...."Otra evidencia de que todo cambia, nada permanece, es que anoche, después de un largo período de tiempo soleado, primaveral, con altas temperaturas, de pronto, eso sí, con previo aviso de los del meteo, nos cayó un tormentón aquí con una potencia acústica impresionante, pues el furor de los rayos y truenos, de la lluvia golpeando las ventanas y el sonido de la sirena de los bomberos acudiendo a algún sótano inundado, retrasó mi horario habitual de coger el sueño, después de haber contemplado en la tele ese programa tan chorra de los famosos enmascarados.
Se diría que estos fenómenos atmosféricos son frecuentes aquí en la Comunidad Valenciana, aunque sea una frecuencia más o menos anual, vamos, que suelen suceder hacia el mes de Octubre, o así, como sucedió el 14 de octubre de 1.956, lo recuerdo claramente, me pilló a punto de cumplir los trece años aquella gran riada que inundó València, dejó tantas víctimas, a los primeros que se llevó por delante fueron a los chabolistas que malvivían en el cauce del Turia, hoy convertido en jardín.
A mi hermano Aurelio, lo pilló haciendo la mili, y aquellos sucesos hicieron que se conociera a su tropa como la quinta del barro, pues a eso los dedicaron, a recoger a paladas el barro acumulado en las calles cuando ya las aguas se retiraban. Una tragedia, local, sí, como las que vemos en la tele ahora en Nigeria la India, Djibuti y tantos otros lugares donde el clima, cabreado, hace de las suyas con los monzones, los huracanes, esas cosas.
Encarna, la mujer de mi vida, me ha despertado a las diez de la mañana, cuando he salido al pasillo he visto a mi hijo Jordi que ha venido a resintonizar la tele. Hoy no habrá Maravillas, ni prensa local, nada de eso me interesa hoy, solo dar, otra vez, la evidencia de que todo cambia, nada permanece, como el discípulo obediente de Heráclito que soy.
Por cierto, a ver si la máxima de que todo cambia la podemos aplicar, al final, al estulto Trump, y los electores terminan mandándolo a la puta mierda, para bien de todos.
Que así sea..."
Un saludo afectuoso a los usuarios del blog que se acercan por aquí, en particular a los estadounidenses que han votado por correo y, porqué no, también a los oriundos de Orión que siguen prefiriendo al estulto Trump.
Chao, pibes.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 5 11 20.
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