lunes, 15 de julio de 2019

NEURONAS

"He bajado al Café Maravas, que por cierto está en la calle Sollana, una calle peatonal y ajardinada, en el tranquilo barrio de Cuatre Carreres, cerca de una rotonda con una preciosa fuente ornamental, un barrio que tiene, además de la población residente autóctona, una notable población de personas de origen chino que se ocupan de la gestión de buena parte de los establecimientos hosteleros de la zona, entre ellos La Fuente, aunque no es el caso del Maravas, antes llamado Maravillas, regentado por Tony, de Torrente, pero hoy no he tomado café, porque, después del episodio agudo de síndrome de Merkel que sufrí ayer he decidido, por fin, hacer algo para controlar mis temblores.

En lugar de café, he tomado horchata y, cuando acabe esta página, llamaré al ambulatorio para pedir hora y buscar una solución médica a esto de los temblores.

Lo curioso de todo esto, o a mi me lo parece, es que ha sido ponerme a pensar en dar solución a este asunto y, antes incluso de acudir a la consulta médica, los temblores han desaparecido.

No entiendo lo que pasa, puedo imaginar que en mi cabeza hay una batalla neuronal, las neuronas tranquilas, relajadas, se imponen a las inquietas que me producen los temblores por una reacción estratégica de las inquietas.

Las imagino reunidas en cónclave decidiendo --vamos a retirarnos temporalmente, no vaya a ser que a este le metan antiespasmódicos y nos destruyan. Hagamos como si no existiéramos, de momento, y luego ya veremos.

El origen de mis temblores, que ahora parece que desaparecen, aunque sea puntualmente, se remonta a casi medio siglo, cuando me diagnosticaron un trastorno, bipolaridad, que, gracias al tratamieno médico no me ha impedido llevar una vida normal, pero más de cuatro décadas de ingestión medicamentosa, por fuerza tiene que dejar alguna secuela.

La doctora Palop, que me atiende ahora, ha conseguido reducir el litio, que me estaba jodiendo el riñón, y lo ha sustituído por Depakine, que se elimina por el hígado, pero lo de los temblores estaba sin solucionar, hasta que anoche decidí pedir hora en el ambulatorio para buscar una solución, y esa sola actitud, digo yo que por la alerta que ha causado en mis neuronas inquietas, junto con el hecho de dejar el café, han hecho el milagro.

Ya no usaré en el blog la expresión 'síndrome de Merkel', espero que por mucho tiempo, en el supuesto de que esto que me sucede ahora no sea una reacción puntual y la cosa vuelva a ser como antes."

Menuda cagada de página me ha salido hoy, ¿no?, pido disculpas por ello. La de mañana será mejor, aunque igual nos vamos a la playa y no escribo nada.

Un saludo cibernauta.

En fin. Neuronas.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 15 07 19.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios