sábado, 14 de mayo de 2016

TIRANT LO BLANC

He perdido la cuenta del número de impactos visuales, de texto, discursivos, que han salido de los medios, por tierra, mar y aire, pera recordarme el aniversario cervantino y de paso, la existencia del Quijote, que pasa por ser la primera referencia de la literatura castellana, es decir, mesetaria, sin embargo, esos mismos medios silencian que fué el propio Cervantes quien, admirado por la obra de Joanot Martorell, un escritor periférico, se inspiró en el Tirant lo Blanc para construir su acervo litarario.

Han pasado cuatro siglos, creo, de la muerte de Cervantes, y seguimos con el centralismo de siempre, mesetarios y periféricos, a pesar de que el mayor potencial editorial de la literatura en España está en la periferia, no en el centro.

O sea, no es que me moleste que se le dedique tanta atención a Cervantes, lo que me molesta, tampoco mucho, es que se le dedique toda la atención, y se silencien los ilustres precedentes literarios del Quijote, divulgando, además, la falsedad de que el hidalgo de La Mancha es la primera novela de la literatura de por aquí.

Tengo dudas de si esta actitud crítica mía sobre los excesos cervantinos de ahora mismo, se debe a que estuve leyendo diariamente durante más de cinco años una edición escolar del Quijote en la escuela clandestina de una maestra represaliada, Mercedes, obligada a dar clases particulares, en cuya aula doméstica permanecí hasta los doce años, momento en que dejé la escuela para comenzar a trabajar por cuenta ajena, o se trata, simplemente, de un efecto de saturación, ese que se produce cuando una campaña publicitaria se excede en el número de spots, en la diversidxd de canales por los que ofrece sus mensajes persuasivos, hasta llegar a provocar una cierta hostilidad en los usuarios, en lugar de su adhesión.

Pero, dejando al margen toda esta parafernalia, Don Quijote prevalece como un personaje universal, sobre todo por su actitud ética ante la vida, más evidente aún porque va acompañada del pragmatismo de Sancho.

Es ese conflicto entre ética y pragmatismo el que subsiste después de cuatro siglos en la obra del Quijote, porque esas actitudes, tan humanas, siguen presentes en los conflictos de la sociedad, ahora mismo.

No hay más que observar los discursos, las actitudes, de los barones del PSOE, por decir algo, cargadas de pragmatismo cínico, para entender las dificultades de la nueva política, de la política quijotesca, para imponerse.

En fin. Tirant Lo Blanc.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 05 16.

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