domingo, 13 de abril de 2014

MÚSICA SACRA

Ayer asistimos al concierto de música sacra que se ofreció en la sala Alfonso el Magnánimo, en las instalaciones dedicadas a actividades culturales por la Diputación Provincial en la calle de la Corona. A su término, dimos un vistazo a la exposición de fotografías de tipos arcaicos, ellas no tanto, angoleños.

Fue un concierto vocal, dirigido por Rafael Sánchez Mombiedro quien, según el programa de mano que tengo delante, ha sido director titular del Coro Universitario Sant Yago de Valencia, director musical y de atelier de los festivales Millenium Sacrum y Millenium Pace y director titular del Coro de la Universidad Politécnica de Valencia.

De la veintena de voces que lo acompañaban, el folleto no dice nada. Lógico. El coro es un invento griego, los que se ocultaban bajo sus máscaras, pagados por el corifeo, que los reclutaba en cualquier parte para representar la tragedia griega. Yo no lo sé, no estaba allí, lo cuenta mi profesor de teatro.
....
Cuarenta y cinco minutos antes de la hora de comienzo del concierto estábamos presentes para guardar nuestro sitio en la cola, como clavos, pero, en esta ocasión, en lugar de mi mujer y yo, como acostumbramos, acompañados de nuestros nietos, el mayor de ocho años, el menor de cinco, que para entretenerse, jugaban a lanzarse hojas secas de los enormes ficus que hay en el patio, acompañando con gritos de júbilo los lanzamientos, cuando daban en el blanco, hasta que Encarna se los llevó a un parque cercano fuera del recinto para que se desfogaran allí hasta la hora del concierto.

Me quedé solo en la cola, reflexionando si había sido una buena idea traer a los niños, sobre todo porque eran los únicos dos presentes entre el público adulto. Cuando Encarna regresó con nuestros nietos, enseguida abrieron la puerta de la sala Alfonso el Magnánimo, una antigua capilla decorada al estilo bizantino, y la joven que entregaba en la puerta los folletos y entradas para el concierto, dijo, hoy tenemos un público juvenil. Yo contesté, algo aterrorizado, porque no sabía como iba a resultar la conducta de los niños, Es para hacer afición... 

Lo cierto es que, al comenzar el concierto, pude comprobar que la conducta infantil fue mucho mas respetuosa que la conducta adulta con los artistas de la voz que forman el grupo Neovocalis. Cuando Rafael Sánchez se preparaba, con esos gestos rituales característicos, para ordenar el inicio de la actuación, tuvo que retrasar varias veces esa orden porque alguien, entre el público, estrujaba un programa de mano y, no pueden imaginarse como suena eso en medio del silencio respetuoso de la mayoría del público. 

En otro momento del concierto, algunas personas que habían olvidado apagar los móviles, lo hicieron en un momento inoportuno, y, junto a las sonrisas de los artistas del coro que los escucharon se percibieron esas musiquillas características que emiten esos aparatos cuando se conectan o se apagan.

Mientras, mis nietos observaban una conducta ejemplar, con su atención capturada por lo que estaban viendo por primera vez en su vida, aunque ellos son alumnos habituales en las clases de música de un centro privado del barrio. Me relajé al comprobar que mi decisión de traerlos había sido correcta, y presté mas atención al concierto. 

Los autores de las piezas interpretadas durante la primera parte, a la segunda no nos quedamos por temor a que la conducta de los críos cambiara, por saturación, eran todos del siglo XX, Duruflé, Villete, Messiaen, Villiers, Britte, Howells, Poulenc, y las interpretaciones del coro fueron muy aplaudidas, en especial cuando los artistas se colocaron fuera del escenario, mas cerca del público, se dividieron en dos grupos, y el resultado fue espectacular, como cuando interpretaron el Requiem Aeternam.

En general, unas voces muy potentes, bien moduladas pero, en ocasiones, me pareció que les faltaba esa sensación de unidad que percibes cuando consiguen parecer un solo instrumento, perfectamente armónico. Falta de ensayo, supongo, o alguien incorporado a última hora, no sé. 

El concierto de ayer fue el segundo de una serie de tres que se ofrecen estos días. El primero fue el viernes, música renacentista, no asistimos, estábamos ganando seis pavos al continental a unos amigos. Hoy es algo instrumental, mas propio para los niños que dijeron, al preguntarles yo si les había gustado el concierto, como no se cantar..., o, a mi me gusta la batería...pero hoy ya no los tenemos aquí, o sea. 

Cuando terminó el concierto, entramos a ver la exposición de Herero, un fotográfo portugués, que muestra sus trabajos en Angola. Un audiovisual y una serie de fotos, dos en particular, un maravilla cromática que no hay que perderse. Las mujeres angoleñas, espectaculares, los pastores, mas arcaicos. Los niños, bien alimentados, nada que ver con lo que muestran los programas sensacionalistas de la televisión amarilla.

Digo esto porque esta mañana no he bajado al Maravillas, que hoy permanece cerrado, sino a La Fuente, porque me he quedado sin tabaco, y los tíos, tienen dos televisores de plasma a toda pastilla, !a las nueve de la mañana!, emitiendo, desde Antena 3, un resúmen montado de toda la televisión basura, incluido ese programa que exhibe personas con grandes necesidades, con la excusa de la caridad cristiana, que a mi me ha recordado una atracción de feria muy antigua que pasó por mi barrio cuando pusieron por aquí sus instalaciones itinerantes, !el monstruo de Guatemala! gritaban en aquel chiringo para atraer al público, no hace tantos años, y lo hacían para mostrar a una persona con deformidades físicas que era la fuente de su negocio.

Estos tíos y tías que se inventan estos programas asquerosos que dan ahora en la tele, de los que Cipriá Torres da cuenta en su sección de Levante, que me han colocado, a la fuerza, mientras tomaba un cortado en La Fuente, podrían irse de gira itinerante por las ferias de los pueblos, y exhibir bajo carpas de lona radiografías de sus cerebros deformes, seguro que tendrían mucho éxito entre la multitud curiosa. 

En fin. Música Sacra.

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 13 04 14.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios