viernes, 1 de agosto de 2014

EL REGRESO

El viaje de regreso desde la sierra ha sido muy confortable porque, atendida la sugerencia de mi mujer, o arreglas el aire o no viajo mas contigo, encargué al mecanico que reparara el aire acondicionado del coche. Ella tenía razón, se viaja mejor.

Al llegar a casa me metí en la ducha para aliviar el golpe de calor del entorno urbano y al salir comprobé que mi desnudez aún no está al patético nivel que corresponde a mi edad, aunque le falta poco. Peor que la desnudez son los temblores recurrentes de mis manos.

El médico dijo que no es Parkinson, sino temblor esencial.
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Le agradezco al médico que dijera que tengo algo esencial. Esencial sugiere algo concentrado que huele bien y es un término que suena mejor que trascendental, aunque choca con superficial,así se podrían calificar los contenidos del blog, algo inevitable si quieres escribir cada día.

Lo de concentrado que huele bien tiene sus excepciones, el otro día me dijo mi mujer que huelo a viejo y a guarro, porque tardé dos días en cambiarme de calzonzillos.

No le confesé porqué lo hago alguna vez, desde que un periodista erudito, en una visita turística, leyó un texto antiguo sobre los olores corporales y el uso que hacían los antiguos de esa atracción genital como arma de seducción. 

Yo lo intento, procuro oler a choto, a ver si resulto mas atractivo, pero no tengo pruebas claras de que eso funcione, al menos, con mi mujer, parece que no funciona. En fin.

 En fin. El Regreso.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 31 07 14.

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