Heliópolis solo dispondría de suministro de agua para seis horas, si se cortara el canal Júcar Turia. Los políticos de por aquí, enredados, con la que está cayendo, con el tema del agua, se exigen unos a otros una 'postura hídrica' ante la opinión pública, con la aviesa intención de que la torpeza del oponente les aporte mas intención de voto a su favor.
Mi postura hídrica, que no interesará a casi nadie, es la del superviviente. Me pongo de espaldas a la ducha por las mañanas y trato de dirigir el chorro de agua caliente sobre mis espaldas para disminuir la sobrecarga muscular que me produce el peso de los titulares de prensa cada día.
El gobierno, o el desgobierno, que de todo hay, consiste, cada día mas, en lanzar titulares para que los gobernados/desgobernados perciban que existe una clase política cuya existencia está justificada por las medidas que toman en favor de los ciudadanos, para minimizar sus riesgos y hacer máximo su bienestar, en la salud y en la enfermedad, en la actividad o en el desempleo.
Nadie parece reparar, sin embargo, en la sobrecarga muscular que a veces se produce en las espaldas de los ciudadanos, por un efecto perverso, cuando las buenas intenciones se convierten en titulares. Ahora tocan los titulares sobre el terrorismo. Es una amenaza para el sistema, nos dicen. Esta afirmación, en mi opinión, tiene una parte verdadera y otra falsa.
La parte verdadera es la amenaza. Es una amenaza cierta, como saben quienes han sufrido su zarpazo. Lo del sistema, en cambio, me parece una falacia. No existe tal sistema. La noción de sistema implica una cierta racionalidad, por el contrario lo que prima en las sociedades y grupos humanos que las constituyen es una práctica antisistema en la que quienes están arriba de la pirámide de poder arramblan con todo sin que nadie sea capaz de imponer límites a su instinto depredador.
Ese, y no otro, es el origen de la situación actual por la que atraviesan los distintos mundos que coexisten en el planeta, los avanzados, los emergentes, los atrasados. Un ejemplo reciente de esa actitud depredadora universal nos lo han mostrado las multinacionales farmacéuticas, que tuvieron la habilidad de convencer a la china de la OMS para que realizara un gira mundial, al estilo de los grandes grupos musicales, para vender sus vacunas, que ahora los gobiernos europeos están tratando de recolocar porque no les caben en sus botiquines.
Lo de la tan manoseada pandemia ha resultado ser una maniobra mas de los que están arriba para arramblar con todo, aunque se justifique por las cautelas de los gobiernos, con lo que sin duda ya contaban las compañías que han usado a la OMS como prescriptor de sus productos.
Los europeos vivimos en estados democráticos, pero eso apenas da para cambiar unos políticos por otros en cada legislatura, sin que unos u otros tengan capacidad de oponerse a la lógica del antisistema que opera mediante agentes de poder que escapan a las atribuciones de los Estados nacionales.
No somos europeos de la época imperial, ni ciudadanos del mundo todavía. Tal vez estamos en una transición hacia auténticos poderes capaces de hacer frente a las prácticas del antisistema, pero no tengo nada claro que, si tal cosa sucediera, fuera en beneficio de nuestras libertadas, y no derivara en algo mas opresivo todavía que los viejos Estados nacionales que, con sus limitaciones, aún son portadores de valiosos derechos individuales.
Para que no nos enfrentemos a la cruda realidad de la inexistencia del 'sistema', ahora los titulares ponen el énfasis en las amenazas terroristas. Siendo una amenaza cierta, sus riesgos, en términos estadísticos, por ahora, no alcanzan, ni de lejos, las consecuencias letales que conlleva el uso del automóvil, ahora reducidas en España por las campañas y las medidas de la DGT. ¿Cómo es que unos riesgos inferiores en términos estadísticos a otros que conlleva la vida social ordinaria obtienen un eco tan dramático en los titulares de prensa y en las medidas de seguridad impuestas por los países poderosos? ¿Porque es una amenaza al corazón del sistema? ¿Que sistema? No hay tal sistema.
Una ojeada a las biografías de algunos ejecutores de actos terroristas parece confirmar este punto de vista. Se nos habla de terrorismo islamista, vemos imágenes de fanáticos que se inmolan –unos descerebrados, pensarán algunos-- pero cada vez mas, quienes intervienen en actos terroristas son personas integradas en sociedades occidentales, como ocurrió en Gran Bretaña; a veces con formación superior, como el ingeniero hijo de un banquero del atentado fallido de Detroit.
El famoso atentado de las torres gemelas fue perpetrado por Bin Laden, cuya familia tenía negocios en común con la familia de Bush. Es decir, no se trata de gente manipulada, desinformada, sino al contrario, hiper informada, perfectos conocedores de como funcionan las relaciones de poder en los niveles mas altos.
Tal vez llegaron a la conclusión de que no hay sistema y los que están arriba de la pirámide de poder arramblan con todo. Cuando sintieron que arramblaban con lo suyo, reaccionaron violentamente. Reconocer la ausencia de sistema no legitima a nadie para poner bombas. Una cosa es la lucidez y otra la violencia. Cuando la información de primera mano sobre como funciona el verdadero poder en el mundo se combina con la violencia como método de intervención, entonces el riesgo de escalada terrorista se hace cierto.
Los Estados están obligados a combatir esa violencia, pero el único modo de erradicarla es poner un cierto orden en las relaciones de poder, sustituir la tendencia al uso irracional y sin limitaciones de ese poder, por un sistema que, por el momento, no existe.
Mientras se construye, a quienes no somos partidarios de la violencia, sino solo de la supervivencia, nos queda mantener nuestra postura hídrica, de espaldas a la ducha, para que los chorros de agua caliente nos liberen las espaldas de la sobrecarga de los dramáticos titulares que se ocupan del terrorismo. 'Una amenaza para el sistema'.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)7-01-10.
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