martes, 22 de agosto de 2017

DIVAGACIONES SOBRE EL GUERRACIVILISMO

"Este es el quinto? día de política editorial monográfica en todos los medios sobre los sucesos de Barcelona y Cambrils. He comprado el periódico en un kiosco que no está de vacaciones, y la primera página está dedicada, casi en su integridad, al mismo asunto.

Normal, que los periódicos y la televisión se ocupen cada día de unos sucesos tan trágicos y trascendentes. Lo que no me ha parecido tan normal es escuchar por la radio, al volver a casa, las diatribas radicales de un hombre de la iglesia echando la culpa de todo a Ada Colau, después de calificar a las alcaldesas de Madrid y Barcelona de comunistas radicales, ¿radicales?, para radical el discurso de este dinosaurio histórico, producto sin duda alguna del guerracivilismo  que tantas víctimas causó en este país.

Radical, en una de las acepciones que he consultado en Internet, es extremoso, intransigente. El discurso de este pájaro, de mal agüero, podía haberse centrado en la piedad hacia las víctimas, en la indagación de las soluciones para afrontar este fenómeno, sin limitar las libertades, en una llamada a la integración de la comunidad musulmana, yo que sé, en lugar de usar un verbo incendiario que incita a la venganza a tipos como el que ha insultado a un joven musulman de quince años en el Puerto de Sagunto, por el hecho de parecerlo.

Guerracivilismo hubo en este país porque hubo tipos como el cura de Madrid que ahora se manifiesta como entonces, que patrocinaron las políticas de revancha y exterminación.

Por suerte, un periodista, en la 2 de Levante, llama a la tolerancia. Miguel Angel Sánchez. El peligroso discurso del odio aprovecha el mínimo resquicio para hacerse fuerte. Lo hemos visto en Port de Sagunt con los insultos a un menor marroquí. Ante la radicalización, tolerancia. No cabe otra.

El cura de Madrid, ajeno a cualquier impulso de piedad o tolerancia, muestra su radicalismo al politizar una catástrofe humana sobrevenida y culpabilizar de ella a quienes odia políticamente.

He leído por ahí que son las comunidades musulmanas las que deciden quien tiene méritos, o no, para Iman de una mezquita, después de escuchar sus discursos, si este cura se hubiera sometido a esta prueba, habría sido enviado, por su radicalidad, a algún lugar de Oriente Medio, expulsado de su congregación para siempre.

Como no es el caso, la cosa se ha quedado en un suave desmentido del Arzobispado de Madrid. Yo nací cuatro años después de terminada la Guerra Civil. Escuchando a este cura, no me extraña nada lo que pasó."

En fin. Divagaciones sobre el guerracivilismo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 08 17.

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