lunes, 11 de junio de 2007

EL BLOG

Hay blogeros y blogeros. Cada persona es un mundo en si mismo, habitado por manías, deseos, apetitos, experiencias, limitaciones y capacidades insospechadas. Toda esa rica diversidad permanecía hasta hace poco enclaustrada en el ámbito personal de cada uno, pero el ciberespacio es un medio tecnológico de alcance universal que permite el milagro de la comunicación interpersonal entre sujetos que residen en lugares tan lejanos entre sí como Heliópolis --me gusta llamarla así-- y Oceanía, y proceden de culturas tan distintas como la mahorí y la mediterránea.

Entre los artesanos del blog, creo pertenecer a la subespecie de los narcisistas y ególatras, ya que, como soy nuevo en esto, me he centrado en la producción propia, sin practicar la pesca selectiva en las aguas, quizás procelosas, de Mozilla Firefox, por lo que mi afirmación inicial --hay blogeros y blogeros-- es una mera intuición no confirmada por la experiencia.

Alguien me ha dicho que de esto se pueden sacar duros, pero yo soy un especialista en actividades no lucrativas, como ir a comer paella de feche de bou, cordero asado a la arcilla o arroz con setas, con mis amigos libertarios, escribir fantasías sobre mujeres vestidas de amarillo pálido o llamamientos mal encubiertos al amor transgresor con mujeres maduras, contemplar los lirios amarillos en primavera y cosas por el estilo. Incluso alguna vez he ejercido como asesor de organizaciones utópicas, a pesar de que un conocido con quien visito, los lunes, el mercado de Ruzafa, insiste en que las actitudes utópicas no tienen nada que ver con la realidad. Claro que la utopía no existe en el tiempo presente, pero todos los que empujan desde la realidad en esa dirección lo hacen porque desean un futuro mejor. Parece mentira que todavía haya que aclarar estos conceptos. En fin.

Lo cierto es que estoy en esto porque mi hijo, a quien quiero mucho, --todo lo que un narcisista puede querer a alguien que no sea el mismo-- especialista en estos menesteres, cuya página web, www.dinamizarte.com., recomiendo visitar a quienes estén interesados en las susodichas, en fiestas rave, proyecciones de vídeo para saraos, docencia on line, y un largo etcétera derivado de su estilo renacentista de estar en el siglo XXI, ha puesto la parte técnica para mi desembarco, de bruces, en el ciberespacio.

Al principio, no sucedió nada. Desde Enero estuve alimentando con la lentitud que me caracteriza los contenidos del blog. Hace apenas un mes, Jordi tuvo la feliz idea de activar los informes de Analytics. Me ha jodido. Ha tocado lo mas sensible de mi narcisismo militante y ahora lo primero que hago por la mañana es ver cuantas visitas he tenido, de donde, que contenidos han sido visitados y mi pretendida actitud altruista ha sufrido una metamorfosis, hasta el punto de que ahora me acerco al blog con la misma inquietud metafísica de los músicos de rock cuando están a punto de salir a escena.

Esta mañana he sufrido un ataque de pánico, al ver que el número de visitas disminuía, hasta que me han aclarado que eso era por el corte de fechas. Que no se lo que es. Alertado mi hijo de las dificultades que tienen algunos amigos, compañeras de universidad de mayores y otros ligues para entrar en el blog, me ha dicho que eso se arregla con un com. Yo no distingo un com, de un caracol marino. El uso de esta imagen metafórica no es casual, porque los grandes tímidos, como yo, vivimos en el interior de una concha física construida laboriosamente durante toda la vida, y sentimos un pánico irracional a asomarnos al exterior. Así que, además de un tipo narcisista y ególatra, soy un blogero paradójico, que solo comunica en una dirección, rechazando los contactos bilaterales. Hasta hoy.

Alertado por Jordi he leído un comentario anónimo elogioso que señalaba como mi mejor página, Amarillo Pálido, criterio que comparto con el amable comunicante. Ha sido mi primera experiencia interactiva con el blog, hasta entonces un monólogo solitario sin contraste con otras opiniones

Hay blogers y blogers. Hasta ahora yo era del género caracol marino Le he pedido a Jordi que busque el com, o lo que sea, para mejorar el aspecto relacional de mis contenidos. A la mierda la timidez. Quiero ser famoso. Cuando tenga mi flamante dominio, ustedes serán los primeros en saberlo.

En fin.

Lohengrin. 11-06-07

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