miércoles, 25 de noviembre de 2015

PORTADORES DE TIEMPO

He salido a por tabaco, una barra de pan y una ensalada Florette, porque hoy tenemos comida familiar y se nos ha acabado el verde. Al regreso, miraba con extrañeza a las gentes que pasaban por la calle, sin saber porqué.

Me han parecido portadores de tiempo, tal vez porque recordaba la cita de Kollebech que puse ayer en el blog, 'El presente no es un tiempo sencillo sino que alberga en su seno muchos estratos de tiempo en los que cohabitan lo contempooráneo y lo que no lo es'.

Y si este filósofo está en lo cierto, ¿donde están esos estratos?, en nosotros, me contesto de manera provisional, de ahí que esta mañana, al salir a la calle, haya visto a las gentes como portadoras de tiempo.

¿Porqué insisto en esto?, porque tengo la sensación de que cada vez que trato en el blog el asunto del tiempo cronológico, no consigo explicarme, por mucho que insista una y otra vez, porque, si el tiempo es algo fungible, inmaterial, los efectos de su paso son perfectamente visibles, sin que debamos confundir una cosa, su sustancia, con sus efectos.

El viernes pasado mi mujer sugirió llamar a unos amigos para ir, juntos, a ver 'el otoño', un concepto temporal, fungible, a algunos pueblos de las comarcas interiores, porque el mundo vegetal tiene la peculiaridad de mostrar los efectos del cambio estacional con una belleza espectacular, mientras que algunos humanos muestran en sus rostros, con arrugas y pieles ajadas, los efectos del paso del tiempo con un sentimiento de tristeza, o de resignación. Me pregunto si se les puede calificar de portadores de tiempo, o solo de sus efectos.

Al final, nuestros amigos optaron por que fuéramos a comer marisco a un restaurante de la playa, que regamos con un excelente Marina Alta, y, a causa de sus efectos, olvidé estas disquisiciones, que ahora retomo.

Hay una película, Fahrenheit 451, que ilustra perfectamente este concepto, portadores de tiempo. Seguramente ustedes la habrán visto, describe una sociedad en la que los sicarios de un poder autoritario se dedican a quemar los libros que encuentran en las bibliotecas de las gentes y un grupo de ciudadanos resistentes se internan en el bosque para recitar en un claro de la foresta, los textos de los libros que han sido quemados.

Me parece un ejemplo perfecto de la coexistencia de dos tiempos, el tiempo de la libertad, y el tiempo autoritario, en la línea de la sentencia de Kollebech. Asi, podríamos concluir que, sí, existe mas de un tiempo en el presente, y la expresión portadores de tiempo, tiene sentido.

Pero si recordamos a Casona, 'La Dama del Alba', que he citado en otros lugares del blog, --cuántos años tienes --setenta y dos --esos son los que no tienes, porque ya los has vivido, tienes los que te quedan por vivir, y esos, no sabes cuántos son..., la cosa cambia.

Nos devuelve así, Casona, a la naturaleza fungible, inmaterial, del tiempo, con lo que podría ser que no fueramos portadores de nuestro pasado.

Yo prefiero sentirme portador de lo mejor de mi pasado, de aquellos libros fantásticos de autores a los que leí hace muchos años, de los que aún conservo memoria, como Ulises, de Joyce, algunas de cuyas escenas aún puedo reconstruir, aunque el libro ya no está.

Esta forma de apropiación del tiempo me lleva a una nueva duda. No debería haber titulado esta página, el triunfo de la memoria, en lugar de portadores de tiempo.... No sé.

En fin. Portadores de Tiempo.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 11 15.

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