jueves, 11 de febrero de 2016

ELECTRA

Según la mitología griega, Electra, hija de Agamenón y Clitemnestra, presente junto a Orestes ante la tumba de Agamenon, fraguó una venganza familiar. Este espíritu vengativo de Electra no casa con la visión idealizada que ofrecí ayer de la cultura clásica griega, cuando sugerí que, en caso de que las bolsas se vayan al carajo y los bancos quiebren, deberíamos volver a formas de organización social como aquellas, sin sistemas financieros.

Me desdigo de esas afirmaciones, por una razón absolutamente tonta. Resulta que ayer firmé un contrato con una compañía eléctrica cuyo nombre me ha recordado el del mito griego y después de leerlo en su integridad en casa, esta mañana he ido corriendo a la oficina de atención al cliente de la compañía, para romperlo.

Sucede que mi mujer lleva algún tiempo recabando información, haciendo consultas, sobre la posibilidad de ahorrar en el recibo de la luz. En una de esas visitas preguntó por tarifas privilegiadas para mayores de 65 años, y nada, pero cuando la señorita, en una de esas visitas, vió la factura de la luz, que nos están facturando a 15 céntimos el kilovatio, nos indicó que hay tarifas nuevas a 6 céntimos el kilovatio y nos ofreció la firma de un contrato que incluía esa ventaja.

Bien. Firmamos enseguida. Luego, al llegar a casa y leer el contrato, bastante largo, en su integridad, descubrimos que nos oblga a un pago fijo mensual por un servicio de mantenimiento y que ese pago mensual es equivalente al ahorro en el consumo que nos iba a suponer el nuevo contrato.

Sentíamos que Electra, o como se llame la compañía que nos suministra la energía desde hace ni se sabe, nos intentaba tomar el pelo, pues la señorita que nos informó de los ahorros, no mencionó, para nada, el pago mensual fijo que se los comía.

Total, hemos vuelto esta mañana a la oficina de atención al cliente, y hemos roto, en pedacitos, literalmente, el contrato.

Yo creía que la diosa de la Abundancia y Electra eran mitos de la cultura griega y latina, pero ahora mismo, en sl siglo veintiuno están, de momento, los bancos, la abundancia, o la escasez financiera, y Electra, o como se llame, la diosa de la energía inagotable que derrochamos a unos precios, por lo menos, raros.

Debo confesar que mi mujer y yo hemos pasado una noche de nervios, pensando en como nos dejamos engañar estúpidamente por Electra, y con la inquietud de si esta mañana podríamos eludir el engaño, rompiendo un contrato que ya habíamos firmado.

No nos han puesto ninguna pega. La señorita ha pedido mi dirección de correo elctrónico por si en algún momento puede ofrecernos una mejor oferta, de paso le he dado la del blog por si quiere visitarlo.

Tengo otro pequeño problema. Esta tarde voy a teatro, vamos a ensayar el espectáculo que se ofrecerá en el Aula el 8 de marzo. Yo hago de hombre mono, pero aún no tengo disfraz. Contaba con una sábana vieja de color marrón, pero está en la basura. Me gustaría encontrar un tejido con textura peluda, pero no sé cómo ni donde.

El miércoles, en la comida familiar, comuniqué esta inquietud. Alguien dijo, ¿porqué no sales en pelotas, con el culo tintado de rojo?. Yo argumenté, no creo que el profe admita algo tan exhibicionista, además en caso de hacerlo así, seguro que el juez demente que trincó a los titiriteros me manda a la cárcel.

No es que me preocupe demasiado, con los criterios que se siguen ahora, pronto la cárcel estará habitada por gente interesante. Lo malo, lo que me aconseja no hacer nada exhibicionista es que, si acabo en la cárcel, no podré hacer los viajes del Imserso.

En fin. Electra.

LOHENGRIN CIBERLOHENGRIN) 11 02 16.

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