"Después de la resaca del viaje a Ruidera, el Toboso, Tomelloso, Almagro, Ossa de Montiel, hemos vuelto a la normalidad. Normalidad sería, si atendemos a los titulares de 'Levante' de hoy, que he comprado después de tomar café un par de veces, en La Fuente y el Maravas, y escuchar las noticias de la Sexta, ayer, algo así:
"..el caos del Supremo", "Ford parará 22 días al caer las exportaciones", "Salario seguro hasta las urnas para los diputados. Una mayoría aboga por cobrar aunque cierren Las Corts". Por su parte, la sexta, hizo un listado exhaustivo
de las diversas fórmulas en cada comunidad autónoma, para que los políticos que han cesado en su representación democrática accedan a un sueldo vitalicio ocupando sillones no se sabe para qué.
Normalidad: a la vista de los hechos, la política y la alta judicatura española, son una puta mierda, y su manifiesta
inutilidad para reconducir el país a cotas de estabilidad, progreso y bienestar, se premia con unas retribuciones muy por encima de las que se aplican en los mercados laborales o en la vida jubilar.
Podría parecer que lo de los independistas catalanes es lo peor, pero los anti independentistas viscerales no se quedan atrás. Luego está la percepción personal de cada uno de esta situación.
En este sentido, mi repulsión por Casado cada vez que lo veo mentir sin complejos en cualquier acto público, excede lo que exige un buen estado de salud. Si son tipos como este los que deben devolver el país a un cierto nivel de salud democrática, apaga y vámonos, por no aludir
a los miles de seguidores de Vox, esos nostálgicos/nostálgicas del franquismo, que recuerdan a las huestes que llevaron
a Hitler al poder mediante su voto.
En alguna página del blog he aludido a que el nomadismo es la forma social óptima para huir del totalitarismo, pues este arraiga, sobre todo, en entornos sedentarios. Será por eso que al estar unos días de nómadas viajeros, nos hemos
librado de la desagradable sensación de tener unas clases políticas y en la alta judicatura, que son, en general, salvemos las excepciones, una puta mierda.
Normalidad: Trenes de borrascas, Borrascas exprés, Gota fría, toda una serie de expresiones meteorológicas que aluden a fenómenos, que antes eran, además de extremos, infrecuentes, y ahora son el pan y la sal de cada día, que les pregunten
a los de Málaga, porque, en el último decenio, ocupados con la crisis, los gobiernos de mierda de cada país, no hicieron los deberes para afrontar las consecuencias de un cambio climático que, ahora, ya está aquí.
Normalidad: Digo yo que la normalidad no es unidireccional, sino que incluye otros aspectos no necesariamente objeto
de crítica, sino de placer lector. Me aventuro en las páginas interiores de 'Levante', buscando el artículo de Millás,
pero, vaya, hoy no está.
Casi todo son artículos críticos que se refieren a los mismos asuntos ya abordados.
Abandono la lectura del periódico.
Nos vamos al mercadillo de Pelayo, tomaremos una cerveza en el trinquete, -normalidad- antes de que la masa de aire polar que trae una ola de frío a València según la viñeta de Ortifus,
nos alcance. "
Un saludo cibernauta.
En fin. Normalidad.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGIN) 23 10 18.
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