"Asociamos las cenizas con grandes desastres o con pérdidas familiares no por esperadas menos dolorosas, éstas derivadas del determinismo biológico....polvo eres y en polvo te convertirás...polvo o cenizas, restos de materia orgánica que, según la lógica Einsteniana, no se destruye, solo se transforma.
Se me ocurren ahora dos hechos de cenizas, uno lúdico placentero, el otro cargado de humor negro, antes de entrar en el núcleo de la página de hoy, el artículo del escritor Luís León Barreto en la 3 de Levante que ojeo, otra vez, en Ca'Pepe
'La Vulnerabilidad ante los desastres' mientras tomo un café del tiempo, del tiempo que hizo ayer, porque hoy está para llover.
¿Quién no ha disfrutado el lado lúdico y placentero de las cenizas junto a una barbacoa en el campo o en la playa, de los
intensos aromas de los alimentos sometidos a las brasas, antes de que éstas se conviertan en cenizas?. No se me olvida aquella tarde noche en una playa de Sagunto en la que preparamos unas brochetas de fruta, al estilo Arguiñano, a la parrilla, sin considerar que en la misma parrilla se habían asado antes unas sardinas. Menudo fiasco.
La pérdida de Manolo, quien fué mi tutor en gimnasia deportiva durante un año, cuando yo era un enclenque adolescente
y aquella experiencia cambió mi constitución física, hasta el punto de que ahora, a los setenta y tres, la báscula inteligente de la farmacia dijo, por escrito, que mi masa corporal es óptima, esa pérdida incluyó un asunto de cenizas, porque su familia trajo, desde Sevilla, las suyas, para destinarlas al mar de la Malva-Rosa, pero al arrojarlas
desde la urna, ya anochecido, un traidor viento de Levante dió con ellas en las ropas de su familia, sin alcanzar la frescura del mar.
Lo que motiva esta página, es otra cosa.León Barreto comenta en su artículo que en los últimos días se han desencadenado
una serie de acontecimientos desgraciados que parecen impropios de nuestro mundo desarrollado.
Cita el incendio de Portugal, la torre que ardió en Londres, por un revestimiento inadecuado, entre otros.
El concepto central que maneja Barreto en su escrito es el de vulnerabilidad.
Lo relaciona con las desigualdades sociales (también con los conflictos globales), se puede pensar que su uso comenzó tras el atentado a las Torres Gemelas (Cenizas, muchas cenizas) y ha acompañado el desarrollo de la sociedad tecnológica
hasta ahora mismo, cuando el majara Trump y el pirado norcoreano, elevan otra vez las vulnerabilidades ciudadanas al nivel de su conflicto.
De todo esto se puede aprender, en materia de cenizas. No hacer una brocheta de frutas en la barbacoa, si la parrilla no está limpia como una patena. No arrojar cenizas al mar, sin comprobar antes la dirección del viento.
Lo de la vulnerabilidad social es más difícil, no es que no dependa de nosotros, de nuestros votos, es que depende más
de las actitudes y conductas de los pirados que nos gobiernan, a veces, con nuestros votos."
Un tema para la reflexión,¿no?, o para no hacer ni puto caso, que también. Siempre nos queda el pensamiento positivo, si por el determinismo biológico vamos a ser polvo o cenizas, que nuestros deudos no las tiren al bosque, aún calientes, no vayan a pegarle fuego.
En fin. Cenizas.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7 07 17.
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