sábado, 4 de febrero de 2017

GEOLOGÍA.

"Ahora que todo el mundo elige carreras vinculadas a la economía, el derecho mercantil y la Empresa, además de atender a los idiomas, por aquello de la globalización, inglés sobre todo, aunque el chino pronto se pondrá en auge gracias al año Trump, se escuchan algunas voces que claman por el retorno a las humanidades, la filosofía y eso, con el fin de luchar contra lo que el manoseado Ortega llamó 'la barbarie del especialismo'.

Observo que una disciplina académica tradicional, la Geología, parece que pierde puestos desde que el post marxismo se confunde con la Sociología. Si hubiera de elegir ahora, como lo hice cuando me acerqué a la treintena, iniciar estudios universitarios, es seguro que no me decantaría por la Economía, pues aunque acerté en el sentido de que me he ganado la vida --es un decir-- gracias a esa relativa especialización que me permitió circular por muy diversos rangos laborales, me decantaría, no por la sociología, hubo un tiempo en que me interesó, sino por la Geología.

¿Porqué la Geología? Está claro, después de más de siete décadas de vida, llego a la conclusión de que es infinitamente más gratificante para un contemplativo como yo tratar con las piedras, sobre las piedras, que dedicarme a ciertas personas públicas.

El conocimiento de la geología nos da informaciones que nos sirven mucho más para entender a las personas, que la lectura de las tristes o gloriosas historias que nos han dejado las gestas o la barbarie de este orden tan singular, el de los humanos, con ejemplares mucho más raros, extravagantes en su singularidad, que el mineral más extraño, procedente de la caída de algún meteorito.

Esta idea me la inspira, claro, el año Trump, que está transcurriendo, y que convierte el estudio de la geología, en algo mas educativo que la inmersión en ciertos carácteres y destinos personales.

Mi primer contacto con la geología aplicada --llamo así a mi afición por esa disciplina-- tuvo lugar en tierras aragonesas en diversos lugares de un interés geológico indudable. Bronchales. En una no muy lejana estancia allí aprendí lo que es una morrena, sedimentos depositados por los glaciares, relativamente abundantes en aquellos montes, aunque no tan pintorescos como la nota que encontramos escrita en el libro de visitas de una cumbre, de puño y letra de una mujer que dejó su testimonio de lo bien que lo había pasado allí, follando sin parar durante un fin de semana. Rigurosamente cierto.

Otro testimonio de lo importante que es la geología recuerdo haberlo leído con ocasión de un proyecto de ingenieria que pretendía un trazado del ferrocarril por tierras aragonesas, sin considerar que el subsuelo de ese trazado estaba plagado de dolinas, unos huecos en el subsuelo que hacían sumamente peligroso ese trazado.

Algo así como lo que han hecho los votantes de Trump, elegir un trayecto electoral, sin considerar la naturaleza de su subsuelo.

Antes de esas experiencias o mensajes sobre aspectos geológicos del soporte de la vida, tuve el privilegio de visitar un monte, en la sierra de Albarracin, prácticamente cubierto, atestado, de sedimentos, de fósiles, marinos.

Esa imágen que todavía conservo, me recuerda lo que es el tiempo geológico, por oposición al tiempo político, nada de corto plazo, de improvisaciones, de planes de legislatura, el tiempo geológico, con su infinita lentitud, modela nuestro entorno, lo que antes fueron océanos, ahora son montañas, por lo que no tiene demasiado sentido dar tanta importancia a las acciones de los hombres que, en términos geológicos, son absolutamente insignificantes en sus consecuencias, comparadas con los efectos de los fenómenos naturales.

Lo dicho, pregunten a las piedras, les sorprenderá la cantidad de información que contienen sobre los acontecimientos cruciales para el ser humano, pero, sobre todo, mi reciente afición por la geología se deriva del hecho de que con las pìedras, no discuto, algo que no me sucede con los demás humanos."

Es infinitamente más divertido preguntar a las piedras, que analizar los no discursos del aburrido Rajoy, o escuchar los exabruptos del energúmeno de turno, sobre todo, en el año de Trump.

En fin. Geología.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 4 02 17.

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