jueves, 27 de julio de 2017

EN EL TRICLINIO

"He bajado al Maravillas, pronto, aún no había periódico, cuando ha llegado, ya había tomado café, un vaso de agua, y en lugar de esperarme a leerlo, he dado un vistazo a su portada y me he vuelto a casa.

Como era de esperar, el titular de primera, 'Soy político, no contable' corona la imágen de Rajoy declarando en la Audiencia. Un recuadro indica que, nada menos que cuatro primeras firmas, Vallés, Rábago, Esquivel y Ventura Meliá escriben en el interior sobre el mismo asunto. He ojeado la opinión de Vallés y coincido con él en algo.

"Soy político, no contable". Vamos a ver, Rajoy, nano, si eres político, debes asumir tus responsabilidades políticas por los desmanes de tu partido. No hacerlo así, da a entender que, no solo no eres contable, tampoco político, sino ese señor, especie de funcionario sin oposición, que permanece desde hace décadas tumbado en un triclinio, viéndolas venir, no sabe, no contesta, como certeramente reflejaba Peridis en sus viñetas cuando Rajoy solo era ministro, aún no había sido propuesto, de mala gana, el prefería a Rato, por Aznar, para presidente del gobierno, función que lleva años desempeñando, sin abandonar el triclinio.

Triclinio, según Google, es un diván de tres plazas utilizado por griegos y romanos para comer reclinados en él. Caben más imágenes metafóricas de el modo de entender la política de Rajoy. Podria haber sido un general de la milenaria china instalado en una tienda en la retaguardia esperando tranquilamente conocer el resultado de las escaramuzas en el frente.

O un conquistador romano que, antes de mandar a sus huestes a la expansión del imperio, se detiene a la espera de ver el vuelo de un cuervo, para decidir si va o vuelve.

Es asunto delicado valorar los efectos en la gobernación de un país de un no político tan pasivo, más expectante que inclinado a la acción, como Rajoy, verlas venir es un modo de actuar, luego están los otros, los hiperactivos, que no paran de hacer cosas, cuyas consecuencias para la población a veces son tan trágicas, que produce respeto mencionarlas, así que, no sé que es peor, la verdad.

Hombre, quizás una política menos personalizada, elaborada en grand comité, permitiría una mezcla equilibrada de pasivos e hiperactivos, de modo que sus políticas híbridas fueran más parecidas a las socialdemocracias de la Europa fría, pero nada de eso parece que, de momento, podamos esperar aquí, pues Rajoy dice ser político, no contable, pero no es ninguna de las dos cosas, solo el funcionario del triclinio que pintaba Peridis."

No pensaba dar opinión alguna sobre esto, me parecía un atrevimiento, me lo sigue pareciendo, atendidas las firmas que se ocupan hoy del tema, pero, igual que no resisto a veces tomar un café, cuando no debería tomarlo, me ocurre con el señor Rajoy, me provoca unas ganas de dar opiniones sobre el, desde el desconocimiento más absoluto, que parecen vicio, más que otra cosa.

En fin. En el Triclinio.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27 07 17.

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