martes, 1 de julio de 2014

ODONTOLOGÍA

He bajado al Maravillas, temprano, porque debía acudir a la cita telefónica en el servicio de Odontología, en un hospital cuyo nombre no pienso revelar ni bajo la coacción de la tortura, porque tengo amigos que trabajan allí en otros servicios y no quisiera salpicarlos con los efectos de la crónica de desastres disfuncionales que he podido observar en esa visita.

Yo no quería cumplir con el trámite de esa visita médica, porque se debía a un problema, ya caducado, en mi mandíbula derecha. Tuve un episodio de dolores al mover la mandíbula porque algún elemento de esa articulación se movió de su sitio, pero luego, sin saber porqué, volvió a su posición original, cesaron las molestias y los dolores ocasionales.

Se lo dije al doctor, en el ambulatorio. Es un milagro... No, hay ahí un disco que a veces se desplaza y luego vuelve a su sitio. De todas formas haremos una radiografía, tendrá que venir al hospital. Vale. Total, que a las nueve treinta estaba yo en el consultorio como un clavo.

Un cartel en la puerta del servicio, decía, entre y de cuenta de su presencia en el servicio. Entré. La enfermera preguntó mi nombre y puso un punteo con rotulador rojo, bien visible, en la lista de pacientes a atender. Luego dijo, espere fuera. Le llamaremos.

Esperé media hora. Normal. Esperé una hora. Normal, pero mi sistema nervioso se altera con las esperas largas. Una jovencísima odontóloga abrió la puerta del consultorio y su oportuna presencia rebajó la tensión de la espera. Enrique ...preguntó, dirigiéndose a mí. Yo enseguida pensé, que gesto de cordialidad, dirigirse a mi sin preguntar el apellido.. luego resultó que no había uno, sino tres Enriques,lo que motivó alguna confusión.

La joven me acomodó en la camilla odontológica, me examinó, me pidió que me quitara la prótesis, y se inclinó sobre mi con todas las herramientas propias de una extracción dental, que yo no había solicitado. Afortunadamente, tuvo la deferencia de preguntar, que muela le extraemos hoy...

Yo, algo alterado, no por la situación, sino por la tensión de la espera, le dije, ninguna, es que me vas a sacar la muela de otro Enrique....no te jode. Pero usted como se llama, ha traído el papel...Que papel, me han citado por teléfono, para un problema, caducado, de mandíbula, me llamo Enrique Arnal...Ah mandíbula, entonces es cosa de la fisio, espere fuera y le llamaremos.

Salí algo alterado de la consulta, pensando que lo que acababa de ocurrir no tenía que ver con los recortes, el servicio estaba lleno de profesionales, algunos tan jóvenes que parecían becarios. Concluí que lo sucedido, llamar a un paciente sin asegurarse de su identidad, disponerse a aplicarle un tratamiento sin documentación previa, confundirlo con otra persona, solo podía explicarse por el funcionamiento rutinario del cerebro, acostumbrado a la misma secuencia de tareas cada día.

Por otra parte, no sería la primera vez, en la historia clínica, que le extraen a un paciente el apéndice y a otro le sierran el tobillo,debiéndo hacerlo al revés, y solo lo advierten cuando el mal está hecho. Yo he tenido la suerte de no dejarme arrancar la muela.

De nuevo en la sala de espera, transcurrida otra media hora, me dejé dominar de nuevo por la tensión de la espera, entré a la consulta y le dije a la enfermera, -Tengo otra cita. Esto es una pérdida de tiempo. Estoy aquí por un problema caducado de mandíbula que se solucionó solo. Se lo dije al doctor, el insistió en hacer una radiografía por cuestión de protocolo, pero estoy hasta el gorro, llevo aquí hora y media y han intentado extraerme la muela de otro paciente. Por favor, busque en la lista, me llamo Enrique Arnal. No vuelvan a citarme. No vuelvan a citarme. Lo dije dos veces, mientras la enfermera, con una expresión boba en la cara, tiraba de rotulador.

Ufff..que a gusto me he quedado. Mientras tomaba una café con leche en Valiente, frente a la consulta, dudaba de si escribir o no esto, pero si, me he desahogado, ya no quedan rastros de la tensión de la espera, ni de la otra.

En fin. Odontología.

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 1 07 14.

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