viernes, 12 de diciembre de 2014

PINTORES

Ayer por la tarde, Lola y Antoni nos llevaron a la inauguración de la exposición de pintura que presenta Antoni en la casa de cultura de El Puig. Nos recogieron en casa, en su Chevrolet de importación color naranja y cuando enfilamos la A7 en dirección a El Puig, Lola se pasó el desvío y aparecimos en Puçol.

Dió la vuelta y cuando llegamos a la sala de exposiciones, entre una cosa y otra pasaba media hora del horario previsto. Antoni, se puso a colocar pósits con los títulos de las obras, pero la dimensión de su obra expuesta era tan grande, que casi no le dió tiempo de compartir con nosotros las copas de cava que los responsables municipales de la casa de cultura habían dispuesto para celebrar el acto.

Me impresionó, no solo la cantidad de obra nueva que Antoni presentaba, sino la luminosidad de sus últimos cuadros. Lola me lo aclaró. Desde que se ha jubilado, Antoni pinta por la mañana, con luz del día, y eso explica que aprecies que sus cuadros son mas luminosos.

Paisajes de N.York, un puente sobre el Hudson, un músico solitario tocando su instrumento sobre un banco de Central Park, marinas de Cadaqués, de Denia, ibicencas, de Peñíscola, el Cabo de San Antonio, paisajes de Cantabria, de la Malvarrosa, detalles urbanos de El Puig, del Monestir, de alguna calleja, un paisaje urbano, del centro histórico en algún lugar de Huesca, un universo realista, recreado con el arte minucioso de alguien que ha dedicado su vida profesional, con la misma minuciosidad, a las técnicas de laboratorio para determinar la compatibilidad entre los fluidos del donante y el receptor para proceder a los trasplantes de vísceras que tantas vidas han salvado.

La obsesión por el realismo de Antoni le conecta, seguramente sin querer, con Antonio López, de quien esperamos contemplar su último cuadro terminado después de veinte años de retoques en nuestra visita a Madrid, prevista para mañana sábado, y el domingo.
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El objeto principal de esa breve visita es conocer la obra de los impresionistas americanos que se presenta en el Thyssen, también saber del legado de Abelló, que ahora mismo no recuerdo donde se exhibe. Se que iremos a la fundación Mapfre, al antiguo edificio de Correos, ahora ocupado por el Ayuntamiento madrileño, a Recoletos, al Palacio Real, donde tal vez no consigamos entrar, pues he oido que las colas para ver lo último de López son excesivas y claro, como siempre, haremos una visita a Caixa Fórum, que queda al lado del hotel. 

Desde que conozco a Antoni, se que está dedicado a la pintura. Ha ofrecido las muestras de su pintura en un sinfín de salas, en El Puig ya la presentó hace veinte años, ahora repite, después de un recorrido circular que, sin embargo, no lleva al mismo sitio pues, siendo siempre realista la factura de su pintura, el grado de calidad que su persistencia en el oficio le ha hecho alcanzar, hace que su obra no sea ya la misma que cuando empezó.

En particular no es la misma la sensación luminosa que emiten sus cuadros, desde que su dedicación exclusiva a la pintura  ha producido en él un distinto tratamiento de la luz. Antoni siempre fué sorollista, ahora que no tiene limitaciones horarias para captar la luz, se nota más.

Los responsables políticos de cultura de El Puig, hicieron un discursito para formalizar la apertura de la exposición, luego instaron a los presentes a que depositaran papelitos con su nombre y teléfono en un recipiente de cristal, con destino al sorteo que se celebraría después entre el público asistente, de una de las obras expuestas.

Antes de abandonar la casa de cultura, pudimos observar a una pareja que salía del edificio, con un cuadro bajo el brazo. Para que luego digan que los políticos no cumplen lo que prometen. 

Cuando subimos al coche, de regreso a casa, eran ya mas de las nueve. Apenas nos dió tiempo para concertar a que hora nos hemos de ver el sábado, en la estación, para tomar el AVE, en dirección a Madrid, porque el fin de semana va de pintores, pero esperamos destinar algún tiempo para visitar la Plaza Mayor, ver el ambiente navideño, tomar una cerveza en la plaza de Santa Ana y, la noche del sábado, asisir a una sesión de Jazz en Huertas, mientras tomamos unas caipirinyas, si la lluvia lo permite, y si no, también.

En fin. Pintores.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 12 12 14.

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