A ver, tonterías decimos todos, no....En una charla con amigos, compañeros o compañeras de aula. En el autobús o en un concierto, cuando alguien nos pide conversación. En los museos, en particular en el IVAM, no, no hay nadie con quien comunicarse.
Es en los medios de comunicación, públicos o privados, sin embargo, donde se dicen públicamente mas tonterías por minuto que en cualquier otra situación.
Sálvame quizas se lleve la palma, aunque yo no puedo afirmarlo porque no lo veo, leo las críticas de Cipriano Torres en Levante, y no deja partícipe de ese programa, sea inventor de la cosa, o invitado, con cabeza.
Ahora bien, si tiene usted la debilidad de escuchar por la radio la retransmisión íntegra de un partido del Mundial de
fútbol, observará que los campeones absolutos de las tonterias radiadas son los periodistas deportivos que la retransmiten. En ese Show que montan se habla de todo, incluso, con suerte, de fútbol, y se incluyen las tonterías mas insustanciales que cabe imaginar.
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En esa pequeña compañía de variedades que forman los periodistas deportivos para una función de noventa minutos, que ellos estiran hasta los ciento veinte, cada cual tiene su papel. Uno hace de experto serio, otro de cómico desinformado, suele haber un genio de la estadística, y el tenor es el que canta el gol, aunque a veces se queda inédito, salvo que juegue Brasil, o España, porqué no decirlo.
Las retransmisiones deportivas no siempre estuvieron hinchadas con tonterías, con coloquios mas o menos estúpidos de los periodistas, ajenos a lo que sucede en el campo. Hasta que apareció José M García, eran una cosa mas seria, también mas aburrida, tonterías, las justas.
El locutor se limitaba a dar cuenta del nombre del jugador, del lugar del campo donde ocurría la jugada, y, en su caso, de la clase de falta que pitaba el árbitro, y luego permanecía en silencio.
Fue llegar García, al parecer sobrino de un ex ministro franquista, y la seguridad que le daba ese anclaje familiar, le llevó a revolucionar las retransmisiones deportivas, hasta entonces caracterizadas por el laconismo, heredero de la censura que el franquismo impuso a todas las comunicaciones de carácter público.
García se buscó un equipo, se puso a investigar y divulgar las interioridades de los clubs mas grandes, y a convertir en show las retransmisiones deportivas, y hasta hoy.
Lo malo, o no, es que ese estilo que consiste en añadir tonterías a la esencia de la narración, se ha extendido a todos los programas radiados, de cualquier signo, como pude comprobar al sintonizar ayer a las cinco de la tarde Radio Nacional, y el de esta mañana, que parecía una competición a ver quien decía mas tonterías, no alrededor de un hecho, de algo sucedido, lo que sería, hasta cierto punto aceptable, sino alrededor de una palabra, Exceso. Oiga, esto lo hago yo en el blog, casi cada día, pero que se ocupe de ello una redacción completa de una emisora pública, la verdad....no.
Por no hablar de algo que observo en los últimos tiempos cuando me quedo frente a la tele a ver Saber y Ganar,ya saben
ese típìco concurso de preguntas y respuestas que lleva casi veinte años en antena.
Bueno, pues, últimamente, desde que han cambiado al preboste de la conferencia episcopal, mira que era malo el anterior, cualquiera puede observar que se incluyen entre las preguntas del programa cuestiones mas propias de la evaluación en un seminario, que no parecen redactadas por los guionistas, pues para responderlas se requiere una formación específica en una religión determinada.
Esta sorprendente novedad parece indicar que los censores han vuelto, pero, en lugar de dedicarse a tachar expresiones
a su juicio inadecuadas, se dedican a pasar notas a los guionistas para que las incluyan en sus programas y la comunicación pública vuelva a ser lo que fue cuando ellos decidían lo que se publicaba, o no.
En conclusión, ya sabemos que cuando gobierna la derecha, trata de mermar nuestros sueldos, nuestras indemnizaciones por despido, nuestra atención sanitaria, nuestros medios educativos, nuestros empleos públicos, y hasta los privados,
pero quizás no prestamos atención suficiente, a lo que están haciendo con los medios públicos de comunicación que, por ser públicos, son de todos, y al parecer los manejan, otra vez, los prebostes de turno.
Pues nada, pongo aquí todas estas tonterías porque, aunque no soy un medio público, al parecer la libertad de expresión nos ampara a todos, y aún puedo escribir sin que ningún preboste me obligue a incluir una nota suya. O sea.
En fin. Tonterías Radiofónicas.
LOHENGRIN )CIBERLONGRIN) 13 07 14.
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