La ropa que hemos traído de la sierra está en la lavadora, porque apestaba al humo de la chimenea. Me he puesto un pantalón nuevo para bajar al Maravillas. Después de dar un vistazo al Levante, ha entrado Pepe, el tramoyista jubilado, en su silla de ruedas, y el breve diálogo que hemos sostenido me induce a dedicar la entrada de hoy a esa especie de monólogo interior, salpicado con un breve diálogo inventado, en el que parece que me estoy especializando, en lugar de comentar las noticias de prensa, que ya me aburren, la verdad.
Tendré que abrir una sección nueva en el blog, chorradas... podría titularla pero, de momento, lo pondré en Artículos y Ensayos, porque me da pereza, sobre todo hoy que es el día que muere el sistema operativo XP, descanse en paz.
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Pepe. Me gusta ese pantalón nuevo que llevas, tan clarito, con esos reflejos rosa, pero, no es un poco llamativo para alguien de tu edad...
Bueno, no es nuevo, era azul, pero lo he manchado de orín, lo hemos puesto en lejía y ha salido así.. ahora orino sentado porque, si lo vuelvo a manchar, no se como saldrá...
Pepe. A tu edad, me parece normal que te mées encima, como es normal que los tíos que meamos de pie manchemos el suelo del cuarto de baño. Mi mujer me echaba la bronca, pero, ahora, como meo desde la silla, en el plato, se acabaron las broncas..
Mi falta de puntería no tiene que ver con mi edad, sino con el cirujano carnicero que
me extrajo un papiloma del glande y, de paso, me estropeó la uretra. Desde entonces,
cuando apunto a Francia, meo en Alemania, sentado no pasa nada, pero ya sabes, los tíos tenemos esa querencia a orinar de pié, y meto la pata...llevamos diez años pensando en comprar una pileta, pero nuestra capacidad para tomar decisiones y ejecutarlas es, mas o menos, como la del Consell actual...
Pepe.Y porqué no volviste al mismo cirujano que te estropeó la uretra, para que te la arregle...
Eso me dijo el, pero después de la noche que me hizo pasar luego de la intervención,
juré que no lo vería nunca mas...
Pepe. Exageras. No sería para tanto..
No exagero. Unas horas después de pasar por sus manos de matarife mis genitales se hincharon de tal manera que evocaban una constelación celeste visitada por una nave espacial. Tuve que llamar a urgencias y el médico que vino se quedó arrobado viendo
el tamaño de aquello, como si viera realizados sus mejores sueños.
Me mandó al hospital.
Imagina, mi mujer y yo en el seiscientos, a horas intempestivas, dirigiéndonos al Hospital Clinico para mostrar aquello a la médico de guardia que, encima, dijo, hay peligro de necrosis, tiene que quedarse en observación hasta que venga su médico y vea lo que hay que hacer...
Aquellas horas fueron las mas largas de mi vida. Dése baños con esta solución salina.
Yo me daba los baños y me acordaba del ahogado de Sandicove, en el Ulises de Joyce,
lo veía con la cara abotargada y blanca de sal, luego me miraba, y me parecía que era yo.
Cuando por fin vino el matarife me metieron en un quirófano, que fue visitado por todas las enfermeras del hospital, que querían conocer aquel fenómeno, pues había corrido la voz y nadie quería perdérselo...
Un simple corte en la piel que producía el estrangulamiento y la hinchazón, volvió
aquello a la normalidad de su tamaño discreto que no da para una peli porno pero, desde entonces, no he vuelto a ver al tipo, ni a mear con una trayectoria recta, así que, esta es la verdadera causa de los reflejos rosados de mis pantalones, que nada
tiene que ver con la edad.
Pepe. Pues cómprate una pileta, o vuelve al cirujano, o tu mujer acabará por repudiarte.
Estamos en ello, pero, nuestro comité de inversiones es lento, la falta de financiación y otras dificultades, ya sabes, impiden que demos solución a los problemas cotidianos.
Como el Consell, mísmamente.
En fin. Lejía.
LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 8 04 14.
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