domingo, 20 de abril de 2008

DON QUIXOTE

Cervantes fue, al parecer, un escritor humanista muy viajado cuya peripecia vital le proporcionó un conocimiento profundo de la naturaleza humana. Al vivir en Alcalá de Henares, escribir en castellano y situar las atrabiliarias aventuras de Don Quixote en lo que hoy es Castilla La Mancha, el centralismo literario madrileño se lo apropió, a la vez que proclamaba la universalidad de su obra, silenciando, de paso, el Tirant Lo Blanch, de Joanot Martorell.

Estudié con una maestra roja, represaliada, que me hacía leer el quijote todos los días, en castellano, naturalmente, no disponía de ediciones traducidas al catalán o el gallego, --el euskera, como el PNV, le parecían demasiado arcaicos-- y esa temprana experiencia me condicionó para siempre en mi modo de expresión escrita en castellano, que no es la lengua de mis mayores, pero se ha convertido en mi herramienta de trabajo insustituible, como les ocurre a Eduardo Guzmán o a Félix de Azúa.

Intenté superar esa limitación leyendo a Pere Gimferrer, pero solo conseguí entender un tercio de lo que leía, porque a Pere solo lo entienden los de Girona, --a quienes, por cierto, agradezco que visiten mi blog-- ni siquiera los demás catalanes, aunque alcancé a vislumbrar las cumbres de lirismo y creatividad lingüística que alcanzó en Fortuny. El caso es que yo pude haber sido un escritor catalán, pero las circunstancias históricas y el centralismo literario madrileño me han convertido en un escritor periférico que escribe en la lengua del centro.

No me malinterpreten, no tengo nada contra los madrileños, en el supuesto de que existan. Tomados uno a uno, me parecen simpáticos, pero convertidos en hueste dirigida por Aguirre, Gallardón y la pandilla de marqueses, duqueses y albañiles enriquecidos que malmeten en la política nacional, pueden comportarse como una masa parasitaria que absorbe los recursos del país en su afán irracional de construir un anillo urbano detrás de otro, porque no acaban de sacudirse el complejo de poblacho polvoriento que era Madrid antes de que el imperio fijara allí su sede, mientras que las ciudades periféricas eran lugares de referencia en toda Europa.

Ya está, sin pretenderlo, me he metido en el jardín de periféricos y mesetarios. Joder. En mi opinión, los mejores escritores y poetas han sido, son y serán, andaluces. Por mucho que la adustez castellana conduzca a una economía de medios y a un lenguaje podado de adjetivos innecesarios, eso no cambia el hecho de que Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez fueron andaluces, y que José Manuel Caballero Bonald, a mi juicio el escritor vivo con el estilo mas exquisito, sea de Jerez, y es que la influencia de Omar Kheyyám, se nota.

Ruego disculpas por la incongruencia de la entrada de hoy. Cuando la tenía medio escrita, he salido a visitar una exposición de pintura de El Greco, en San Pío V, de la que hablaré otro día, luego otra sobre la cultura de los mongoles en el Almudí. Los mongoles, esos tipos que inventaron la logística militar y conquistaron el mundo entonces conocido, solo con unos trozos de carne seca debajo de las sillas de sus caballos y que ahora viven sin pagar hipoteca en unas tiendas circulares que montan en tres minutos. Me ha sorprendido la gran cantidad y calidad del coral que utilizan para adornar sus vestidos ceremoniales. Dado que en las estepas mongolas no hay coral, hay que suponer que esa riqueza coralífera procede del intercambio, que es la esencia, junto con la ganadería trashumante, del nomadismo. Al terminar hemos comprado, al lado de Santa Catalina, una tortita con una masa finísima, repleta de almendras enteras caramelizadas. Para chuparse los dedos, oiga.

Después he mantenido una conversación por E-mail con Dulcinea del Toboso, tan excitante, que parecía un coito virtual, así que no tengo ni idea de por donde iba. ¿De que hablábamos? Sí, del centralismo madrileño, de la literatura mesetaria y periférica, del castellano que fagocitó a las lenguas autóctonas durante la dictadura ..y de la torta de almendras caramelizadas.

Y ahora tengo que irme, hay una partida de Continental en casa de unos amigos que no me quiero perder, así que, por hoy, lo dejo, con la promesa de profundizar en cada uno de los temas, sobre todo el de la caramelización de las almendras.

Lohengrin. 20-04-08.


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