lunes, 7 de abril de 2014

MEDITERRÁNEO

En la casa de la sierra escuchamos mas la radio. El sábado por la noche los Hermanos Pizarro, en Radio 3, que montan un programa único en base a su fastuosa colección de discos de pizarra, son un clásico con su música de los años veinte y treinta del siglo XX, yo aún no había nacido, no crean, y de los cuarenta y cincuenta. Swing, blues, buggy, jazz, rock, folk, casi todos de origen norteamericano, sin excluir la música cubana,grandes orquestas con un ritmo endiablado que sorprende a los asíduos del programa, que suelen manifestar su interés twiteando a los Pizarro.
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El domingo por la mañana, Mediterráneo, otro programa musical de Radio 3, presentó a Asíkides, un grupo de músicos griegos afincados en Barcelona, con la voz de Noemi, aficionada a la música sefardí, Zacarías, acordeonista, Yacine, promotor del grupo, y otros componentes, que acaban de llegar a la emisora después de un concierto en el que han sonado algunos temas que duran veinticinco minutos, porque se trata de hacer fiesta, mucha fiesta. 

Asíkides es un grupo ecléctico que reivindica la mezcla de culturas musicales mediterráneas y lo mismo meten La Tarara en un tema de orígen argelino, que desayunan queso feta con miel y pá amb tumaca, porque consideran que España, Grecia, Italia, Portugal, Marruecos o Argelia son parte de la misma cultura musical. 

Defienden ese pluralismo musical convencidos de que nuestras raíces culturales nos enriquecen. Una actitud que me maravilla, por contraste con las de los ministros de exteriores y los representantes en la Unión Europea de los países del Sur, donde están integrados, solo nominalmente, España, Grecia, Portugal, Italia, sin que hayamos visto hasta hoy el menor esfuerzo para poner en marcha un movimiento de integración política que, sin renunciar a nuestra pertenencia a la Unión, haya defendido, si no una federación de esos países con características comunes, al menos un lobby capaz de influir en las acciones comunitarias, representando fielmente la singularidad y los intereses de los paises del Sur de Europa.

Margallo no hace mas que repetir el tópico de la marca España, sin considerar que nuestra marca natural es mediterránea. Lógico, si consideramos el carácter centralista mesetario de la actual política española.

Habrá que mirar bien, en las elecciones del mes que viene, en manos de quien dejamos nuestra representación en Europa, si en las de los mesetarios, o en las de los mediterráneos. 

Hemos prolongado un día mas nuestra estancia en la sierra. Una buena decisión, porque el sol del lunes da una luz potente y brillante que nos ha permitido contemplar el paisaje con mas detalle. 

Las viñas cercanas a la casa parecen dibujos de un geómetra. La perfecta alineación de las cepas, que presentan el aspecto de una poda reciente, la tierra sin una mala hierba, dan testimonio del cuidado dedicado que se les presta. Si nosotros, los humanos, cuidáramos nuestro interior con la mitad de dedicación, tal vez ese cultivo ofrecería el resultado de una cosecha de individuos menos manipulables. 

En unos meses habrá cambiado el paisaje y los racimos de los frutos de la vid estarán listos para ser transformados en esos caldos sagrados que en otro tiempo solo libaban los sacerdotes en los templos, y ahora están al abasto de todo el mundo en los supermercados. Vino blanco turbio, 1,19, en Consum. Contiene sulfitos. 

Antes de regresar de la sierra, hemos visitado la aldea cercana. En una de sus plazas está el Olmo de Estenas. Un cartel explicativo dice que tiene 18 metros de altura y su estado de salud es sano, pero los restos funerales del olmo no alcanzan los tres metros, todas sus grandes ramas son ahora muñones y en su tronco se aprecian restos del tratamiento que no surtió efecto. 

Te preguntas en que consistió esa letal enfermedad que se cargó todas las olmedas del país, pero ignoras la respuesta.

Junto a la piscina, resiste el álamo negro, de treinta y cinco metros de altura, su corteza no presenta signos de enfermedad, solo le faltan algunos trozos arrancados por los vándalos. La fragilidad de la vida vegetal hace que te preguntes cuantos ciclos de poda y sarmentado, de esporga y rayuelo, de floración y cosecha, te quedan por observar en estas viñas cercanas que parecen dibujadas por un geómetra, y un ligero escalofrío te recorre la espalda. 

Luego te pones al sol y tu piel se calienta a la luz de abril y agradeces el privilegio de estar aquí, ahora. 

Después de escrita esta crónica, veo a un vecino de la sierra. Le comento lo limpias que están las viñas de las malas hierbas, y me aclara, Claro, es la sequía, no crecen hierbas malas, ni buenas, la fuente de abajo está seca, en el lavadero no queda agua y los acuíferos se han agotado.. 

Si no resides habitualmente en un medio rural, lo observas y, a veces, sacas conclusiones equivocadas. Que le vas a hacer... 

En fin. Mediterráneo 

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 7 04 14.

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