domingo, 22 de noviembre de 2015

EL MERCADILLO

Después de varios días sin añadir entradas al blog, hoy, al entrar en la aplicación, me encuentro con un aviso que dice, 'no dejes que bloqueen tu actividad en el blog', yo, la verdad, no he notado ningún bloqueo, ha sido pura galvana, pero por si acaso algún técnico a sueldo de Rivera merodea por aquí y no le gustan mis opiniones sobre el candidato de Ciudadanos, hoy pondré aquí un relato costumbrista, una crónica urbana.

Me dispongo a salir hacia el Mercado Central, para documentarme, y luego les cuento.

Hemos vuelto del mercado. Me ha llamado la atención al introducirnos en la marea humana que serpemteaba entre los puestos del mercado, y entre los vendedores ambulantes que carecen de puesto, pero no de ingenio para buscarse la vida aquí, la ausencia de un cartel que he visto repetidas veces en los mercados de Benidorm, 'Bragas, no se cambian'. Podría elucubrar sobre porqué este cartel está en unos mercados, y en otros no, pero no quiero enredarme con esto.

Hemos accedido al mercado por la plaza de la Merced, un lugar del mercado dedicado a la mercantilización de la cultura, con puestos muy grandes llenos de libros que tal vez se editaron hace veinte o treinta años, aunque nunca supimos de ellos, tal vez son sobras de las editoriales que ya no caben en sus sótanos.

Los manteros, por su parte, extienden en el suelo sus colecciones de cedés, una oferta musical ajena, supongo, a los controles de la Sgae, aunque conviene recordar que, no hace tanto, los directivos de la Sgae estuvieron inmersos, a su vez, en asuntos dudosos que pasaron por sede judicial.

Salimos de la Merced, y entramos en el Carrer de les Caravasses, lo primero que me sugiere este nombre es una receta que ha caído en nuestras manos, 'Arroz al horno en calabaza'. Si, en, no con, pues se trata de un arroz cocinado sobre una calabaza, no en cazuela de barro. Me ha parecido, como mínimo, original, aunque parece venir de una tradición muy antigua. Otro día me extenderé sobre esta receta.

La calle Calabazas estaba llena de gente, compradores y vendedores. Tambien aquí me ha llamado la atención una ausencia. En visitas anteriores recoonocí en esta calle la presencia de un capo de tercera que controlaba la distribución de perfumes de dudosa procedencia, el facilitaba a dos o tres novicias los frascos en pequeñas cantidades que ellas ofrecían al público femenino, mientras que el capo almacenaba la mayor cantidad del producto para su distribución, pero no lo ofrecía directamente al público.

Ese procedimiento, casi clandestino, me hizo pensar en el origen dudoso de esos productos. Hoy, sin embargo, tres o cuatro chicas tenían expuesto el producto sobre unas pequeñas tarimas, y no daban sensación alguna de clandestinidad. Por otro lado, la ausencia del capo, me hace pensar si estará en la trena, o ha cambiado de negocio y se dedica a la compra de oro.

Por lo demás, el ambiente del mercado era el típico de estos lugares, vendedoras con melenas espectáculares tintadas de rubio, dirigiéndose a las compradoras, -Guapas, que lo tengo todo bueno, bonito y barato, a tres euros, todo a tres euros, fabricado en España..

En un puesto, una compradora se fija en un acolchado ceñido, corto, --cuanto vale? --Son cincuenta euros Alguien del público que se agolpa en el puesto, dice, --igual que en el Corte. Claro, aquí como está tirado en el suelo parece que lo regalan..

Desandamos la calle Calabazas y nos detenemos en el puesto de plantas, flores, con una variada exposición de cáctus, y una muestra extraordinaria de color floral, una maravilla.

Salimos del mercado en dirección a Tapinería pero, al pasar cerca de Dr.Collado, encontramos una Big Band que transita por la calle Derechos, tocando Oh Machinin, nos unimos al pasacalle batiendo palmas y renunciamos a visitar Tapinería...

Cualquiera puede disfrutar de una mañana de mercado como esta, yo siempre lo hice, sin ninguna precaución pero, desde que me birlaron la cartera en Atocha, ahora la pongo en sitio seguro, antes de internarme en los mercados.

Llámenme desconfiado. Lo merezco, sí.

En fin. El Mercadillo.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 11 15.

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