miércoles, 23 de julio de 2014

JAVALAMBRE

Salimos desde Camarena de la Sierra, un lugar rodeado por densos bosques de pinos cuyo aroma resinoso se expandía por los montes, montados en un camión maderero, con la intención de que nos acercara lo mas posible al pico mas alto de Javalambre, unos mil novecientos metros de altitud, en la bolsa llevábamos un par de grandes bocados, no digo bocadillos porque eran sendas barras de cuarto con tajadas de lomo y tortillas llenando el pan.

El trayecto se prolongó unas tres horas y en algunos trechos tuvimos que vadear algún arroyo y bordear algun desnivel pero, al final, el camión nos dejó relativamente cerca del acceso a la cima, y solo nos costó un par de horas mas hacer cumbre.
.....
Hacer cumbre, al leerla otra vez, me parece una expresión desorbitada porque, ni soy Edurne Pasaban, ni ascendimos a la cumbre con cuerdas y clavos, sino que tomamos la senda mas cómoda y llegamos arriba andando, tranquilamente. 

Allí encontramos una hornacina que guardaba la efigie de la Virgen de las Nieves, y un túmulo funerario, con flores frescas, a la memoria de Manolo Montoliu, un torero que murió en acto de servicio y al que le dedicaron una estatua que cualquiera puede ver junto a la plaza de toros de Heliópolis, además de un lugar para sentarnos a dar cuenta del super almuerzo que nos había colocado en el morral la señora que nos daba cobijo en Camarena. 

Durante un tiempo, después de aquel viaje, llamé a Camarena de la Sierra, Camarena de las Moscas, ya imaginarán porqué. Estoy haciendo la crónica de un viaje que hice hace mas de cincuenta años y entonces la locomoción, tanto la urbana como la rural, se hacía mayormente por medio de caballos de tiro. Sí, eso que han reinventado ahora en Monforte del Cid, un pueblo de Alicante, para recoger la basura.

La abundancia de equinos en las calles no es ningún secreto que atrae a las moscas. Si volvemos al tiempo de los equinos pronto volverá el de las moscas, al del franquismo hace unos años que hemos vuelto. 

La memoria de los viejos, como yo, es una cosa extraña, podemos evocar el momento en el que cruzamos un arroyo en una ascensión a Javalambre, hace mas de medio siglo, y no recordamos lo que comimos ayer. 

Lo que si tengo claro es lo que voy a comer hoy, arroz al horno, porque es miércoles y vienen mis hijos, entre ellos el técnico de Software para todo, que ayer dejó el ordenador arreglado, segun él, y hoy han aparecido, de nuevo, unas diez páginas comunicando errores, todos muy variados, y todos graves. 

Así que, aquí me tienen, terminando la entrada con un papel y un boli, para luego transcribirlo al blog, un sistema como el de los caballos soltando las boñigas por las calles para recoger la basura,en lugar de escribir en el teclado. 

Algo mas propio del tiempo en el que visitamos Javalambre, que del siglo que corre ahora.

En fin. Javalambre.

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 23 07 14.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios