sábado, 19 de julio de 2014

NO CULPES AL KARMA...

He bajado al Maravillas, un poco tarde, y el poco rato que he permanecido allí no he dejado de escuchar a una anciana que hablaba de Proyecto Hombre, y los numerosos jóvenes del barrio que han pasado por allí. Proyecto Hombre es una institución dedicada a la rehabilitación de personas dañadas por la drogradicción.

Había pensado escribir algo así como El hombre como proyecto, pero me viene demasiado ancho. Al regresar a casa he visto encima de la mesilla un libro traído de la biblioteca que aún no he abierto, y su título, No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas, me ha parecido tan sugerente que, sin leer una sola línea, me ha animado a comentarlo, el título, claro.

....
Para empezar, no tengo ni idea de lo que es el Karma. Puedo imaginar una nube de polvo de estrellas que viaja sobre nuestras cabezas aunque no la veamos. También puedo suponer que esa nube y nosotros, interactuamos, de modo que, si somos demasiado gilipollas, esa condición se infiltra en el Karma y lo convierte en gilipollas y al contrario, si un resto de la gilipollez que navega sola por el universo se infiltra en el Karma, nos vuelve mas gilipollas. 

Lo que no puedo explicar es como opera el Karma de cada uno. Como consigue que, unos, conscientes de la existencia del Karma, y después de un acuerdo con el, se hagan dueños de una cadena de comida basura como Mc Donalds, o el pollo del coronel, otros se recluyan en un monasterio o un morabito para ayudar a las almas mendicantes, y otros, pasen por la vida sin la mínima conciencia de la existencia del Karma, y se hagan dueños de un negocio como Zara, o presidentes de la conferencia episcopal, mientras otros, la mayoría, están purgando su pecado de no haber sabido ponderar el tamaño de una gran casa y su consiguiente hipoteca con una evaluación realista de su futuro económico, sin que con esto quiera afirmar que se han comportado como gilipollas, por favor, no. 

Y, ahora, antes de seguir desbarrando, me voy a ocupar del libro.

La autora, Laura Norton, tiene la deferencia de indicarnos con una breve frase, antes del texto,de que va a ir el rollo, 

¨No sé que habré hecho en otra vida para que ahora todo me pase a mí. Yo sé que no es culpa mía, tiene que ser del Karma, o de él, sí, de Aarón, para que nos vamos a engañar. Porque desde que apareció en mi vida...Maldito Aarón.¨

O sea, con estas breves líneas y el dibujo de la portada, un par de flamencos de plumaje rojo, frente a frente, se supone que macho y hembra, ya sabemos de que va a ir el libro, de las relaciones de pareja. 

Para confirmar esta intuición, transcribo las primeras diez líneas del capítulo primero, Una Guerra de Almohadas. Si encuentro una palabra, una sola palabra, que confirme lo que sospecho, que esta es una novela de chica y chico, doy la página por terminada y, ya ustedes, la sacan de la biblioteca y eso. 

¨Recuerdo el día y el momento exactos en que descubrí a lo que me quería dedicar. Fue al sentir los aplausos encima de un escenario. Aunque lo mío nada tiene que ver con la interpretación, yo nunca he querido ser actriz. Ocurrió en el teatro del instituto, el último año antes de entrar en la universidad. En 1998 aún no existía Facebook, ni Twitter, ni Instagram. Aún escuchábamos la radio, porque un invento como el Spoty a nadie la cabía en la cabeza, y por aquel entonces sonaba Manu Chao a todas horas. ´Me llaman el desaparecido...¨. Y acabé participando en la representación de fin de curso por una razón tan simple y tan obvia como que me gustaba un chico. Aarón.¨ 

Lo dicho, me voy. 

En fin. No culpes al Karma..

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 19 07 14.

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