azules, amarillos, verdes, en las prendas de baño de quienes llenaran las playas dentro de no muchos días. Viva el verano.

En fin. Verano.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 6 05 16.

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