martes, 29 de abril de 2008

EL GRECO

Goya fué el primer cronista de guerra de la modernidad y su estilo expresionista está presente en los desgarros de la carne dolorida que luego poblaron los lienzos de Francis Bacon. El Greco, en cambio, fue el precursor del cubismo y su marca de fábrica son los ojos asimétricos que te miran, estrábicos, desde la palidez de sus rostros alargados. Entre los mas famosos pintores de la modernidad, Picasso, Bacon y Saura, en su afán rupturista, son los que mejor representan, según mi opinión de lego en la materia, la continuidad de esas tradiciones pictóricas.


Hay que darse una vuelta por el San Pío V, a una hora temprana para no hacer largas colas y se puede comprobar lo que digo, visitando la exposición Toledo 1.900 y contemplando los doce retratos de los apóstoles, en especial ese en el que aparece el depositario de las llaves del paraíso cuyo rostro está dotado de una fuerza expresiva difícil de igualar. Visité la casa del Greco en Toledo hace unos años en un día de tremendo calor mesetario y esta experiencia de ahora, en un museo mejor acondicionado que aquel me ha parecido mucho mas satisfactoria.


Los museos de pintura, que antes llamábamos pinacotecas, han dejado de ser depósitos estáticos excluyentes de cadáveres pictóricos para convertirse, cada vez mas, en centros dinamizadores del arte y la cultura, que, además de organizar y recibir exposiciones itinerantes, incluyen entre sus actividades muestras de manifestaciones extra pictóricas, como la música o el cine, abren sus puertas en horarios extendidos y, en ocasiones, ofrecen eventos muy singulares, como Fluxus

Concert, presentado en el IVAM de Heliópolis, en la tarde de ayer domingo, al que asistí un poco por azar, y que merece la pena ser relatado.


El Grup Instrumental de València es un conjunto de música contemporánea que en la representación de ayer añadió a su música otros elementos muy especiales. Con la música contemporánea me ocurre que, después de decenios en los que han tratado de educar mis oídos para escuchar las armonías de los compositores muertos hace siglos, ahora, cuando tratan de rescatarlos para la música que algunos esforzados componen ahora mismo, no la entiendo.


Así como la pintura no hace falta entenderla, la miras, te gusta o no te gusta, y la disfrutas, o no, sin hacer caso a la teoría, con la música contemporánea, es distinto, porque la teorización de esa música, mas que en el caso de la pintura, deja una huella en el pentagrama que supone una ruptura total con los conceptos de armonía melódica presentes en la música sinfónica, en la ópera, en la música de cámara, y mi oído, demasiado endurecido por esas rutinas, no se muestra capaz de adaptarse a esas formas nuevas. Tengo esa limitación.


No creo que fuera el único presente en el vestíbulo del Ivam con esa insuficiencia estética, pero lo cierto es que el aforo estaba lleno El acto comenzó con un concierto de aspiradoras, en el que los músicos hacian sonar esos electrodomésticos, bastante limitados en su capacidad armónica


Antes del comienzo del acto nos fue repartido un amplio material escrito que describía las actuaciones. Lo mejor de ese material fue un guión de dos folios que describía las cuarenta y nueve acciones que los actuantes debían realizar antes de alcanzar el climax de ese concierto, tocar una sola tecla del piano y salir de escena.


Terminado el concierto de aspiradoras, observé las reacciones del público mientras dos pianistas entraban, saludaban, se sentaban al piano, probaban los pedales, se levantaban, miraban el piano, se volvian a sentar, repetían esos gestos y movimientos, salian de nuevo, depositaban una caja de cartón en el suelo, colocaban una jaula con un pájaro de juguete en una mesita, colocaban la jaula dentro de la caja, repetían esos movimientos, traían cuatro ceniceros, encendían sendos cigarrillos y los apagaban en cada uno de los ceniceros, sacaban un espejo, se arreglaban la corbata, sacaban una flauta del piano, la hacían sonar y la volvian a meter en el piano, y se dedicaban a otros menesteres parecidos....hasta llegar al momento culminante de hacer sonar la última tecla del piano, una sola vez.


Un par de espectadores delante de mi reían sin ninguna inhibición, pero eran los únicos. Entre los demas, algunos expresaban una tímida sonrisa, pero la inmensa mayoría adoptaban una expresión seria y concentrada, producto de su largo aprendizaje y entrenamiento como espectadores de conciertos de música no contemporánea.


Yo mismo adopté esa actitud en otra actuación en la que un único pianista interpeteba una pieza para piano sin mas añadidos, pero cuando, en medio de la actuación, una señorita rubia se puso a dividir unas peras en pedazos, para ofrecerlos a los espectadores, me di cuenta de que ese elemento extra musical distorsionaba mi capacidad de atención y me convertía en un espectador distinto, ya sin la atención reverencial que normalmente se le presta a la otra música.


Los alegres espectadores que se habian mostrado mas deshinibidos, rompieron en carcajadas cuando, en plena actuación del Grup Instrumentsal de València, el director del conjunto se dirigió con sendos martillos hacia un viejo piano vertical que había en el escenario y la emprendió a martillazos sobre el teclado, dejándolo medio inservible, gesto que se repitió después en varias actuaciones y con participación del público, hasta que no quedó una tecla sana.


Tambien produjo bastante jolgorio la salida de un músico con un violín atado con una cuerda que arrastró por el suelo, superada por la del director que lo arrastró con mas violencia, además de hacerlo sobre los escalones que llevaban a la primera planta del museo, y la actuación de otro violinista que lo golpeó contra un atril con un efecto sonoro muy espectacular.


Llegados a este punto, comenzó el plato fuerte de la velada, una obra importante de Tomás Marco, llamada por él Teatro Musical, que a mi me pareció algo de mas envergadura, una pequeña ópera contemporánea, con todos los elementos del espectáculo operístico, salvo su duración. Aquí he de decir que la actuación de los siete músicos, dos recitadores, la banda sonora, y el texto de la composición, de K. Schwitters, --ni idea de quien es ese señor-- titulado Anna Blume, le dieron un contenido al conjunto del espectáculo, muy por encima de las performances y las otras acciones que habíamos visto antes.


Esos preliminares que ocuparon buena parte del programa, me impidieron, por lo avanzado de la hora, presenciar la útlima actuación, una interpretación con el Grup Instrumental al completo, a la que se incorporó el público, al que previamente habían repartido esos juguetes de plástico, con forma de martillo, que al golpear con ellos, producen un sonido por el aire que se escapa del fuelle.


En realidad, lo que mas me gustó del espectáculo fue el hecho de que le dieran a Consuelo Císcar, que asistía en primera fila al concierto, representando a la Generalitat, con su cabello rojo infierno y su rostro algo macilento, un pedazo de pera, en lugar de un vino de honor como se hacía antes.


La sustitución de los gastos protocolarios del vino de honor por ese pedazo de fruta fresca, me pareció una buena medida para comenzar a cambiar la política derrochadora de ese ente pú blico autonómico, en situación de quiebra financiera.


Lohengrin. 29-04-08.

domingo, 27 de abril de 2008

LA PLAYA

"La mar, la mar, ..siempre recomenzada..” (Valéry) “Y las muchachas verdes, amarillas, azules..en sus breves ropajes que las visten/desnudan, con sus lomos tostados al sol de la tarde... papeles de compresas, envoltorios de helados.....al rico bombón helado....y residuos humanos, de los que el mar se purga, cada lunes.”


La luz de levante reverbera sobre la superficie calma del mar, te duelen los ojos si miras ese horizonte que devuelve una luminosidad tan intensa como la que debieron percibir los antiguos navegantes imperiales que buscaron en estas costas la localización adecuada para sus factorías de salazón, hasta encontrarla en Dénia, desde donde zarpaban las embarcaciones de vela, con sus bodegas cargadas de tinajas que contenían el pescado salado, adobado con hierbas aromáticas, con destino al puerto de Ostia, a las subastas de pescado y a las mesas de los patricios romanos.


El tiempo transcurrido desde entonces, hasta esta mañana de sábado, es, en términos geológicos, apenas un suspiro, aunque la barrera de bolsas de plástico que se extiende a doscientos metros de la costa, marca la diferencia. Por lo demás, es el mismo sol, el mismo mar, la misma playa.


Parménides decía que nada cambia, todo permanece, mientras que Heráclito defendía lo contrario, todo es dinámico, nada es igual, por el efecto del tiempo. Con un sentido ecléctico, podríamos concluir que unas cosas cambian y otras no. El sentimiento de alguien que mira absorto el mar, desde la arena, hoy, tal vez sea muy semejante al de alguno de aquellos navegantes de hace dos mil años, tendido en la playa mirando al mar mientras concluye la carga de su barco, pero la composición química de ese, en apariencia, mismo mar, tal vez sea, ahora, radicalmente distinta.


El eterno dilema entre permanencia y cambio, se hace mas presente en este paisaje marinero, tan permanente y tan cambiante a la vez. El mar cambia, con cada racha de viento, dependiendo de su origen, de su velocidad. Si es de poniente, el mar se convierte en un lienzo plano de apariencia pacífica, pero capaz de arrastrarte lejos de la costa sin posiblidad de retorno. Si sopla de levante, la sensación que percibes en el rostro acariciado por ese viento salino es una inyección de vida, una experiencia sensorial incomparable


Sobre la arena, los cuerpos jóvenes de las mujeres exponen al sol sus pechos desnudos como alegorías republicanas o pinturas neoclásicas, en posturas negligentes de abandono que buscan la recuperación de la fatiga nocturna inducida por el placer, mientras en el cercano espigón los pescadores concentran toda su atención en la emoción de la caza que, contrariamente a lo que se supone, no está ligada a su práctica con armas de fuego, sino al duelo dialéctico entre cazador y presa, con cualquier arma o aparejo, sea un fusil de precisión, un arco, una cerbatana, una caña de pescar, una red, o un argumentario preliminar ensayado en la penumbra de un bar, para escoger el flanco mas débil de la pieza.


El aire salino envuelve con su potencia aromática ese escenario de luz cegadora captado por nuestros pintores mas universales y, aunque ya no hay bueyes arrastrando las barcas que vuelven con su cosecha, ni los niños en la playa –eso si es un progreso-- muestran el perfil escrofuloso de la miseria, es el mismo aire que respiró Joaquin Sorolla cuando empastaba sus óleos con el pincel de la luz, mientras pensaba en como ganar mas cuartos retratando a la gente guapa de su época, que es la actividad pictórica que le hizo rico, mas allá del costumbrismo que se muestra en las exposiciones que se le dedican.


El sol del mediodía nos echa con su potencia abrasadora del espejo calorífero en que se convierte a esa hora la arena de la playa de Pinedo. Antes de abandonarla, damos un paseo por el nuevo camino peatonal, de apariencia serpenteante, pavimentado con hormigón coloreado con un pigmento de color terroso, junto a las dunas regeneradas donde la vegetación rastrera ha arraigado fijándolas al suelo, aunque las dunas primitivas en la playa de El Saler no eran así, eran dunas móviles que se movían y desplazaban construyendo un paisaje diferente cada vez que cambiaba el viento, este paseo es una mejora indudable que ha sustituido un paisaje degradado, por un espacio para el disfrute de los ciudadanos que gustan disfrutar de sus playas en cualquier época del año, a pie o en bicicleta, vestidos, o desnudos.


En fin. La playa.


Lohengrin. 27-04-08.

viernes, 25 de abril de 2008

BIENES COMPLEMENTARIOS

Entiendo que Camps, President de Heliópolis, exhiba una energía cada vez mas consistente, porque sobrevivió a las cuchilladas de Zaplana y eso da mucha marcha. También que se construya un perfil de moneda romana con la leyenda estampada de barón de su partido, pero no me acostumbro a las tonterías solemnes que dice en cada comparecencia pública este capullo meapilas a quien la mano ciega de la fortuna electoral ha premiado, como hace cada decenio con unos, para descabalgarlos después en beneficio de otros, con independencia de los méritos, supuestos o reales, de cada uno.


En su última comparecencia junto al patrón de la Fórmula 1, Camps ha hecho un elogio de esos acontecimientos, por sus efectos en nuestra economía, el estímulo que suponen para el sector servicios y el aumento en los puestos de trabajo que generan. Enunciado así, de forma general, parece una afirmación sensata y razonable, pero en cuanto levantas un poco esa piel superficial, aparece el fondo de solemnidad tonta.


En las facultades de Heliópolis, esas que están ahora en la indigencia porque Camps se ha gastado su dinero en otras cosas, en concreto en la de económicas, nos enseñaban hace decenios lo que eran bienes complementarios y como la dependencia de ciertos sectores dedicados a la producción de bienes y servicios, de otros que generaban esa demanda complementaria, era muy elevada.


El ejemplo que siempre se citaba, era la construcción. La construcción de viviendas nuevas, no solo demanda los bienes de sectores que intervienen directamente en su construcción, las cementeras, la siderúrgia, la cerámica, la madera, el vidrio, los sanitarios, los materiales de fontería, de electricidad, el transporte y otros. El número de viviendas nuevas construídas y habitadas es un parámetro de la mayor importancia para otros sectores. Así, en la época de la telefonía fija, este era un dato directamente relacionado con el crecimiento de ese sector.


Entre los bienes complementarios que dependen de la construcción están, en primer lugar, los muebles, el textil, los ajuares domésticos, los electrodomésticos, los servicios de televisión por cable y, seguramente, algunos más. De ahí que a la actividad de la construcción de viviendas nuevas se le atribuya un efecto multiplicador de la economía muy superior al de otras actividades.


Normalmente, cuando hay un descenso de la actividad en la construcción de viviendas nuevas, una de las medidas que la experiencia aconseja es aumentar la inversión en obra pública. Pero la obra pública, en el supuesto de que existan recursos para financiarla, no multiplica en la misma medida el ritmo de la economía.


En el horizonte actual de, quizás, entre medio y un millón de desempleados mas, con un sistema financiero tocado y una política crediticia rácana, el President se deshace en elogios sobre la bondad de la economía fungible, basada en bienes de consumo efímero, como los carajillos, –con café de Colombia- las aceitunas rellenas, mayormente de Jaén, y las servilletas de papel, –no creo que el estado de las cuencas de nuestros ríos soporte una fábrica de celulosa- aunque nada tengo contra el uso lúdico de las habitaciones de hotel, que no solo contribuyen al producto autonómico bruto, sino a la satisfacción neta de los ciudadanos.


El problema no es si el crecimiento de los servicios que, en si mismo, es positivo, debe alcanzar o no un porcentaje siginificativo de la tarta de la economía, sino que los arquitectos que, ahora mismo, están intentando promover proyectos de vivienda nueva de protección oficial, cuando van a la ventanilla reciben de los funcionarios de la Generalitat un montón de papeles burocráticos, y ninguna precisión sobre la cuantía y el momento en que recibiran las ayudas para mover esos proyectos, por no hablar de los rectores de universidad que mendigan cada día los euros que necesitan para su supervivencia y solo reciben razones y promesas, pero euros, ni uno.


Otro problema, que a mi parece esencial, es que en los últimos diez años la desatención al cultivo del talento en la ciencia y la tecnología, en favor de la política de circo, nos ha dejado en cueros para soportar el brutal impacto de la crisis que ya está aquí, porque los que están bien informados saben que los productos y servicios con un alto contenido de talento tecnológico y científico, están mejor orientados que los sectores tradicionales para resistir una contracción salvaje de la demanda como la que se viene produciendo en los últimos seis meses.


Como quienes podían, no han hecho lo que debían, hay que prepararse para una cadena de quiebras que va a afectar a casi todos los sectores, en una economía como la nuestra, tan vinculada a la tradición, y solo mínimamente a la innovación.


Y mientras tanto, las ventanillas de lo que sea, les darán a ustedes todos los papeles que quieran, para solicitar ayudas a la construcción de viviendas de protección, ayudas a la dependencia, recursos para las universidades. Papeles, los que quieran. Euros, ni uno. Se los han gastado todos en la política de circo. Felicidades a Camps, por sobrevivir a Zaplana y alcanzar el estatus de barón, pero en cuanto a política económica, estímulo de la innovación, del conocimiento, racionalidad en el uso de los recursos públicos, el desastre es absoluto, por mucho que repita, en cada comparecencia, enfático, sus tonterías solemnes.


Lohengrin. 25-04-08.

jueves, 24 de abril de 2008

FANTASÍA EN TRES MOVIMIENTOS

Primer movimiento


“Se apagó como un fruto declinante en otoño. Su pálida piel, en el silencio del lecho, se tornaba amarillenta. Fueron apenas dos meses. Después, huyendo del vacío que había dejado intenté sobrevivir, primero en Venecia. Me daba vergüenza llorar de día, a la vista de todos. Preferí derramar mis lágrimas en las largas noches deambulando sobre los puentes del gran canal, para que al confundirse con las lóbregas, sucias y oscuras aguas de la laguna, pasaran desapercibidas.


No sirvió de nada. En Niza, durante un mes conviví con los desesperados que pasaban las noches en el casino. No hay mayor soledad y desamparo que la que envuelve a esos jugadores de Blak Jack, solos frente al croupier, a los que solo les queda una esperanza en forma de carta vuelta del revés que el croupier les acerca. Veintiuna? Antes de tomar la carta, el jugador siempre espera algo y cuanto mas desesperado está, cuanto mas necesita ese punto para ganar a la banca, el azar le suele castigar a él, prefiere premiar a los indiferentes. A mi me había castigado con el as de picas.


Hastiado de la decadencia de Venecia y Niza, alquilé un coche y subí al San Gotardo. Me relajó conducir por la carretera empinada y estrecha, llena de curvas. Me detuve cerca de la cumbre, aspiré el aire traslúcido de la montaña, bajé del coche, reuní un pequeño ramillete de flores silvestres, lo até con un junquillo. Pensé llevarlo a su tumba. Al bajar, abrí la ventanilla del coche y lancé las flores atadas lo mas lejos que pude.


Regresé a Niza. Cuando conseguí dormir cuatro horas seguidas, pensé que había llegado el momento de volver.”


Segundo movimiento


“El tiempo se acelera, sin darnos tregua. Los ciclos de la vida giran inexorables a nuestro alrededor, una vez y otra, y ningún dolor, ninguna pesadumbre, pueden oponerse a la inexorable rueda cíclica que aplasta cualquier sentimiento humano, sea doloroso o placentero, con la pesada levedad del tiempo.


A mi alrededor, la vida comenzaba a manifestarse con esa rutina salvadora que llamamos normalidad. Comencé a percibir los colores, los aromas, los sonidos, que durante largo tiempo me habían resultado extraños, ajenos. Volví a asistir a los conciertos de los miércoles. Schumann. Fantasiestücke. Opus 73. En tres tiempos. Noches en Venecia. Aires de primavera. Fantasía andaluza. El chelo y el piano atacaron el primer movimiento con el adagio, una melodía triste, que parecía expresar un sentimiento de pérdida.


El segundo movimiento, andante, evocaba la llegada de la primavera y el tercero era una explosión de alegría incontenible que exigía de los intérpretes el mayor de los virtuosismos. Cuando terminó la primera parte del concierto, al salir al claustro de la Nau, un furioso aguacero destrozó los manteles y las copas que había sobre unas mesas preparadas para un acto protocolario. La primavera se hacía presente con su clima turbulento y cambiante.


Al salir a la calle, la fragancia de los naranjos mojados por la lluvia se expandía por las calles oscurecidas por un crepúsculo anticipado bajo las nubes de tormenta, mientras el alumbrado público permanecía apagado. Fue entonces cuando la vi. En la semioscuridad de la acera, unos ojos de un verde muy intenso y luminoso destacaban en la media distancia. No pude ver nada mas. Un vehículo que circulaba por la calle me ocultó su figura. Cuando siguió su ruta, la mujer que creí haber visto, había desaparecido”.


Tercer Movimiento


“El siguiente miércoles volví a asistir al concierto. Un grupo vocal instrumental interpretaba música del Pare Rabassa y de Falconieri, entre otros compositores. Me senté en la fila doce. Inmerso en la reverberación de la voz de la soprano en las cúpulas de la capilla, cuando el canto alcanzaba los tonos mas agudos, en la semioscuridad de la sala, vi el brillo de los mismos ojos verdes que había vislumbrado unos días antes, apenas un momento. En los bancos laterales, se sentaba esa mujer de cabello rubio, con un aire firme y decidido en su modo de mirar, y una naturaleza andaluza en su semblante, dominado por la fuerza expresiva y la luminosidad de sus ojos que yo había entrevisto en algunos fragmentos de los poemas de Omar Kheyyám, que evocaban esos tonos difíciles de describir, verdes intensos punteados de matices dorados, una confluencia de intensidad profunda que daba a las mujeres persas una mirada de efectos contundentes y duraderos, y que medio oculta por el velo, debió de ser aún mas perturbadora.


Algo de esa carga genética se conserva en esa mujer que me mira sin verme, porque no me conoce, desde el banco lateral de la capella y yo tengo la sensación de que el tiempo juega a mi favor, porque así como cuando comencé mi relato el sonido del tiempo redoblaba anunciando las horas declinantes en dirección a la tragedia , ahora ese sonido, subrayado por la voz bien timbrada de la Harmonia del Parnás, tiene un aire de comienzo, cuando mi mirada insistente, fijada en los ojos de la mujer sentada en el banco lateral, obtiene una respuesta en lo que parece un leve gesto de complicidad, cuando la cantante concluye su interpretación con un corte seco de su voz, en un gesto semejante al de Pavarotti, después de alcanzar el máximo de su potencia expresiva.


Cuando comenzamos a salir juntos, ella me dijo que no era andaluza, pero yo insistí hasta descubrir que efectivamente hubo mujeres de su familia que nacieron y vivieron en Granada. Los poetas suelen contar cosas verdaderas y si Omar Kheyyám había descrito esa mirada en el siglo XII, yo he comprobado ahora, casi un milenio después, que su descripción no solo era lírica, sino verdadera.


Ahora estamos juntos, en una suave penumbra íntima, porque por fin he conseguido que me deje compartir su soledad, y renuncio a cualquier intento de descripción realista de nuestro primer encuentro, pero puedo decir que durante esa breve experiencia de soledad compartida, escuchamos los acordes acumulados de la docena de conciertos a los que habíamos asistido, escuchamos la flauta, el fagot, el piano, el chelo, el clarinete, el oboe, las voces graves y agudas de los coros, la percusión, los metales, y cuando sentimos la plenitud de nuestros cuerpos, uno dentro de otro, pareció como si la bóveda de la capilla se desplomara sobre nosotros, y Schumann, Brahms, Schubert, Vivaldi, Debussy, Weber, hubieran trabajado, sin saberlo, para que nosotros, por un instante, los escucháramos a todos a la vez, en una representación ecuménica de la música, invocada por el placer”.


Ayer hablé con ella, por E-mail. Me dijo, -Tu solo quieres sexo... Me pareció injusto.


Lohengrin. 24-04-08.

AGUIRRE O LA CÓLERA DE DIOS

Mi mujer duerme mal, se despierta temprano y pone la radio para distraer su insomnio. A veces, mientras me afeito, me cuenta las noticias que ha escuchado por la radio. Hoy me ha relatado una, que no acabo de creerme. Al parecer, Aguirre, la marquesa consorte a quien los electores madrileños han confiado el sillón de la presidencia autonómica, ha dispuesto la presencia de un batallón de curas en los hospitales de la sanidad madrileña, para que asesoren convenientemente a los residentes, en materias tan delicadas como los cuidados paliativos, la eutanasia, el aborto y supongo que otras difíciles decisiones del ámbito privado de cada uno.


No contenta con haber destruido el prestigio profesional de los médicos de Leganés con denuncias falsas, ahora la señora marquesa –consorte-- intenta devolvernos a los tiempos mas oscuros del franquismo, cuando la presencia de sacerdotes católicos, en lugar de notarse en las iglesias, era visible en todos los órdenes de la vida con una prepotencia agobiante. En cualquier acera, donde daban su mano a besar a cualquier transeúnte, en los medios de transporte, donde reclamaban su derecho preferente al asiento, en las escuelas y establecimientos penitenciarios, en los hospitales, naturalmente y en las procesiones callejeras que se sucedían con una frecuencia cotidiana, mientras otros curas se dedicaban a cuestiones de mayor contenido social en Vallecas y sitios semejantes.

Con esa actitud, la marquesa –consorte-- exhibe su preferencia por el nacional catolicismo como ideología política, nada liberal, ni siquiera conservadora, porque por no conservar, no conservó ni las estructuras democráticas que precedieron su nefasta aparición en la escena pública.


La primera vez que vi la media sonrisa torcida de Aguirre en una imágen televisada, me dije, esta señora es de las que te pellizcan en el costado y te deja una moradura para tres meses, porque ese rictus facial suyo es característico de las mujeres pellizcadoras, pero esa sensación subjetiva es una pura anécdota, al lado de la capacidad destructiva de la marquesa –consorte-- en diferentes ámbitos, el de los logros de la sanidad pública, el de su propio partido, ahora, y quien sabe si en el conjunto de la sociedad en el futuro, si los electores madrileños le siguen otorgando su plácet para que restaure los viejos hábitos del nacional catolicismo.


Mas que una noticia, me ha parecido una pesadilla. Después he bajado al Maravillas, donde he tenido la alegría de saludar al tramoyista jubilado, recuperado de su larga estancia en un hospital, pese a que no había curas, y la pesadumbre de que se sentara a mi lado el predicador evangelista quien me ha largado un sermón con la intención de convencerme, primero, de la existencia de dios, después de que si yo me pusiera a su servicio –el de dios-- mis supuestas cualidades oratorias se verían reforzadas y mi espíritu sería gratificado con las bondades inmateriales de la dedicación al proselitismo de su causa espiritual.


Sin ninguna consideración a mi rechazo –que el conoce—a abordar discusiones teológicas antes del desayuno, ha insistido con el asunto de la liberación de los endemoniados, y al sugerirle yo que esa era una práctica de chamanes, que algunos practicaban con el peyote en ciertas culturas trashumantes, ha derivado hacia la existencia del infierno. En ese punto, he terminado la discusión haciéndole ver que la palabra, la suya, la de cualquiera, es cosa de dos, que no tiene carácter unilateral, y que se precisa de la voluntad del endemoniado, para que renuncie a los demonios, porque nadie puede negar su derecho a sentirse cómodo con ellos.


Después de la discusión teológica, ya bien desayunado, con un buen café con leche y un zumo de piña, me he sentido mejor, pero me ha atacado la necesidad compulsiva de escribir esta entrada destinada a Aguirre, la marquesa consorte, la pellizcadora, para rogarle que, antes de retirarse a su finca para poner una moneda en la mano de sus servidores el día del santo del marqués, limite su actividad destructiva a sus compañeros de partido, si es posible, y deje en paz la sanidad pública, y a sus electores madrileños, rogarles que hagan un esfuerzo de memoria histórica y nos liberen a todos, en la próxima cita electoral, del peligro de regresión a unos modos sociales ya superados por una democracia que, a pesar de Aguirre, se ha consolidado en un estado libre, solidario y capaz de atender a los delicados asuntos del dolor y las tragedias personales humanas, sin la ayuda impuesta de los curas de la marquesa.


He dejado inacabada la entrada que tenía medio escrita para hoy, porque me ha parecido imperativo dar prioridad a este asunto. La culpa es de Aguirre y del predicador evangelista. Estamos rodeados y no debemos permanecer en silencio, sin una defensa activa de nuestras libertades de agnósticos.


Lohengrin. 24-04-08.

martes, 22 de abril de 2008

NANA LUNAR

“Duerme Luna, duerme. A las tres de la tarde, en la habitación oscura de la tierra, la luna duerme. Anoche la vi despierta, en su plenitud brillante y redonda, como un faro para navegantes que ilumina, en su vigilia, la singladura de los barcos silentes. Soy un poco lunar, –no me gusta la palabra lunático, tiene otras connotaciones-- como otros que ahora han descubierto, o recordado, que vendimiar por la noche esas pequeñas lunas verdes arracimadas en las vides, evita la oxidación excesiva del fruto y ayuda a obtener unos vinos mas equilibrados.


El champán es una bebida lunar, nocturna, pese a que los desinformados la consumen de día. La noche y París son, aunque sea un tópico, el entorno ideal para acercarse a la delicia burbujeante del champán. Cualquiera, en la noche, puede inventarse su propio Paris en una habitación, aunque no sea en un chateaux. Basta una ligera penumbra en cualquier lugar privado del mundo, un cubo con hielo y dos copas flauta, para ritualizar el descorche sonoro de la botella, que precede y anuncia todos los placeres dionisíacos que la imaginación evoca.


Pero no ha sido esa evocación la que me ha inspirado este canto lunar, sino la inocencia de un niño de poco mas de dos años, asomado al balcón del mediodia, diciendo, algo perplejo...-La lluna no está....está dormint... y su reconocimiento infantil de esa ausencia, tan elocuente, porque los adultos, normalmente, cuando miramos la realidad, no solemos percatarnos de lo que falta.


Duerme Luna, duerme. La luz lacerante del mediodía me duele en mis ojos lunares, pero de no haber sido por la perspicacia infantil no me habría dado cuenta de que la luna duerme en la habitación oscura de la tierra. Anoche, cuando la luna estaba en su plenitud, un vello espeso y oscuro recubrió mi cuerpo, mis caninos crecieron, mis músculos se tensaron y pude ver mi sombra en la pared, una figura encogida como un resorte, dispuesta a saltar por la ventana, a colgarse de las ramas de los árboles del patio del viejo cuartel abandonado, a lanzar un alarido arcaico, una respuesta animal, proteica, al influjo lunar.


Esta mañana he despertado con algunos arañazos. Suelo rascarme en sueños. Tengo las uñas duras y la piel frágil. Es normal, he pensado, mientras me afeitaba delante del espejo. Pero para los puñados de vello corporal que han quedado en el suelo, bajo la ventana, la verdad, no encuentro explicación.


Cada vez me interesa menos la vida diurna. No le encuentro atractivo, misterio. Además, de día, me siento débil. No soy consciente de mi potencia corporal. Siempre fui noctámbulo. Siempre pensé que las cosas medianamente interesantes, suceden de noche. Que si has de conocer a alguien que valga la pena, ha de ser en ese escenario oscuro de la nocturnidad, nunca bajo la luz lacerante diúrna. Esa preferencia sostenida en el tiempo me ha vuelto fotófobo y procuro no salir a la calle de día y si me veo obligado a hacerlo, me protejo con unas gafas negras, envolventes, como esas que llevaba Ray C harles.


Duerme Luna, duerme. A las tres de la tarde, en la habitación oscura de la tierra, la luna duerme.

-La lluna no está.....está dormint, dice mi nieto. Evoco la ternura de su infantil cuerpecito en la cuna, anoche, cuando salió la luna, y recuerdo con orgullo el vello que ya comienza a cubrir su rostro. Ha salido al abuelo.”


Lohengrin. 21-04-08.


domingo, 20 de abril de 2008

DON QUIXOTE

Cervantes fue, al parecer, un escritor humanista muy viajado cuya peripecia vital le proporcionó un conocimiento profundo de la naturaleza humana. Al vivir en Alcalá de Henares, escribir en castellano y situar las atrabiliarias aventuras de Don Quixote en lo que hoy es Castilla La Mancha, el centralismo literario madrileño se lo apropió, a la vez que proclamaba la universalidad de su obra, silenciando, de paso, el Tirant Lo Blanch, de Joanot Martorell.

Estudié con una maestra roja, represaliada, que me hacía leer el quijote todos los días, en castellano, naturalmente, no disponía de ediciones traducidas al catalán o el gallego, --el euskera, como el PNV, le parecían demasiado arcaicos-- y esa temprana experiencia me condicionó para siempre en mi modo de expresión escrita en castellano, que no es la lengua de mis mayores, pero se ha convertido en mi herramienta de trabajo insustituible, como les ocurre a Eduardo Guzmán o a Félix de Azúa.

Intenté superar esa limitación leyendo a Pere Gimferrer, pero solo conseguí entender un tercio de lo que leía, porque a Pere solo lo entienden los de Girona, --a quienes, por cierto, agradezco que visiten mi blog-- ni siquiera los demás catalanes, aunque alcancé a vislumbrar las cumbres de lirismo y creatividad lingüística que alcanzó en Fortuny. El caso es que yo pude haber sido un escritor catalán, pero las circunstancias históricas y el centralismo literario madrileño me han convertido en un escritor periférico que escribe en la lengua del centro.

No me malinterpreten, no tengo nada contra los madrileños, en el supuesto de que existan. Tomados uno a uno, me parecen simpáticos, pero convertidos en hueste dirigida por Aguirre, Gallardón y la pandilla de marqueses, duqueses y albañiles enriquecidos que malmeten en la política nacional, pueden comportarse como una masa parasitaria que absorbe los recursos del país en su afán irracional de construir un anillo urbano detrás de otro, porque no acaban de sacudirse el complejo de poblacho polvoriento que era Madrid antes de que el imperio fijara allí su sede, mientras que las ciudades periféricas eran lugares de referencia en toda Europa.

Ya está, sin pretenderlo, me he metido en el jardín de periféricos y mesetarios. Joder. En mi opinión, los mejores escritores y poetas han sido, son y serán, andaluces. Por mucho que la adustez castellana conduzca a una economía de medios y a un lenguaje podado de adjetivos innecesarios, eso no cambia el hecho de que Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez fueron andaluces, y que José Manuel Caballero Bonald, a mi juicio el escritor vivo con el estilo mas exquisito, sea de Jerez, y es que la influencia de Omar Kheyyám, se nota.

Ruego disculpas por la incongruencia de la entrada de hoy. Cuando la tenía medio escrita, he salido a visitar una exposición de pintura de El Greco, en San Pío V, de la que hablaré otro día, luego otra sobre la cultura de los mongoles en el Almudí. Los mongoles, esos tipos que inventaron la logística militar y conquistaron el mundo entonces conocido, solo con unos trozos de carne seca debajo de las sillas de sus caballos y que ahora viven sin pagar hipoteca en unas tiendas circulares que montan en tres minutos. Me ha sorprendido la gran cantidad y calidad del coral que utilizan para adornar sus vestidos ceremoniales. Dado que en las estepas mongolas no hay coral, hay que suponer que esa riqueza coralífera procede del intercambio, que es la esencia, junto con la ganadería trashumante, del nomadismo. Al terminar hemos comprado, al lado de Santa Catalina, una tortita con una masa finísima, repleta de almendras enteras caramelizadas. Para chuparse los dedos, oiga.

Después he mantenido una conversación por E-mail con Dulcinea del Toboso, tan excitante, que parecía un coito virtual, así que no tengo ni idea de por donde iba. ¿De que hablábamos? Sí, del centralismo madrileño, de la literatura mesetaria y periférica, del castellano que fagocitó a las lenguas autóctonas durante la dictadura ..y de la torta de almendras caramelizadas.

Y ahora tengo que irme, hay una partida de Continental en casa de unos amigos que no me quiero perder, así que, por hoy, lo dejo, con la promesa de profundizar en cada uno de los temas, sobre todo el de la caramelización de las almendras.

Lohengrin. 20-04-08.


sábado, 19 de abril de 2008

SOCIALISTAS

Hay socialistas y socialistas, aunque quizás sea mas preciso decir, hubo socialistas, ¿hay socialistas?. Que hubo socialistas es un hecho incontestable. Está en todas las hemerotecas, en los libros de historia del movimiento obrero y en la memoria colectiva y personal de los que tenemos una cierta perspectiva, enriquecida por los ejemplos cercanos que hemos conocido. En cuanto a la pregunta retórica, ¿hay socialistas? la cosa es mas complicada, pero se simplifica bastante si atendemos al análisis de algunos aspectos de la política de quienes dicen serlo, pero que podrían no serlo, en un sentido de rigor histórico, sino que mas bien se cobijan, desde mi punto de vista, en una marca que todavía tiene el poder evocador de la ideología que proclama, pero cuyo contenido dista bastante de responder al continente.


La conciencia obrera socialista se formó a partir de unos núcleos minoritarios de trabajadores que, bien por pertenecer a oficios cercanos a la cultura, las artes gráficas, el periodismo, tenían la capacidad de acceder a la información que a la mayoría de sus compañeros les era vedada por el analfabetismo imperante, o bien, a pesar de esa limitación, por su posición tan cercana a las relaciones de explotación casi esclavistas, por la propia violencia de esa explotación, como era el caso del campesinado andaluz.


El socialismo era entonces una opción liberadora y los primeros socialistas fueron obreros y campesinos. No había sindicatos. La existencia de los primeros sindicatos fue defendida con sangre, a veces a tiros, por los primeros sindicalistas, muchos de los cuales fueron abatidos por los pistoleros a sueldo de las patronales. Fue una época muy convulsa, pero no hay duda alguna de que entre aquellos pioneros del movimiento obrero, se forjaron los primeros socialistas, como lo hicieron libertarios y comunistas, las tres grandes corrientes históricas de la izquierda.


Que tenemos hoy bajo el paraguas de la marca del socialismo?. En su composición, el partido socialista es hoy un partido de clases medias, relativamente acomodadas, sin el menor rastro de obrerismo. Y los sindicatos mayoritarios? Están en manos de personas que arrojaron hace veinte años la llave inglesa o el bisturí y se han convertido en corporaciones burocráticas cuya característica mas destacada es, como organizaciones, la sumisión al sistema, y en cuanto a sus dirigentes, gentes tibias, siempre dispuestas a la componenda, al intercambio de favores –tu me das una cosa a mi, yo te doy una cosa a ti-- a sacrificar, si fuera preciso, los intereses de los trabajadores en favor de una forma de sindicalismo civilizado que se traduce en la miseria de las subvenciones gubernamentales a cambio de una flexible colaboración para que todo funcione, para que todo siga como está.


Hago esta introducción, esta reflexión previa, para tratar de entender, ya que no justificar, dos medidas emanadas del aparato político profesional que funciona, sin merecerlo, con la marca socialista.


Primero. La desaparición del Impuesto sobre el Patrimonio. Después de década y media de enriquecimiento ilimitado de los mas ricos a través de la especulación desaforada, el llamado partido socialista, en lugar de imponer un impuesto sobre las grandes fortunas, para que revierta al común de los ciudadanos una parte al menos de lo que, inicuamente, les han robado, les libera del Impuesto sobre el Patrimonio, que no solo tenía una función recaudatoria, sino, sobre todo, de control, para evitar el fraude fiscal.


Segundo. Para favorecer las economías de las familias, castigadas por la inflación y los costes financieros de las hipotecas, el llamado partido socialista incluye en su progrema electoral una ayuda de cuatrocientos Euros. Al aplicar esta medida, en lugar de fijar un límite por encima del cual no será efectiva esa ayuda, deja sin ayuda a quienes tienen menores ingresos, porque no tienen retenciones a cuenta. Lo han leído bien, si. Es decir, como en este país hay unos ocho millones y medio de personas que carecen de ingresos suficientes para que se les retenga nada, esos se quedan sin ayuda, en cambio todos los consejeros de la banca, las eléctricas y demás, harán efectiva esa ayuda, `puntualmente.

Sres. Zapatero y Blanco, ustedes me caen bien, me son mas simpáticos que otros, no dudo de sus buenas intenciones, pero cambiénle de una jodida vez el nombre a su partido, no me digan que son socialistas, joder. Es un insulto a la memoria de los que si fueron socialistas.

Y, en el remoto supuesto de que lean esto, no lo despachen como el desahogo de un purista. Yo puedo ser tan pragmático como el que más, lo que sucede es que me parece un acto de pragmatismo tratar de conseguir que se avergüencen ustedes de ciertas políticas, a ver si las cambian.

Por cierto, Pepiño, vete a tomar por el culo.


Lohengrin. 19-04-08.


jueves, 17 de abril de 2008

EL AGUIJÓN

EL AGUA.-


Sres. Políticos, repitan conmigo: El agua es un bien público al servicio de todos sus usuarios y los políticos estamos obligados a administrarlo con criterios de eficiencia económica, equilibrio social y solidaridad, evitando conflictos entre intereses específicos, mediante la negociación y el acuerdo.


Porfa, convoquen, ya, una conferencia interterritorial del agua, que acudan todos, políticos del gobierno central, de los gobiernos autonómicos y representantes de los usuarios, y que nadie salga de allí hasta haberse aprendido de memoria ese sencillo enunciado en cursiva, cuyo contenido es despreciado de modo cotidiano por mezquinos intereses egoístas.


LA COPA.-


Anoche me gratificó ver ganar al Valencia, aunque no soy un forofo. De entre las muchas declaraciones que escuché, en el fragor del triunfo, me llamó la atención la de su presidente. Un tipo con un rostro rígido, inexpresivo, incapaz de expresar emociones auténticas. Se dedicó a lamerle el culo a los Soler, en un acto de abyecta sumisión de perro faldero, en lugar de dar a la afición el protagonismo que merece. El futbol es un negocio que necesita del espectáculo para florecer. Los Soler son la representación misma del poder oscuro, en sus sedes abundan los paños de mármol negro con apariencia de mauseoleo y sus coches llevan las lunas tintadas. Deberían marcharse, quedarse en sus sedes marmóreas de oscuro poder, y dejar esos negocios de espectáculos deportivos en otras manos mas alegres, y llevarse consigo a su presidente, ese tipo rígido, inexpresivo, incapaz de expresar emociones auténticas, solo atento a lamer el culo del amo.


LAS MUJERES DEL GOBIERNO


Las plumas mas carcas de este país, emboscadas en los medios de comunicación mas afines a la derecha reaccionaria, se han sentido obligadas a cargar con sus ironías y sarcasmos mas ofensivos contra la incorporación de nueve mujeres al gobierno socialista. Hasta aquí, todo era previsible, porque nadie esperaba otro discurso de sujetos de la calaña de César Vidal. Sin embargo, hay que destacar otras actitudes que debieran ser menos previsibles. El Intermedio, de la Sexta, hace un discurso progresista sobre la incorporación de la mujer a todos los aspectos, sin exclusiones, de la vida social, critica a los misóginos comunicadores de la derecha, pero a la vez recupera en su espacio una de las expresiones mas rancias del machismo televisivo, las Mamachicho, y ni siquiera tiene el detalle de incluir en el conjunto de guapas danzantes a un par de Papachichos, con lo que queda claro que su defensa de las cuotas en favor de la igualdad de género es mero discurso vacío.

Aquí machistas somos todos, otra cosa es que unos estemos en proceso de reconversión y otros no.

Vean si no las cuatro páginas de “Levante” --un periódico local de Heliópolis que incopora en sus editoriales los argumentos de la izquierda políticamente correcta-- dedicadas a contactos y relaciones, básicamente prostitución de mayor o menor lujo, llenas de tetas y culos, que por cierto están muy bien, donde la presencia masculina es prácticamente irrelevante.


Va siendo hora de que los machos que hemos iniciado un proceso de reconversión lo concluyamos y que aquellos que ni siquiera han pensado en ello reconsideren su postura. A estas alturas del siglo, todos debemos aceptar que las mujeres alcancen el máximo nivel profesional, sin exclusiones de ningún tipo. Ahora bien, los románticos como yo, les seguiremos pidiendo que busquen un hueco en sus altas responsabilidades para poder ser amadas. La igualdad, sin amor, debe de ser un páramo.


Lohengrin. 17-04-08.


P.S. En la edición de esta noche, El Intermedio ha incluido a los Papachicho, pero el gobierno aún no ha convocado la conferencia interterritorial del agua y los Soler aún no se han ido del Valencia.



lunes, 14 de abril de 2008

PLACER, MIEDO, CULPA.

El placer es liberador, de ahí que las religiones estén empeñadas, desde siempre, en imponer decálogos que limitan la libertad de las personas, y las burguesías partidarias del control social para su propia protección clasista, hayan intentado lo mismo por medio de normas de comportamiento, convertidaas en leyes cuando lo han considerado necesario.


Como el control social y la represión de la libertad personal nunca les parece suficiente a quienes basan su existencia de minorías sociales en la no liberación de las mayorías, y no pueden convencer a los miserables de que los escasos placeres que están a a su alcance son malos en este mundo, han tenido que inventarse otro, en el que los castigos a la libertad placentera son tan terribles, que a través de la culpa uno lleva un mono en la nuca –Vicent-- que se encarga de controlarlo de por vida.


Cualquier persona sensata, no alienada por los discursos represores, anti liberadores, ha experimentado que las experiencias placenteras, tanto físicas como espirituales, tienden a convertirle en una persona mejor, siquiera temporalmente. Y, sin embargo, quienes necesitan de la sumisión ajena para su propia supervivencia insisten, durante milenios, en poner en valor el dolor y el sufrimiento humanos como una inversión que nos será retribuída a plazo fijo, generalmente muy lejano, y amenazan con los tormentos del infierno a las frágiles criaturas que se someten a sus normas, si hacen un uso –siempre inmoderado, dicen-- de su libertad personal, al margen de las convenciones, decálogos y normas que les son impuestos.


La razón que se esgrime para legitimar estas actitudes represoras es que las sociedades humanas volverían a la animalidad mas agresiva en ausencia de normas éticas o religiosas que controlen a sus indivíduos. La realidad es que la persistencia de minorías jerárquicas políticas, sectarias y religiosas imponiendo sus intereses en las formas de organización social, crean mas caos, desorden y conflictos que una sociedad tranquila y relajada, con licencia para la vida placentera, no agresiva.


Si la vida nos impone nuestra cuota de dolor y sufrimiento individual o colectivo, sin necesidad de buscarla, es criminal que alguien nos prohiba comer una chuleta de cerdo cuando nos apetece, o acostarnos con una señora/señor, con consentimiento recíproco, aunque no nos una ningun vínculo jurídico o religioso, mientras que ni el Papa, ni los demás jerarcas, son capaces de evitar que el mandamás de un país mande invadir a a otro y cause miles o millones de muertos.


No estoy hablando del placer limitado a lo gastronómico o carnal en un sentido hedonista, que también, sino de otros placeres, como el de ejercer la solidaridad mútua, el de no explotar a nadie, o el de habitar en una ciudad lenta, uno de esos lugares que forman parte del movimiento que rechaza vivir como nos imponen otros; de los placeres del conocimiento, del respeto a la naturaleza, del arte, por no hablar de otros placeres menores, pero no desdeñables, como tomar el sol, no escuchar a Samaranch ni a César Vidal, y otros por el estilo.


Hubo una década en la que abundaban los libros escritos en favor de las ideas de libertad y placer, Educación Liberadora, de Freire, El Miedo a la libertad, de Fromm, y hubo todo un movimiento de rechazo a las imposiciones absurdas que emanaban de un sistema que se volvía obsoleto y apartado de las verdaderas necesidades humanas. Los experimentos de comunas y formas de vida alternativas se ensayaron por la misma época. Algo pasó, probablemente propiciado desde el propio sistema, para que ese movimiento se destruyera por el abuso de alucinógenos y drogas duras.


El sistema siguió su camino y demostró una capacidad casi infinita para asimilar las protestas y los cambios, pero hay algo que siempre resurge, la conciencia de la propia libertad, de la capacidad individual de renunciar a lo que tratan de imponernos desde fuera.


Al menos, en el siglo XXI, hay mucha gente que no consiente que nadie le diga si ha de comer o no cerdo, o con quien debe o no debe acostarse. No es mucho, pero por algo hay que empezar, aunque lo ideal es que el Papa, los Ayatolás y los tipos como Bush y Putin desaparezcan de nuestras vidas. Que se vayan, luego ya pensaremos como organizarnos, que no se preocupen, no los echaremos de menos.


En fin. Carpe Diem.


De nada.


Lohengrin. 14-04-08.


jueves, 10 de abril de 2008

JAUME I

Ese catalán de Montpelier, Jaime I, al parecer despierta ciertos recelos entre los mezquinos administradores de la cultureta local, escindidos entre el reconocimiento de la importancia de un personaje histórico asociado al nacimiento de la identidad del Reino de Heliópolis, y sus orígenes espúreos. Esa esquizofrenia cultural, llena de contradicciones por las fobias desatadas contra los vecinos del norte, que tan buenos dividendos han rendido desde los tiempos de Fernando Abril Martorell a la derecha política de Heliópolis, constituye un obstáculo para que la clase política en el poder haga suya la efemérides histórica que ahora toca conmemorar, pero nosotros, las gentes de a pie, podemos pasar de ellos y hacerla nuestra.


Mi profesora de comunicación nos ha propuesto un trabajo de divulgación de esa figura histórica, desde distintos puntos de vista. Así, unos compañeros se encargarán de los aspectos militares de la conquista del Reino de Heliópolis por Jaime I, mientras que otros lo harán de los aspectos legislativos, del Repartiment, dels Furs y las demás instituciones jurídicas que conformaron la administración real en el siglo XIII.


El llibre dels Fets, primera crónica de un monarca sobre su propio reinado, será objeto de tratamiento aparte, y por último, yo me ocuparé de la vida sexual de Jaime I, incluyendo la conyugal, con sus tres esposas sucesivas, y la extraconyugal, simultánea a la anterior y que tanta influencia tuvo, por el número de sus bastardos, en la repoblación del Reino abandonado por los moriscos, de grado o por fuerza.


Intentaré un análisis comparativo entre sus relaciones bárbaras con sus esposas cristianas, --ya se sabe que la práctica sexual cristiana de aquella época consistía en meterla por un agujero practicado en las sayas de la hembra reproductora, con la única finalidad de dar prole a la monarquía-- y la sensualidad oriental, mas civilizada, mas orientada al placer, mas sofisticada, de la que hay testimonios que fue practicada por el monarca con un número indeterminado de concubinas moriscas.


Teniendo en cuenta que el tamaño físico de Jaime I era dos palmos mayor que el mas alto de sus súbditos, y suponiendo una cierta proporcionalidad en el tamaño de sus genitales, no es dudoso suponer que su real cetro causara estragos entre las innumerables mujeres a las que conoció carnalmente, y verdadera envidia entre las que no pudieron, aún deseándolo, poseerlo biblícamente.


No ha sido nada fácil encontrar documentos alusivos a pensiones concedidas a concubinas y bastardos, porque el Archivo del Reino guarda celosamente esos secretos. La casualidad me ha favorecido, por medio de una relación de amistad con una historiadora que ejerce en esas dependencias, cuyo nombre no voy a citar por razones obvias, y eso me permite reproducir, con toda fidelidad y rigor, la relación de favores económicos que el rey concedió por escrito, con nombres y cantidades, a personas relacionadas con sus actividades extraconyugales, sin que ello signifique que no hubiera muchas mas, cuyos registros se han perdido, o que, aun teniendo comercio carnal con el rey, no fueron objeto de sus atenciones dinerarias.


Este es el resultado de la investigación realizada, cuya primicia ofrezco, antes de entregarla a mi profesora de comunicación, a los usuarios del Blog.

14-12-1240-Zoraida Ben Maclet (33 servicios) 40 libras.

10-04-1241-Alí Ben Maclet (hijo de Zoraida) pensión de 10 libras y veinte sueldos cada año que viva.

06-08-1241-Salina Hayan (muerta en acto de servicio) 100 libras para sus herederos

10-12-1243-Aissa de Tarsis (2 años de convivencia en tiempos difíciles) 150 libras

01-04-1244-Hassan y Abul (hijos de Assia) pensión de 20 libras, cada uno de ellos, por cada año que vivan.

20-07-1244-Warda Ben Jeyoun ( 6 meses de convivencia, los mejores del primer quinquenio de mi reinado, con mi real agradecimiento) 150 libras.

10-09-1247-Mariam Maalouf (3 años de convivencia, desde que cumplió los quince) 150 libras de la dote para que ingrese en el convento de las Agustinas y 50 sueldos para la partera que procuró su aborto.

23-12-1247- Amin de Fez, físico de la corte. 60 sueldos por tratarme la sífilis que me pegó Mariam.

10-06-1248- Amin de Fez, físico de la corte. 60 sueldos por la curación de la sífilis.

06-12-1250- Hamma, Hammam y Harira, (dos años y 6 meses de convivencia simultánea con gran gozo de mi real majestad) 300 libras para las tres y loado sea Alá que ha bendecido su belleza.

A partir de esta fecha, hay un vacío de diez años. Al parecer los asuntos del reino tuvieron tan ocupado al monarca, que dejó de ocuparse personalmente, durante un decenio, de la selección y retribución de sus concubinas. Se cree que recurrió a un tal Sahib Mofad, alcahuete de profesión, para que le mantuviera aprovisionado, pero la única pista, sin confirmar, es una anotación en el llibre dels Fets que acredita la entrega de 1.200 libras al tal Sahib, por sus servicios prestados, sin que se especifique en que consistieron esos servicios.


El reinado de Jaime I se prolongó hasta 1.276. Teniendo en cuenta los datos reunidos en el Archivo del Reino y el hecho de que el paso de los años disminuiría el poder viril del monarca, pero aumentaría su concupiscencia, una extrapolación razonable de los datos fiables que se conservan permite aventurar la hipótesis de que mantuvo relaciones extraconyugales con algo mas de trescientas concubinas. Se trata de relaciones mas o menos estables, documentadas, vinculadas a su estancia en la corte, porque el número de mujeres con las que tuvo trato sexual in itinere, en sus campañas y desplazamientos es prácticamente incalculable.


En cuanto a los bastardos, hay documentados aproximadamente un centenar, pero se sabe por testimonios indirectos que fueron bastantes mas.


Mi conclusión es que, si bien al iniciar el trabajo teníamos claro que la ingente obra legislativa de Jaime I era muy superior a sus hazañas militares, no podíamos sospechar que, expurgados los archivos del reino, aparecieren evidencias que prueban que la actividad sexual del rey, sobre todo extramarital, fue incluso mas intensa y extensa que su dedicación a establecer las bases jurídicas de la administración de su reino.


En cuanto a su aspecto de cronista, tan relevante, al ser el primer monarca que dio cuenta por escrito de los avatares de su reinado, lo que nos interesa aquí es que, sin la fuente del llibre dels Fets, --su crónica-- no hubiésemos dispuesto de las claves para obtener resultados en la investigación de los papeles del archivo del reino.


Fuentes: Historia del Reino Valenciano, Abú Ben Hammid
Wikipedia
Archivo del Reino
Departamento de Medios de comunicación de UPE


Este es un trabajo colectivo de los alumnos de UPE, dirigido por la profesora de Medios, en relación con la conmemoración del ochocientos aniversario del nacimiento de Jaime I, Señor de Montpelier, Conde de Barcelona y Urgel, Rey de Aragón, Valencia y Mallorca.


Lohengrin. 10-04-08.






HABLAR INGLÉS

Bajé al Maravillas, hace un par de días, y me sorprendió el comentario de un parroquiano, de aire un poco étnico, aficionado a los pájaros, que revelaba un conocimiento riguroso de las macro magnitudes económicas y de las relaciones entre ellas. Antes de que la información apareciera en los medios de información general, el experto en pájaros aludía a que el nivel de crecimiento de la economía española en 2008 no superaría el 1,8 y que por debajo de un valor superior, que cuantificó, el aumento del nivel de desempleo estaba asegurado.


Hoy, los diarios locales confirman la aseveración que el pajarero anunció dos días antes, lo que parece indicar dos cosas, o los diarios locales sacan las noticias con retraso, o bien la gente de a pié tiene otros canales de información, distintos de la prensa escrita, que le informan con mayor celeridad de lo que pasa en el mundo.


Las macro magnitudes, como su nombre indica, son cosas demasiado grandes para que las entendamos el común de las gentes. Las económicas, en particular, desde mi punto de vista subjetivo, tienen una función peculiar, de la que se habla pocas veces. Son parte del lenguaje sacerdotal que los sabios económicos utilizan para defender el carácter científico de su disciplina. Del mismo modo que los sacerdotes egipcios se servían de un lenguaje propio para marcar distancias con el vulgo, no puedes aspirar a que te den el Nobel si no envuelves en un lenguaje críptico el tratamiento teórico de la realidad económica.


Así como la Filosofía se ha ocupado del ser, desde antes de que los cínicos pusieran en cuestión las doctrinas de sus maestros en los gimnasios de Atenas, la Economía, desde los tiempos de Ricardo, Smith y Marx, se ha ocupado, sobre todo, del estar, y buena parte de los esfuerzos de los primeros teóricos se dirigieron a reivindicar para su disciplina la condición de ciencia social, en un intento de que quienes practicaban las ciencias duras, las de verdad, la física y esas cosas, dejaran de mirarles por encima del hombro.


La Economía como ciencia llegó a España procedente, como casi todo, del mundo anglosajón. Los manuales con los que nos familiarizábamos con las macro magnitudes en la vieja facultad de la calle de La Nau estaban traducidos del inglés, y buena parte de sus términos técnicos, por falta de su equivalente castellano, que se había quedado en el ser, dada nuestra secular resistencia a la innovación foránea, se manejaban en su idioma de origen.


Este predominio de lo anglosajón en nuestra cultura me fue revelado por un artículo periodístico, después de que yo hubiera evocado en el Blog nuestra cultura latina, y el comunicador que lo firmaba, mas viajado que yo, me convenciera de que, efectivamente, tuvimos esas raíces culturales, pero nuestro modo de vida actual, el modo en que compramos, nuestros hábitos cotidianos, la información que recibimos, todo nuestro modo de estar en el mundo, responde a un modelo predominante, el anglosajón, y nada tiene que ver ya con el mundo latino.


Asumido ese paradigma cultural, la falta de conocimiento del idioma inglés parece una insuficiencia semejante al analfabetismo que padecieron generaciones anteriores en este país, cuando la incorporación al servicio militar era la única ocasión para muchos de desasnarse. Resulta algo patético ver a nuestros mas altos representantes sufrir de esa carencia generacional en el conocimiento de idiomas, cuando asisten a reuniones internacionales.


Aunque es todavía mas patético que Font de Mora, el Conseller de Educación en Heliópolis, pretenda que la asignatura de Educación para la ciudadanía se enseñe en inglés. Uno no acaba de acostumbrarse a los rasgos surrealistas de la política de los populares en el planeta Heliópolis, que parece de otro sistema solar.


Consciente de esa limitación, asistí a un par de cursos de inglés en la UPE, pero la falta de motivación, unida a una irracional hostilidad hacia la profesora que me tocó –algo químico, seguro-- dieron como resultado mi abandono del intento, sin haber logrado el mas mínimo progreso en el aprendizaje de ese idioma.


Tengo un par de amigos ingleses, a los que veo de año en año, y aunque ella domina perfectamente el castellano, que aprendió bien en Salamanca, Kent es un negado para el castellano, como yo para el inglés. De los diplomáticos ingleses dicen que son los mejores del mundo, detrás de los de El Vaticano, porque aunque perdieron un imperio, se comportan como si aun lo tuvieran. Algo de esa característica diplomática habita en esos isleños, pues consideran natural cuando están fuera de la isla, como cuando estuvieron presentes en medio mundo y lo consideraron una finca suya, que sean los indígenas los que aprendan su lengua.


Algo de aspecto de inglés debo tener, pues hace quince días, en el salón de un hotel de Cambrils, mientras jugaba a las cartas con mi mujer –ella si que parece inglesa-- un viajero de la isla se dirigió a nosotros en tono interrogativo, -Bridge? -Continental, contesté yo, y me dio la impresión, por la expresión de su cara, de que no entendió la respuesta. No reconoció en mi respuesta el nombre del juego de cartas, sino la declaración de que yo era del continente, que no era inglés.


Esa condición de insularidad de la cultura inglesa, pese a la universalidad de su idioma, ¿es todavía un elemento esencial, singular, del modo de ser que se atribuye a sus nacionales? ¿No hay tal singularidad, porque el american way of life se ha extendido de tal modo por Europa, que lo que caracteriza a sus habitantes son las uniformidades, en lugar de las singularidades?


Si el modo de hablar es una singularidad que refleja un modelo cultural particular, sería la expresión de diferencias esenciales. Pero,¿ y si el modo de hablar fuera, simplemente, un vehículo de comunicación, un residuo histórico, aplicado a unos hábitos culturales, existenciales, básicamente uniformes en todos los lugares, con independencia de la lengua que se hable?


En cuanto a las Economías, no hay duda de que todas son anglo sajonas. No hay mas que ver el efecto de la aventura iraquí de Bush –han visto sus lágrimas?-- en las economías europeas, y la similitud en las cifras del coste económico de esa guerra –por no hablar del humano-- y el agujero de la banca internacional.


Mi limitación en el conocimiento directo de la lengua, la cultura, y los modos de vida originales anglo sajones, me impide extraer cualquier conclusión documentada. Ahora, por fin, tendré ocasión de reducir esas limitaciones. Me voy a Londres, el mes que viene y, por fin, tendré la ocasión de estar en Picadilly Circus, el cogollo londinense. Allí tendré ocasión de conocer los hábitos, manías y singularidades de los ingleses, preguntando a los catalanes, valencianos, madrileños, andaluces, que llenaran la plaza, porque ingleses, londinenses, no podré ver ni uno. Están todos aquí.


Lohengrin. 10-04-08.

martes, 8 de abril de 2008

SOLO SIETE

La imagen de Francisco Camps, Presidente de Heliópolis, a quien acompaña nuestra mas popular vacaburra, entregando un diploma a Sarcozy acompañado de Carla Bruny, junto al interés por adecentar los solares que habrán de ser el escenario del espectáculo de la Fórmula 1 dentro de pocos meses, muestran con claridad meridiana cuales son las prioridades de su política.


Mientras en otras comunidades la aplicación de la ley de dependencia cuenta por millares a los dependientes y cuidadores atendidos por los gobiernos autonómicos en sus necesidades imperiosas, aquí, en el paraíso de los eventos mediáticos, -cuesta creerlo- son siete. Las sonrisas fotográficas de nuestros mas altos representantes electos, que ayer publicó la prensa, quedan así congeladas en un testimonio de la miseria política que subyace bajo la apariencia del espectáculo.


En otro lugar de este Blog he sostenido, asumiendo que ese punto de vista puede ser calificado de anti democrático, que las mayorías sociales tambien se equivocan. En este caso, es posible que la preferencia mayoritaria de los ciudadanos por esta calaña de políticos que nos desgobiernan, refrendada una y otra vez en las urnas, a despecho de sus actitudes, unas veces insolidarias, otras veces, sencillamente, indecentes, tenga su raíz en la falta de impulso y de credibilidad de una posible alternativa, pero no se pueden subestimar otros factores que explican la contumacia de las preferencias mayoritarias en jalear unas políticas que tienen bastante de demenciales, desde el punto de vista que considera que una de las funciones de la política es la atención a los ciudadanos, en especial, a los grupos sociales mas frágiles.


Los políticos en el poder, suelen contar con instrumentos mediáticos y presupuestarios muy potentes que procuran usar para mantenerlo durante el mayor tiempo posible, pero la trama que han construido los populares en Heliópolis, haciendo de los medios públicos, en especial Canal 9, un instrumento de propaganda, manipulación y autobombo, al tiempo que una herramienta de exclusión de la discrepancia, tiene un precedente muy claro, que hay que buscar en el ministerio de propaganda de Göebels en la alemania nazi, y que nadie se rasgue las vestiduras sin antes hacer un análisis objetivo de las técnicas de manipulación empleadas en ambas situaciones. Con la diferencia de que Göebels solo contaba con la radio y los eventos espectáculo, que tan bien utilizaba.


¿Que tenemos pues, en Heliópolis, en 2.008.? Un aparato gubernamental de manipulación, propaganda y exclusión, una red presupuestaria clientelar, y una oposición incapaz de superar esas enormes barreras, todavía con problemas internos y de falta de cohesión. A mi juicio, las mayorías sociales, en situaciones como estas, carecen de la información suficiente para ejercer un voto crítico, consistente, en primer lugar, porque se les hurtan aspectos de la realidad relevantes para formarse un juicio objetivo de la acción de gobierno, también porque el uso cuasi totalitario del poder político, junto a sus propias inconsistencias, impide la percepción en el electorado de la existencia de una opción de cambio.


Sin embargo, en un sistema de democracia formal como el nuestro, todos tenemos a nuestro alcance hacer un esfuerzo para informarnos. La realidad nos informa cada día, al margen de los canales oficiales, de las noticias de prensa. Basta con pasear por ciertos barrios. Se pueden reconocer las muchas insuficiencias, las deficiencias de atención sanitaria, los entornos sociales conflictivos, problemáticos, desatendidos. La falta de criterio urbanístico está presente en la ciudad, en forma de adefesios arquitectónicos, en nuestras mejores plazas y calles. Todos tenemos algún familiar próximo, o un conocido, entre los miles de personas que reclaman ser atendidos por la política social, pero muy pocos conocemos a alguno de los siete afortunados por la aplicación de una política que mas parece un premio de la lotería, que la legítima satisfacción de un derecho.


De quien es la responsabilidad de esta situación?. Evidentemente, en primer lugar, de quienes, cerrando los ojos a una realidad perceptible con un poco de esfuerzo, ratifican una y otra vez ese ejercicio del poder insolidario, indecente. Es en ese sentido que, aún a riesgo de ser calificado de

anti democrático, sostengo que las mayorías sociales, en ocasiones, se equivocan. Son las mayorías sociales las que crean y destruyen las alternativas, y en ese sentido, son las primeras responsables de mantener en el poder a un entramado de intereses que opera, no en favor de los intereses de los ciudadanos, sanidad, educación, políticas sociales, sino en favor de su propia continuidad, usando a fondo y con habilidad los instrumentos de propaganda, eventos, televisión pública, como nunca antes había sucedido desde los tiempos de Göebels.


Esos tinglados que parecen tan sólidos, y se prolongan en el tiempo en ausencia de una oposición efectiva, suelen descomponerse ellos solos, mueren de éxito. No le arriendo las ganancias a quienes deban recoger su herencia de deuda, excesos, chanchullos y redes de financiación privilegiada.


Lo lamentable de todo esto es que los perdedores siempre son los mismos, los ciudadanos. Me queda el mínimo consuelo, conformista, la verdad, de no haber contribuido a esos excesos con mi voto.


Lohengrin. 9-04-08.




EL JARDÍN DE HELIÓPOLIS

“Había concluido el tercero de sus libros, todos ellos inéditos, y pensó que había llegado el momento de terminar su incursión de escritor secreto con una cuarta entrega, porque intuía que el tiempo no le daría para mas.

Le pareció oportuno situar el arranque del libro en un jardín del lugar literario que había asomado tímidamente en su trabajo anterior y esa idea le dio el título que debía ponerle, El jardín de Heliópolis.

Pasó varios días proyectando ese jardín por el que deberían desfilar algunos fantasmas. Pensaba dotarlo de dos puertas, una de entrada, otra de salida, y de un laberinto en su interior. Dudó entre situarlo junto a una casa solariega o dejarlo aíslado como una mancha verde en medio del páramo. Hizo varios dibujos para aclararse las ideas y consultó a algunos botánicos para documentarse acerca de las especies que deberían habitarlo. Al final, eligió el boceto que lo situaba junto a la casa y decidió que sus habitantes vegetales serían, además del laberinto, los especímenes que aparecían, dispersos, en sus libros anteriores, con independencia de la compatibilidad que tuvieran, o no, desde el punto de vista de los especialistas.

Le ocupó unos días mas rescatar, de las páginas ya escritas, las referencias vegetales que necesitaba para componer un listado exhaustivo de esos elementos del paisaje. Finalmente, cuando ese jardín inventado tomó forma en el papel, ensayó el arranque del libro, que no era otro que el relato pormenorizado de los preliminares que habían conducido a su creación, y la recreación de sus sensaciones cuando habitó, por vez primera, ese lugar mítico.


Al hacer el listado de las especies vegetales, se encontró con la presencia de aves y decidió incluir una pajarera, así como algún otro elemento no previsto. La relativa variedad de elementos encontrados, le obligaba a un esfuerzo de clasificación. Pensaba en árboles frutales, de hoja caduca o perenne, plantas florales y de fruto, hierbas aromáticas. Pero, que hacer con el árbol de palabras, los hombres planta, los vegetales alienígenas, el moho, incluso el manglar?. Por otra parte, odiaba, por culpa de Agatha Christie, la palabra arriate. Esto, en cuanto a lo vegetal.


Y los pájaros? ¿Como conciliar las aves marinas con el actor volador, los pájaros cantores, las aves rapaces; los lujuriosos palomos y tórtolas con las delicadas mariposas Monarca, o con las arañas trapecistas?. El autómata alado no era problema, se movería mecánicamente en el cono superior de la pajarera, sin molestar a nadie. Se le podía hacer intervenir cuando fuera oportuno con su voz pregrabada.


Contando con la fuente de los esqueletos de lémur, son mas de medio centenar los elementos disponibles para montar el jardín, sin contar el laberinto. Pensó ubicar allí, en el laberinto, a los hombres planta, el árbol de palabras, los vegetales alienígenas, el actor volador y la fuente. Eso simplificaría bastante los demás ambientes, que se podrían ordenar de un modo relativamente armónico. Concluyó que debería hablar con algún paisajista, de todos modos.


El paisajista le dijo que, para ubicar el laberinto, habría que duplicar la superficie prevista para la instalación del jardín y le propuso la réplica de uno que existió en los jardines de Versalles, del que se conservaban los planos. Le recomendó, además, que, teniendo constancia histórica de que aquellos lugares laberínticos habían ofrecido escondites impenetrables para la práctica de la lujuria a las cortesanas de París y sus acompañantes, dedicara uno de ellos, que señaló en el plano, para residencia permanente de palomos y tórtolas, con el fin de que no marearan el gallinero con su lubricidad extrema.


Lo del aumento de superficie no le preocupó, pues al tratarse de un jardín imaginario, no había adquisiciones de por medio, solo una representación gráfica a mayor escala, que permitiera integrar todos los elementos. La ubicación de los palomos le pareció una buena idea. No sabía que hacer con ellos.


La fuente con menudos esqueletos de Lémur podía ser un problema. El lémur pertenece al género de primates prosimios, a la familia de los lemúridos, pero se le atribuye a la vez ser alma de los muertos, espectro nocturno, fantasma, sombra, duende..


¿Que eran, para Cortázar, esos menudos esqueletos de lémur, entre los que bate su tiempo el corazón del agua..? ¿Eran espectros, duendes, simples despojos animales? ¿Invocaban su memoria literaria mas antigua? Imposible saberlo. Optó por disponer un rótulo que dijera, fuente de los

esqueletos de lémur, y renunció a darle otro significado que no fuera el homenaje a ese autor.


El paisajista le desaconsejó incluir los cultivos de maíz, cereal y algodón, y a el le pareció bien excluir esos elementos propios de la narrativa americana. El aumento de superficie libre que suponía esa exclusión, permitía incluir algún elemento externo, real, ajeno a las páginas ya escritas. Se dio una vuelta por Heliópolis y decidió incluir en su jardin virtual un magnífico magnolio centenario que vio en un paseo ajardinado, con una copa enorme, muy intrincada, pero accesible. Pensó que allí podía encaramarse el barón rampante de Italo Calvino y permanecer allí todo el tiempo que durara el libro, observando, escéptico, las pequeñas miserias de los habitantes del jardín, sin mezclarse con ellas.


Revisó el espacio disponible. Aún le quedaba sitio para el rincón zen. Podría disponer una alberca circular en cuyo centro flotarían, plácidas, aquellas plantas acuáticas que había visto en algún libro de su infancia, capaces de soportar el peso de un niño sin hundirse.


Cuando terminé de imprimir las cinco primeras páginas del libro objeto de este relato, sonó el teléfono. Era mi editor.


-Marc, ¿como estás?


-Bien y tu, Ariel, ¿Cómo me llamas a estas horas, pasa algo?


-Bueno....verás.....he decidido prescindir de tus servicios...


-¿Me despides.....si acabamos de iniciar el proyecto..?


--¿Para que se necesita un narrador? ... la tercera persona es una pendejada....¿no?


--Bueno....permite cierto distanciamiento, y.....


--Mira, con lo que me ahorro quitando el narrador, puedo irme a un crucero por el Mar Negro..


--No se que decir.....


--No digas nada, piensa que la primera persona es mas directa, permite mayor dinamismo y, en consecuencia, menor tiempo y, según creo, el tiempo es ahora para ti mas importante que el dinero, no?


--Está bien. Lo haremos como tu dices. No hay problema.


Al día siguiente fui al estudio de diseño. Quería hacer una prueba con el photoshop, ensayar la distribución final, hacer una prueba de color, elaborar, en fin, una carta de navegación lo bastante exacta, que me permitiera iniciar el viaje que mi imaginación me exigía, imperiosamente, sin perderme en el laberinto.”


(Fragmento de El Jardin de Heliópolis. 2004.. Versión revisada 2.008.)


Lohengrin. 8-04-08.


RUZAFA LA NUIT

Cuando visité París, hace ya décadas, lo que mas me sorprendió de Pigalle no fue la concentración de locales de sexo, --mussassos y mussassas, pasen y vean.. sino la capacidad de transformación de un paisaje urbano en otro distinto al caer la noche, hasta el punto de parecer dos lugares diferentes.


Tuve la misma sensación, --una especie de deja vu-- la noche del sábado, al recorrer el barrio de Ruzafa, en Heliópolis, con unos amigos, antes de cenar en el Dios te salve, una taberna andaluza de Pedro III, de lo mas recomendable.


Suelo frecuentar ese barrio, aunque solo practico el noctambulismo por allí de tanto en tanto. Esta vez hacía meses que no lo pisaba, y me ha sorprendido el gran número de locales nuevos de ocio que han abierto, en tan poco tiempo. Desde los restaurantes mas étnicos de la calle de Cuba, hasta los locales de todo tipo, restauración, copas, bares musicales, especialistas en mojito cubano, antros de jazz, arrocerías, tabernas, que se extienden por las calles de Cádiz, Literato Azorín, Centelles, Sueca, Carlos Cervera, Tomasos, Sevilla y, saliendo de ese conglomerado, llegan hasta Pedro III.


En todas esas calles, y algunas más, he podido constatar la apertura de nuevos locales, de modo que la oferta actual de ocio de esos lugares ha superado la tímida fase inicial y consolida el barrio como una de las mejores opciones de disfrute nocturno. No en vano el Hotel Petit Palace, un lujoso hotel de encanto se ha instalado allí, y he oído rumores de que los dueños de Maxim´s solo esperan el desarrollo urbanístico de la zona para estar presentes en el barrio con su restaurante.


Galerías de Arte, espacios de diseño y comercios exclusivos asoman en menor número entre la mayoritaria vocación hostelera de los negocios del barrio. Nosotros, el sábado, tomamos primero una cerveza sentados alrededor de un tonel en El Rebujito, cuyo rabo de toro es tan bueno como el que preparan los especialistas en Córdoba. Después, paseando, fuimos a parar a la Taberna Dios te salve, ya citada.


Nos preparamos la boca con un enjuage de tinto de la Ribera del Duero, -catorce euros- seguimos con unas tortitas de camarón, riquísimas, unas excelentes croquetas de jamón y queso, calamares clásicos, perfectos, una bandeja de verduras asadas, las puntillas, todo puesto en el centro, para picotear, y al final, la cuenta no superó los doce euros por persona. Me pareció muy razonable, sobre todo teniendo en cuenta que en un reciente viaje por la costa me habian soplado seis euros por dos cafés.


Antes de irnos, miré a las mesas vecinas, y pude observar el dominio de la técnica de la fritura, algo sencillo en apariencia, pero que aquí alcanza la perfección andaluza. Una bandeja contenía la guarnición de una brocheta, unas simples patatas fritas con pimientos de Padrón. Su color, su textura y la ausencia de aceite daban cuenta de esa perfección.


Luego fuimos a la Taberna Cubana, en la calle de Cádiz. Como su nombre indica, estaba llena de cubanos, y los mojitos que nos pusieron nos parecieron muy auténticos, a cuatro pavos.


Entre una y otra cosa, nos dió la una callejeando por el barrio y, recordando mi impresión la primera vez que estuve en Pigalle, reconocí que el paisaje urbano del barrio de Ruzafa es uno de día, y otro completamente distinto, de noche. Tuve una sensación de deja vu.


De nada.


Lohengrin. 8-04-08.

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