miércoles, 20 de enero de 2010

PREMIOS Y CASTIGOS

El ayuntamiento de Heliópolis … (premiará) con 3.000 Euros a quienes mantengan relaciones sexuales en la calle. Una medida institucional muy creativa que tiende a resolver la escasa actividad prolífica de la población autóctona, de la que sesudos estudios deducen que es el origen, por el excesivo envejecimiento de la población, de la necesidad de importar mano de obra, con el consiguiente riesgo, a largo plazo, de que surjan problemas de encaje social entre la cultura autóctona y las importadas. Sobre todo, cuando la autóctona esta constituida mayoritariamente por personas que han viajado poco y han leído aún menos, ni siquiera a través de Internet, lo que suele generar una actitud hostil frente a la diferencia.

No son los políticos municipales los autores directos de esta medida, que se han limitado a aprobar, sino los estudiosos a quienes han encargado un informe sobre el tema. Los políticos, ya se habrán dado cuenta, no saben de nada, pero legislan sobre todo. Hay escuelas de ingenieros, de jardineros, de letrados, pero de políticos, no. Los políticos suelen llegar a la política rebotados de otras escuelas profesionales que los han rechazado por no alcanzar el mínimo nivel exigido. Luego, como es natural, se hacen políticos. Hay excepciones, como en todo lo demás.

A los ciudadanos nos pasa un poco lo mismo. Como no hay escuelas de ciudadanía, todos somos un poco autodidactas, con diversa fortuna. Tal vez por eso, la relación entre políticos y ciudadanos no se establece entre individuos maduros, sino a través del premio y el castigo, como si fuéramos niños.

Sigo con las medidas del consistorio. Pernoctar en la vía pública se premiará con 400 Euros. Luego hay otras actividades creativas menores cuya realización en la vía pública conllevará menores recompensas.

A mi la verdad, el premio mayor por fornicar en la vía pública, de momento no me molesta, si el número de personas que atrae a esa actividad no supone que cuando camine por la acera para ir a tomar café tenga que ir apartando los cuerpos allí instalados para continuar mi camino. Es mas, comprendo la necesidad de la medida pues sin duda hay un numero determinado de parejas en edad de procrear que no lo hacen, por puro aburrimiento. El morbo exhibicionista de yacer a la vista de todos puede ser un estímulo que reavive las libidos dormidas y contribuya al objetivo de la norma.

Sin embargo, como todo problema, este admite varios puntos de vista. Podía haberse creado una escuela de ciudadanía para que las personas potencialmente racistas y xenófobas, rasgos generalmente vinculados al provincianismo y a la ignorancia, aprendieran algo mas de tolerancia, no solo mediante clases teóricas, sino por medio de viajes a países donde las culturas, costumbres y etnias distintas están mucho mas presentes que aquí. Quizás el proceso hubiera sido mas lento y por eso se ha preferido reforzar la cultura propia, en lugar de enseñar a respetar las ajenas.

Esta misma cuestión la están tratando de resolver en Vic, por el procedimiento de hacer invisible la cultura foránea Es un punto de vista original, pero parece poco realista. Cuanto mejor pensar a largo plazo, como nuestros ediles.

Aparte de los castigos municipales –a los que he dado la vuelta como si fueran premios, porque así lo requería este artículo-- está la decisión judicial de castigar a los dos periodistas de El País que publicaron en Internet una lista de candidatos por el PP a las municipales de Pozuelo de Alarcón, que figuraban allí mediante un empadronamiento masivo fraudulento en una sola dirección, con importantes consecuencias jurídicas, políticas, urbanísticas y penales, derivadas de aquel fraude destapado por los periodistas.

He leído la opinión de un experto jurista que afirma que esa sentencia es muy profesional y está bien fundada. Que no se puede tachar al juez de marciano. La aplicación de los principios del derecho suele ofrecer opciones contradictorias, si el juez elige una de ellas y lo hace bien, solo puede ser rebatido con ese mismo rigor.

Como no soy jurista, me lo planteo de otra manera. ¿Merecen, o no, el premio Pulitzer, o su equivalente, los periodistas que ahora están sufriendo los avatares de los contradictorios principios doctrinales de la justicia española? En mi opinión, si. Merecen ser premiados. No castigados.

El verdadero problema que subyace en todos estos asuntos no es la aplicación de premios y castigos, sino lo remoto de la posibilidad de que alguna vez tengamos una clase política suficientemente preparada para ejercer su oficio con mas decencia, y una ciudadanía adecuadamente formada, para que todos, políticos y ciudadanos, andemos por la vida comportándonos como se espera de nosotros, sin necesidad de recibir premios, ni ser objeto de castigos.

(De la película que vi ayer, "Algo pasa en Hollywood", es mejor un caritativo silencio, que el comentario.)

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-01-10.

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