lunes, 8 de octubre de 2018

HACE DIEZ AÑOS

"He bajado al Maravas, en una mañana espléndida de luz y ausencia de viento, en contraste con la mancha azulada del mapa de previsiones meteorológicas que anunciaba ayer un día frío o tormentoso, aunque es cierto que en ese mapa había una estrecha franja costera libre de esas perturbaciones.

Mientras tomaba un agua mineral Perrier junto a la barra del bar, me ha invadido una sensación de placer por vivir en un sitio como este, aunque, enseguida, al leer el titular de la primera de 'Levante', otras reflexiones han acudido a mi imaginario periodístico.

El Comité de Redacción de 'Levante', al parecer, ha tenido que retroceder diez años atrás, para poder titular en primera que la opinión negativa de los ciudadanos sobre la política ha retrocedido un 20%. Esa perspectiva temporal, nada menos que diez años, se explica, creo yo, por su deseo de redondear el titular del otro día, 'la preocupación' ciudadana por la corrupción baja un 20%.

Si esto no es una campaña para manipular a la opinión, en el sentido de que todo va mejor, quizás para alegrar los actos del 9 d' octubre, al menos lo parece.

En mi opinión, la parte de la ciudadanía cabreada, no está cabreada con la política, un noble ejercicio que ha demostrado en otras épocas históricas, por ejemplo en la recuperación económica y social en la Europa que siguió a las dos guerras mundiales, aunque no a todos nos alcanzó, sino con determinados políticos, que no debieron ser merecedores de ese nombre, a la vista de la herencia que ha dejado su ejercicio torticero de ese noble oficio.

Coincide con esa apreciación triunfalista --para los que gobiernan ahora-- de los expertos en opinión de 'Levante' , el lamentable espectáculo de diez mil personas jaleando el discurso neo nazi de Vox en Madrid, un partido sin presencia en las instituciones, pero que, al parecer, está empezando a recoger, como sucede en no pocos países europeos ahora, la reacción cabreada de centenares de miles de personas, más reaccionarias que otra cosa, que rechazan la política partidaria hasta ahora vigente, por diferentes motivos, ideológicos, económicos, o de rechazo a cambios sociales, relacionados con la ideología de género, o contra la inmigración, en una reacción sin matices, que recuerda a las actitudes sociales que llevaron a Hitler al poder por la vía democrática en la Alemania de pre guerra.

La extensión de estas actitudes en un número cada vez mayor de países europeos, empieza a ser una evidencia y, en mi opinión, no suficientemente destacada por los medios locales que prefieren apuntarse a que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

En cuanto a sus causas, parece que la opinión mayoritaria coincide en que se explican por el modo en que todavía no se ha salido de la crisis de Leman Brothers, y hay extensas capas de la población que han resultado muy perjudicadas, por las políticas domésticas aplicadas para salir de la crisis, de la que han salido solo ellos, políticos y rentas más elevadas, en detrimento del resto.

Un caldo de cultivo que explica el cabreo, aunque no siempre expresado de la misma manera, unos demandan más libertad, otros más autoritarismo.

Mi intención en esta página es aclarar que no es la política lo que debe generar cabreo, una actividad noble, aunque en la última década carente de personalidades que justifiquen ese adjetivo, sino el uso torticero que han hecho de ella demasiados indivíduos que no merecen el nombre de políticos.

Eso requiere una auténtica regeneración, algo que no potencia algún medio de comunicación, cuando insiste en que vivimos en el mejor de los mundos posibles."

Es una opinión.

Un saludo cibernauta.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8 10 18.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios