sábado, 8 de julio de 2017

REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE VALÈNCIA

"Me dirigía al Mercado Central para comprar un ala de raya fresca troceada en seis raciones, cuando el autobús ha dado un tremendo frenazo al intentar acceder a una plaza. La violencia de la sacudida me ha lanzado junto al cristal del conductor, he mirado y me ha parecido ver una manifestación, no muy numerosa, que parecía no autorizada pues no había policía escoltándola.

Encabezaba el grupo una enorme pancarta que llevaba esta leyenda 'República Independiente de València', detrás iban muchos jóvenes portando carteles en los que se podían leer sus reivindicaciones.

El chófer se ha bajado del vehículo con intención de dialogar con los manifestantes, para que le permitieran el paso. Yo he bajado también, pensando en llegar a pié al mercado, porque ya estábamos cerca, pero me he detenido un momento para escuchar los razonamientos de los manifestantes en su réplica al chófer.

 "Defendemos un espacio propio de convivencia, esta ciudad, libre de ingerencias extrañas que provocan la indefensión, la vulnerabilidad social de la sociedad en que vivimos. ¿Habrá leído usted algo sobre la vulnerabilidad de las poblaciones en la sociedad tecnológica, no?.

Una de las cosas que reivindicamos es la exclusión en nuestro espacio cotidiano de la prensa, la radio, la tele y las redes sociales, queremos volver al pregón, al cartel callejero,  a la comunicación hablada.

--Pero hombre, eso es una barbaridad, además, es imposible. Vivimos en una sociedad de libertades, aunque algunos tengan la sensación de que están amenazadas, coartadas, vulneradas, por acontecimientos y sujetos lejanos, muy lejanos, que poco nos conciernen, en la que cada uno es libre de comprar, o no, la prensa, de conectar, o no, la radio y la televisión, de estar presente, o no, en las redes sociales.

No creo, para nada, que una forma republicana independiente de convivencia, en una sola ciudad, pueda mejorar eso.

"Todo eso es teoría, en la práctica, todos los medios, cualquier medio, está condicionado por la promoción y la publicidad del consumo, de modo que su supuesta libertad de expresión, o de consumo de noticias, está condicionada por poderes económicos que son los que, en realidad, mandan.

 --Y que me dice de las redes sociales, cómo van a afrontar eso, un fenómeno tecnológico y sociológico tan potente, tan global, que define el modo de vida de nuestro tiempo más que ninguna otra cosa, y leo por ahí en uno de sus carteles que quieren excluirlas de su utopía republicana, y cómo lo van a hacer..

En eso, se han escuchado unas sirenas, algunas unidades de la policía rondan el lugar, miro el reloj:

Son las cinco de la madrugada, no estoy en el autobús, ni en la calle, estoy en mi cama, me ha despertado de este sueño absurdo el estruendo de un rayo."

Anoche, con mi manía de ver la televisión antes de irme a dormir, se ve que ví a Puigdemont, lo de la desconexión, a Putin y Tramp, los follones de Hamburgo, lo he mezclado todo con el artículo que leí sobre la vulnerabilidad ciudadana y me ha salido este bodrio, posiblemente, la página más absurda que haya publicado nunca en el blog.

En fin. República Independiente de València.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8 07 17.

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