viernes, 26 de octubre de 2018

LA SUPREMA

"La Suprema, me suena que es una pastelería del barrio, centenaria, que hace unas tartas, unos dulces, unos hojaldres extraordinarios, que han hecho  las delicias de los niños del barrio de varias generaciones, sin que jamás hayan recibido una sola reclamación por la calidad de sus productos.

Lesmes, presidente del Tribunal Supremo, ha aparecido en la tele para pedir perdón por el lío de las hipotecas, a continuación ha justificado el buen hacer de la institución, aludiendo a su antigüedad. En mi opinión, eso no sirve, es como si el pastelero, después de provocar una intoxicación alimentaria, la justificara con la fecha de inauguración de su negocio.

Al parecer, alguna fuerza política ha interpuesto una reclamación, que ha sido desestimada, por entender que las decisiones más recientes por el asunto de las hipotecas, están influidas por el amiguismo de un juez del tribunal con las instancias financieras.

De todo lo visto y leído sobre este asunto, lo que me ha parecido más elocuente es la intervención del representante de la Banca, en el sentido de que si el sector sufre un quebranto en sus beneficios por las resoluciones del tribunal, es decir, si tiene que hacerse cargo del coste fiscal de las hipotecas, tendrá que movilizar otro tipo de recursos con cargo a la clientela, para resarcirse del quebranto.

A mi, lo del amiguismo, me parece evidente, no por este asunto de raíz bancaria, sino, en general, porque los altos magistrados se suelen elegir por sus simpatías hacia los partidos mayoritarios que gobiernan en cada caso, por lo que lo de la separación de poderes parece consistir en que no comparten la cama, pero si la habitación.

Sería deseable que, cuando se resuelva este lío y haya que renovar a jueces y presidentes, se tome en consideración que en el mundo jurídico hay extraordinarios profesionales, independientes de verdad, que no se casan con nadie a la hora de impartir justicia. Que sea de ese sector, que lo hay, de donde se nutran los nuevos miembros del tribunal supremo, y que se abandone, de una vez, lo de los amigos, amiguetes o amigachos.

No soy experto en Derecho, ni en otras cosas, solo estudié Derecho Mercantil, un poco por accidente, cuando estudié otras cosas, así que no pretendo que tomen en serio estas tonterías.

Ahora bien, quiero creer que nuestros tribunales de ahora mismo, al margen de lo de las hipotecas y esas cosas, que producen centenares, miles de resoluciones, que reconducen las de los tribunales ordinarios cuando son objeto de recursos, son infinitamente mejores que los que les precedieron.

Mejores, desde luego, que los tribunales franceses que enviaban a la guillotina a sus adversarios políticos. Mejores que los tribunales militares que, hace décadas, juzgaban a civiles, sin posibilidad de defensa, en un entorno donde no se conocían ni practicaban los derechos humanos, porque vivíamos en una dictadura.

Señor Lesmes, ya que hemos mejorado algo, sigamos mejorando. Dimitan usted y sus amigos, y dejen paso a un cuerpo de juristas independientes, que apliquen las leyes sin amiguismos, ni simpatías ideológicas."

Gracias.

En fin. 'La Suprema'

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 10 18.

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