jueves, 13 de julio de 2017

EL ICEBERG

."Cuando el Titanic chocó, en 1912, con un iceberg itinerante, pocas de las personas que sobrevivieron a la catástrofe pensarían entonces que, un siglo después, una masa de hielo, diez veces del tamaño de Madrid, dicen unos, o como La Rioja, dicen otros, separada de la Antártida, después de décadas de observaciones científicas de sus grietas, se convertiría en un subcontinente nómada con destino incierto.

Estarían ocupados, claro, en su propia supervivencia, no en proyecciones de futuro. Son legión los escritores, filósofos y otros pensadores, por no hablar de los entrenadores personales, que nos recomiendan no pensar en el futuro, ni en el  pasado, ocupándonos solo del presente, como una opción positiva de vida.

Discrepo, el presente es solo una parte infinitesimal del futuro, además contaminada por hechos del pasado que condicionan nuestro presente.

Pese a discrepar, en ocasiones intento seguir ese consejo, pensar solo en el concierto al que voy a asistir en la Ciudad de las Artes, pero los medios de comunicación con la tremenda noticia de la masa de hielo separada de la Antártida me inducen a pensar que ese presente no está exento del riesgo de que me caigan encima, después de la asimilación climática de ese tremendo iceberg, los cientos de millones de toneladas de agua que contiene, así que estoy pensando, como los pasajeros del Titanic que tuvieron el privilegio de un chaleco, asistir a los conciertos con traje de buzo.

Todo esto puede parecer extravagente, si consideramos que estamos soportando temperaturas de más de cuarenta grados, en otros lugares de cincuenta, pero, esperen y verán."

El futuro existe, sí, aunque no siempre los augures lo anticipan.

En fin. El Iceberg.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 07 17.

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