"Ayer, domingo, no bajé al Maravas, porque estaba cerrado. Me entretuve un momento en La Fuente y luego pasé por el kiosko a comprar el 'Levante', que me decepcionó completamente, no por la calidad de sus contenidos, sino porque la mayoría de sus colaboradores están ya de vacaciones.
Al regresar a casa, me percaté de que las calles estaban desiertas. Es el viento de poniente, pensé, cuando sopla de poniente deja la ciudad con un aspecto desolador. Por la tarde, cuando bajé a por tabaco, sucedió lo mismo, en este
caso coincidían la ponentá y el mundial de fútbol.
Así que ayer, como casi todo el mundo, permanecimos en casa, sin salir a ningún lado, salvo una excepción, un corto paseo por la mañana para tomar unas cervezas y unas pelotitas rebozadas de queso de Gouda, en los 100 Montaditos.
Por suerte, estaba abierto el kiosko del mercado de Russafa, y volví a casa con un ejemplar de Le Monde Diplomatique, edición en español, que me ayudó a pasar el cálido, bochornoso, domingo.
No ha sido fácil seleccionar algún contenido de Le Monde para transcribirlo aquí, porque, al parecer, sus colaboradores
habituales también están de vacaciones, pero confío en que les interese lo que he expurgado.
'De Baudeleire a You Tube, la sonrisa del gato', págs. 26 y 27, Catherine Dufour.
"Los egipcios de la Antigúedad empleaban el término 'miau' para referirse a los gatos. Lo que hace de 'miaou' una de las palabras francesas con un orígen más remoto. A no ser que, sencillamente, los egipcios tuvieran el mismo oído que nosotros. Que todos nosotros, ya que los alemanes dicen 'maui', los rusos 'myau', los hablantes de swahili 'nyau', los chinos 'miao', los japoneses 'nya' y los malgaches 'mao'.
.....
Bajo al Maravas...
Continuará...
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Vuelvo del Maravas, donde me he acomodado junto a la única mesa de la terraza, hasta que un violento viento del sur --¿cambiará a poniente?-- me ha empujado al interior, donde todo el mundo,y digo todo el mundo, hablaba de lo mismo, del Croacia/Francia de ayer. Hasta yo, que no tengo ni puta idea de fútbol, he metido baza:
--Todos pensamos, en el primer tiempo, que iba a ganar Croacia, luego, el viento cambió y ganó Francia. ¿Alguien sabe que vientos soplan en Moscú? Si hubiera ganado Croacia, ¿como sería el fútbol mundial?. No sé. Si un viento tan violento como el de aquí se llevara a Putin y Trump, ¿como sería el mundo? No sé. No sé nada de nada. Por eso, sigo con la transcripción del artículo de Dufour, que empecé ayer, ya se vé por la fecha de arriba. Ella si que sabe.
" A la sombra de las pirámides, el gato ya es apreciado por su gracia despreocupada y su habilidad para defender el trigo de los ratones. En el siglo V a C., Herodoto cuenta en sus 'Historias' que las familias egipcias hacen momificar a sus gatos y se afeitan las cejas en señal de duelo. También señala que en Bubastis (actualmente Tell Basta), donde se puede visitar el cementerio de gatos, (nosotros enterramos a Mona debajo de un pino, en la casa de la sierra) la gran celebración anual de Bastet, la diosa con cabeza de gato a la que está dedicada la ciudad, es una de las más populares del país. La cristianización pondrá fin a estos desórdenes y los pequeños felinos embalsamados alimentarán más tarde los 'molinos de momias', transformados en abono, fertilizarán los campos ingleses y estadounidenses.
Sacado del altar, el gato va a revolcarse por entero sobre la página en blanco del artista. Algunos ejemplos, entre muchos otros: el poeta Joachim du Bellay, amigo de Pierre de Ronsard, compone 'Vers français sur la mort d'un petit chat'....(1558) en homenaje a su Belaud, que acaba de perder,mientras Valdeck, el gato de George Sand, camina sobre su teclado, Frédérick Chopin compone el 'Gran vals brillante en Fa mayor' (1838). Charles Baudelaire, por su parte, dedica piadosamente no menos de cuatro 'flores del mal' al 'gato seráfico, gato extraño' y a sus ojos 'mezcla de metal y ágata'. Un siglo más tarde, un gato llamado Chopin se revuelca en el escritorio de Francis Scott Fitzgerald,entre la botella de tinta y la de ginebra, mientras Ernest Hemingway protege su Remington de Snowball, un gato blanco de seis garras.
Más que luchar contra los gatos, Colette prefiere rendirles tributo: desde la serie de Claudine (1900-1903) hasta 'La gata' (1933) pasando por 'Dialogues de bêtes' (1904), su obra está recorrida por innumerables patas. Bajo el malicioso patrocinio del gato de Cheshire y de su sonrisa, imaginada por Lewis Carroll en 'Alicia en el país de las maravillas' , y dibujada por John Tenniel en 1865, la página de los autores de cómic y dibujos animados no se queda atrás."
(La extraordinaria extensión de este artículo no cabe en esta página, por lo que a continuación me limito a un resúmen final.No obstante, antes una breve reflexión. No recuerdo que en el Quijote aparezca ningún personaje gatuno. Tal vez los hidalgos pobres aficionados a la escritura se los comían, en lugar de usarlos como recurso literario. No sé.)
"Los amantes de los gatos, gente con frecuencia solitaria, se dan cuenta on-line de que son legión.La palabra clave 'cat obsessión', escrita en un conocido buscador, da como resultado 21.900.000 entradas...En You Tube, triunfa. Citemos, de entre miles, el celebérrimo Nyan Cat: en un vídeo de 2011, que va acompañado de una cantinela exasperante ('Nyanyanya'), una cabeza de gato encajada en una galleta pedorrea un arco iris sobre un fondo estrellado. Exito delirante: 159.195.878 visitas a 29 de mayo de 2018."
(y yo congratulándome porque en el blog se han rebasado estos días las 150.000 visitas)
"Para explicar los poderes del gato, la ciencia tiene su respuesta:.........
En nuestro agitado mundo, como escribía Jules Renard en su 'Diario' (1889) "el ideal de calma es un gato sentado".
Fin de la transcripción. El texto integro lo pueden encontrar en el número 273, mensual de Julio, de Le Monde diplomatique, edición en español, 4 pavos.
En fin. Viento de Poniente.
LOHENGRN (CIBERLOHENGRIN) 16 07 18.
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