"He bajado al Maravillas, me he acomodado junto a una mesa de fuera y he tomado un café cortado descafeínado, en taza, y un such de taronja. Al regreso, he pasado por El Cantonet a recoger un ejemplar de 'Levante' que, ahora, duerme el sueño de los justos en el diván del comedor, ni siquiera lo he abierto porque, apenas regresado a casa, el impulso de dedicar esta página a Sigfrido ha sido más fuerte.
Ayer descubrí, en Wikipedia, porqué tantos italianos visitan este blog. Puse en el teclado la expresión 'Lohengrin en Internet' y comprobé que hubo un presentador de televisión italiano con ese nombre, lo que explica, a mi parecer, la razón de tantas visitas de Italia.
La ópera de Wagner titulada así, solo es un antecedente indirecto de la causa de que yo haya elegido ese lema para el blog. La verdadera razón es que mi tio materno Sigfrido fué, como su padre, militante libertario, además, cuando el gobierno republicano se situó en València, Sigfrido fué Gobernador de Cuenca y Comisario de Abastecimientos y Transportes.
En esa época, cuando dirigió los Abastecimientos, en casa no había azúcar, lo que demuestra su comportamiento ético en la administración pública republicana. Esa actitud ética fué premiada más tarde, en la peor etapa del franquismo, con una condena a muerte que, gracias a las gestiones de su mujer en Madrid fué rebajada a cadena perpétua que cumplió, primero en Albatera luego en San Miguel de los Reyes hasta que, con el acuerdo entre el otro franquismo y la presión internacional, se decretó una amnistía para los presos politicos que dejó a Sigfrido en libertad.
En su última etapa libre, Sigfrido enseñó Historia del Movimiento Obrero en la fundación de Saltuv, la sociedad anónima laboral de transportes urbanos de València, pero lo que yo quería dejar claro es que, mientras estuvo en prisión, el alias de Sigfrido fué Lohengrin, y esa es la razón de que yo haya puesto ese nombre a mi página, en homenaje a ese hombre tan ético que fué.
Ayer estuvimos en el cementerio poniendo unas flores en el nicho de los padres de la mujer con la que convivo desde hace más de medio siglo, luego fuímos a visitar el nicho de Sigfrido, y vino a mi memoria el día de su entierro, la muchedumbre que lo acompañó, con banderas libertarias desde el Hospital Peset y, ya en el cementerio, la enorme cantidad de personas que presenciaron, mientras le dedicaban discursos de adhesión y cariño, el ritual de su enterramiento.
Esta página no es la primera que le dedico a Sigfrido, pero, sospecho, que será la última, porque percibo que mi cremación está mas próxima que lejana la inhumación de Sigfrido...".
Que así no suceda.
Un saludo cordial a los usuarios que se acercan por aquí, en particular a los italianos que me confunden con el otro Lohengrin, aquel que fué presentador de la RAI.
Chao, pibes.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 11 20
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