sábado, 5 de julio de 2014

INVENTARIO

He bajado al maravillas y mientras tomaba el segundo café, hoy he madrugado mas de lo acostumbrado, leo en Levante que parece que el ayuntamiento le va a dedicar una calle a Juan Roig, lo que me lleva a preguntarme porqué nuestras autoridades municipales no han editado aún una guía, un inventario, que recoja los nombres de los personajes mas o menos ilustres, que habitan el callejero de la ciudad, junto a una breve biografía de cada uno de ellos.

Bajo los efectos del tercer café del día, antes de bajar he tomado uno en casa, voy a tratar de especular con la posible respuesta.
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En ese posible inventario no podría faltar el Rector Peset, que además de calle tiene un hospìtal con su nombre, pero, claro, tampoco debería estar ausente, por rigor histórico, su delator, Marco Merenciano, que lo denunció a las autoridades fascistas, no se sabe si para sentarse en su sillón de rector. 

De aquella denuncia, no se dedujeron consecuencias graves, pero un segundo proceso acabó con la ejecución del reo. Me pregunto si son estos perfiles históricos contradictorios la causa de que nadie haya acometido esa publicación. 

Veamos lo de Juan Roig. Su fortuna familiar tiene su origen en una industria cárnica que estuvo radicada en Tavernes Blanques, en plena posguerra. En aquella época la práctica totalidad de la población de amas de casa tomaba el tranvía y cruzaba la frontera. En el fielato instalado en los lugares fronterizos que separaban cada término municipal se cobraban tasas por las mercancías compradas en otros, y las mujeres que iban en busca de las salchichas de Roig procuraban camuflarlas bajo las faldas para no pagar las tasas. 

Hay que suponer que las salchichas de Roig no eran como las de ahora. No estoy sugiriendo que incluyeran componentes raros, pero tal vez la mayor parte de su contenido eran grasas, lo que parece congruente con la aceptación social de una cierta gordura como elemento de la estética femenina de la época. 

Hasta que aparece Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, la vimos ayer en la Filmoteca, y el guionista hace decir a un personaje, -no come nada... no se aprecia la aparición de la delgadez como un elemento estético novedoso, en oposición a la opulencia de las formas. Mientras duró ese paradigma, no hay que subestimar cómo se acumularon en las arcas de los Roig los dineros por la venta de grasa, a precio de carnes magras. Un inventario biográfico riguroso, no debe excluir estos aspectos. 

Y que hacemos con las calles del Cabanyal...No podemos omitir al Arcipreste Gallart. Tan gallardo, como su apellido indica, que la mayor parte de los vecinos actuales, sometidos a un estudio antropológico, revelarían la ascendencia común del arcipreste. 

Si tratáramos de incluir en ese inventario callejero a López Piñero, intelectual insigne, autor de la historia de la medicina, que tiene calle por aquí, como ejemplo de  que nos interesa la cultura, no podríamos eludir, sin embargo, relatar que el fue testigo de como un conserje de la Facultad de Medicina, arrojó una docena de incunables a un pozo para cegarlo y evitar que salieran las ratas por allí, lo que también es una muestra de  que nos interesa la cultura como elemento raticida. 

Llegado a este punto, creo haber adivinado porqué nunca se ha editado un inventario de los personajes ilustres de nuestro callejero, y porqué nunca se editará. 

Sin embargo, no comprendo porqué no se edita un inventario de nuestro patrimonio arbóreo. Esta mañana, cuando me dirigía al Maravillas, contemplaba los baobab, las higueras, las moreras, los mandarinos, los helechos arborescentes que motivaron un libro de Umbral, las acacias y los chopos negros, y tanta riqueza arbórea se me antoja que requiere una publicación que la divulgue. 

Ya que los personajes ilustres pueden plantear serios problemas, dediquémonos a los árboles.

 En fin. Inventario.

 LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 5 07 14.

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