jueves, 19 de noviembre de 2015

EL MONÓLOGO

No sé que hacer. Esta tarde tengo teatro, y he de presentar un monólogo del que todavía no he preparado nada. El profesor nos ha pedido que sea de un personaje histórico y que el nudo del monólogo sea la duda.

Después de tomar café al sol en la terraza de La Fuente, he tenido una ocurrencia, seré Alfonso XIII, en 1.931, cuando tiene que decidir entre marcharse voluntariamente del país, o no, después del triunfo de la República.

Como es una ocurrencia, no una recreación histórica, pues hay más cancha para la ironía, no?.

Esta tarde pediré que se apaguen las luces del escenario, pues aunque el monólogo tiene una carga histórica, transcurre ahora mismo, en el Monasterio del Escorial,donde descansaban los restos del monarca, desde que los trajeron de Roma, en 1.980,  hasta que yo he requerido su presencia teatral.

Alfonso: -"Creo que fué un error llamar a Primo, para que pusiera un poco de órden en este pais de locos, ahora todos me odian, están contra mí, y no solo ha caído el gobierno, también el régimen monárquico.

¿Que sentido tiene cambiar una monarquía, la mía, por una república, la suya, si buena parte del pueblo seguirá ignorante y hambriento?. Algo he debido hacer mal.

-La monarquía es la expresión de la autoridad suprema, desde los tiempos de la cultura clásica, antes, y después de que los griegos ensayaran la República de Platón, que duró muy poco. Somos nosotros, los monarcas, los que hemos prevalecido a lo largo de los siglos.

Porque, la República que es?, ya lo dice la expresión, la Res Pública, todos chupando de la misma vaca, sin distinción de rangos. Está muy bien, si la vaca da leche para todos, pero cuando no es así, y no suele ser así, aparece el conflicto, y la necesidad del órden, y en eso somos los mejores.

Pero lo que tiene mi ánimo obnubilado ahora no son las causas del proceso político que me ha traído hasta aquí, sino sus consecuencias y lo que debo hacer a partir de ahora.

 ¿Debo quedarme, reunir a mis partidarios, luchar en defensa del régimen monárquico, que solo yo represento, pedir al pueblo otra oportunidad y ofrecerle las ventajas que hasta ahora se le han negado, es decir, convertir el país en una monarquía moderna? Me creerán, después de haberles hecho soportar la bota de Primo de Rivera, a quien yo patrociné?

Estoy lleno de dudas, que alternativas tengo?

Podría abandonar al pueblo tan díscolo que me repudia y marchar al sur de Francia, frecuentar sus balnearios por la mañana, conversar con las dulces damas de la aristocracia europea, comer huevas de centolla a mediodía, visionar pelis porno por la tarde y  por las noches jugar partidas al Continental con mis fieles en los salones de los hoteles, pero, la verdad, no sé qué hacer.

Necesito consejo pero, de quién.. la mitad de mis fieles son ahora republicanos, y el resto me consuela y adula, pero no tengo cerca mente preclara alguna que me ilumine..

Temo que, en lugar de tomar una decisión racional, deberé abandonarme a mi instinto de Borbón, y que sea lo que Dios quiera.."

La luz del mausoleo volvió a lucir, la imágen fantasmal de Alfonso desapareció, y la historia cuenta que, por fin, decidió ir a ver cine pornográfico al sur de Francia, antes de marchar a Roma.

 En fin. El Monólogo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 11 15.

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