sábado, 20 de febrero de 2016

LIBRE MERCADO

He bajado a La Fuente en esta magnífica mañana de sábado, soleada, sin viento, con una temperatura muy agradable y mientras tomaba un café, de excelente calidad, a un precio razonable, en su terraza, me han venido a la memoria los abusos en los precios de otro establecimiento similar en la pedanía de El Saler, que no voy a nombrar.

Entonces, entendiendo que esa capacidad de elegir entre distintas y numerosas ofertas es una peculiaridad de la libertad de mercado, he pensado dedicar la página de hoy a esa forma del capitalismo, el libre mercado, no sin antes recomendar a los usuarios próximos que visiten la Tapería La Fuente, Av. de la Plata, 41, 46013 Valencia, (frente al parque de bomberos), www.taperíalafuente.com, que me parece un ejemplo positivo de esa fórmula mercantil.

Los millones de consumidores españoles pueden considerarse afortunados por la existencia, en nuestro país, de cientos de miles de establecimientos de hostelería repartidos por pueblos y barrios de ciudades, pues esa oferta extensa y diversa garantiza, por los efectos de la libre competencia, que, cualquiera que sea el local en el que entres, incluso si no lo has visitado nunca antes, la probabilidad de salir con la impresión de que has sido bien tratado, y contento con la relación calidad precio de los bienes consumidos, es muy alta.

Un ejemplo de lo que digo es la cena que compartimos anoche con Lola y Antoni, en un restaurante de la periferia de Russafa, que no conocíamos de visitas anteriores. Dos ensaladas, una con verdura, naranja, pollo y tostoncitos de pan, otra con queso de cabra y otras fruslerías. Dos raciones de huevos rotos, una con jamón, otra con berenjenas, dos raciones de solomillo con una salsa muy elaborada, dos croquetones de bacalao, de tamaño familiar, con su all i oli para quien lo quiso, unos postres suculentos, tartas de queso, de chocolate, una buena cerveza incluída en el menú, Alhambra, café para Antoni, en fin, que no faltó de ná, y un trato amable y humorístico de quien nos atendió, que sugirió, de broma, al ver que habíamos liquidado todo el menú, si queríamos un taper para la paella.

No recuerdo el nombre del restaurante, pero está en Pintor Salvador Abril, y hace chaflán, lo digo porque esta cena, quizás demasiado abundante, nos costó 15E por barba. Libre mercado.

En cambio, los mismos millones de consumidores que gozan de esta libertad de mercado, cuando se trata de proveerse de energía eléctrica, gas natural, telefonía o agua potable, están en manos de unos pocos suministradores, en algun caso se cuentan con los dedos de la mano, es decir, se trata de una estructura de oligopolio, no de libre competencia, pues, en el caso de que quieras escapar de uno de estos suministradores, porque consideras que te ha hecho una putada, inexorablemente vas a parar a manos de otro, que te trata igual o peor.

A diferencia de los bares donde la diversidad de la oferta te permite elegir con gran libertad, aquí te tienen atado unos cuantos, sin posibilidad de escapar. ¿Porqué esto es así?

Hemos de hacer una reflexión histórica, de los tiempos en que todavía existían los Monopolios del Estado, las compañías nacionales que se encargaban, en exclusiva, de la telefonía, del agua, las eléctricas ya estaban diversificadas entre unas cuantas empresas, como ahora, pero sujetas a un política centralizada.

Eso no solo sucedía aquí, la economía centralizada de la Urss anterior a Gorbachov funcionó también con monopolios estatales. La caída del muro de Berlín supuso un cambio en los postulados de la economía y la política, se impuso el liberalismo, se condenó para siempre la intervención del Estado en la economía, y la consecuencia visible, ahora, de esas liberalizaciones, es que los suministros básicos en nuestro país, energía eléctrica, gas, telefonía, agua, están en manos de un pandilla de amiguetes, y en la antigua Urss, ahora la Rusia de Putin, en manos de una pandilla de mafiosos. Libre mercado?

Llama la atención que en los discursos de los políticos neo conservadores, de cualquiera de ellos, se trate de Esperanza Aguirre, o de Cameron, se hagan loas a la libertad, sea de mercado, sea de decisión de los consumidores, o de países enteros para decidir si se quedan o no en la UE, como el caso de UK, y se silencie, sistemáticamente, la falta de libertad de eleccción de los millones de consumidores que viven en Europa, sometidos a la dictadura férrea de los oligopolios.

Por eso, cuando bajo a la Fuente a fumar un cigarrillo al sol en su terraza, mientras tomo un café de primera calidad, a un precio razonable, soy consciente, en ese momento, solo en ese momento, de ser un feliz consumidor disfrutando del libre mercado.

En fin. Libre Mercado.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 20 02 16.

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