jueves, 26 de noviembre de 2015

VIENTO

He bajado a La Fuente a por tabaco y un viento huracanado sacudía las copas de las palmeras, y mi propia copa de ficus disfrazado. El viento es un fenómeno natural y no requiere de una página para ser glosado, pero el ejemplar de 'Levante' del martes pasado, que acabo de recuperar del revistero, lleva un gran titular que dice 'La ocupación de suelo en el litoral mediterráneo cambia el clima en Centroeuropa'.

Espectacular el titular, no. Aun capta más mi interés la letra pequeña, pues esa afirmación está basada en un informe solvente, científico, de personas e instituciones con mucho prestigio en el análisis de la evolución del clima.

No se si ustedes notarían en su momento que, desde que Al Gore publicó su documental sobre el cambio climático, surgió una potente corriente negacionista que calificó aquello de paparruchas y durante años se han esforzado en convencernos de que todo aquello era mentira.

Durante años he notado que ese negacionismo prevalecía, al leer las columnas del Meteo de 'Levante', en particular las de Montón, de quien afirmé en alguna ocasión que parecia que estaba pagado por las eléctricas, por el lobby contrario a las energías limpias.

Pues bien, observo desde hace algún tiempo que los negacionistas del cambio climático, han enmudecido. Prueben a encontrar en los medios alguna declaración que niege los efectos del cambio climático, si acaso encontraran alguna que le quita hierro a esos efectos, pero negarlos, ninguna, aparte la tontería aquella del primo de Rajoy, que parece que ha desmentido después el propio primo.

Hasta China, una potencia mundial que, por razones economicistas, quería permanecer al margen de los grupos de países que comienzan a tomarse el tema en serio, ha dado la vuelta a su posición, y es posible que se convierta ahora en uno de los países mas beligerantes contra el cambio climático.

No es para menos, pues se ha confirmado un aumento de las temperaturas medias a nivel planetario de un grado y, al parecer, si ese aumento llegara a los dos grados, el proceso podría ser irreversible, y las medidas que se puedan tomar, ineficaces.

Que les voy a contar que no sepan, este otoño se está manifestando como uno de los mas raros desde que se dispone de información meteorológica y el hecho de que el clima centroeuropeo se vea afectado por la ocupación de suelo en el literal mediterráneo, confirma que el cambio ya no es solo cuestión de algunas islas del pacífico que se están hundiendo, sino que los europeos estamos, ya, en el centro del problema.

Todo empezó con la revolución industrial, desde entonces el progreso de los aparatos productivos está produciendo, a la vez, trastornos en el clima, pero al igual que somos los causantes de esas anomalías, está en nuetras manos resoverlas.

Ahora que los negacionistas ya no están para impedir las soluciones, es de esperar que surjan de los diverso foros que se ocupan del tema. Hay que desear que esas soluciones lleguen antes de que el aumento de la temperatura media global alcance los dos grados.

Interrumpo la entrada para salir al mercado a comprar la materia prima para la cena de nochebuena. Bocas, gambas, rojos, los ahumados para la ensalada y el sorbete ya los compraré, el cordero ya está en el congelador.

El viento sigue siendo muy violento. El viento es un fenómeno natural, la temperatura también, pero ahora sabemos que ha subido un grado, debido a la actividad humana, ya nadie lo niega, y que esa variación produce efectos en los climas de diversas latitudes, y que esos efectos están en relación con episodios extremos, cada vez mas frecuentes y más destructivos.

Quien no quiera verlo, que no lo vea, pero que no obstaculice la tarea científica de quienes si lo ven.

En fin. Viento.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 11 15.

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