miércoles, 3 de febrero de 2016

LA TELE

Regresé, ayer tarde, del Aula de Teatro, un tanto decepcionado por el resultado de la sesión, no tanto por los contenidos de lo que hicimos los alumnos, sino por la actitud del profesor. Es un buen profesional, licenciado en arte dramático, con experiencia como figurante, actor y cantante, pero desde los tiempos en que se puso en escena 'Cantando bajo la lluvia' en otro centro, un espectáculo en el que participé, aunque se me rompió el paraguas, he seguido al profe en los distintos centros en que ha dado clase y observo su trayectoria declinante.

De aquel centro, el del musical, salió por piernas huyendo de un conflicto entre un grupo de alumnas, que creían que debían ser ellas las que dirigieran el Aula, en lugar del profesor designado para ello. Sospecho que aquel conflicto marcó su necesidad de establecer claramente el terreno entre su jerarquía y las veleidades del alumnado.

Tal vez por eso, ayer, después de estimular a los alumnos para que aportaran ideas, textos, personajes, para el espectáculo que vamos a presentar en el Aula el día de la mujer, los desautorizó por completo, con el argumento de que uno de los personajes de una compañera, Lola Flores, fué un icono de la tele del franquismo, que él nunca ha incluído, ni incluirá en sus espectáculos, y que nada en los textos ni en las situaciones de la propuesta del alumnado contiene algo que pueda entenderse como una reivindicación en favor de la mujer.

Podía haber dicho algo antes, para indicarnos sus preferencias, pero no lo dijo. A continuación hizo una pregunta, ¿que pensais de las mujeres? Yo contesté, --al margen de Clara Campoamor y la Curíe, no voy a  decir nada públicamente de lo que pienso de las mujeres, sean espigadas o redonditas, rubias o morenas, porque sería demasiado psicalíptico.

Lo cierto es que mi actuación de ayer consistió en hacer de hombre mono. Cuando andaba con las piernas encogidas, los brazos colgando y la cabeza hacia arriba, mientras mi garganta intentaba imitar los sonidos de los simios, el profesor me interrumpió, --no andes así, no te vayas a lesionar otra vez.

Lo de lesionarme otra vez se debió a que, en la clase anterior, mosqueado con la actitud del profesor, que me había dado un corte varias veces, fingí una lesión para retirarme del escenario, y tan bien la fingí, sujetándome la rodilla con la mano y mirando al techo con un gesto de dolor que el profesor me creyó, sin percatarse de que fue un acto de protesta contra su actitud en el aula.

Ahora, recordando esa actuación, y mi representación de un simio, escogiendo un papel sin texto, como rechazo a los textos del profe, que me parecen deleznables, concluyo que mi nivel actoral, después de tantos años de frecuentar el Aula de Teatro, ha crecido, mientras que la tarea docente del profe, debido a tantos años de repetición, se ha empobrecido, hasta el punto de convertir el Aula en un puto karaoke, que es a lo que nos dedicamos ahora, en cada sesión. Para mayor escarnio, la tarde de ayer concluyó con el visionado de unos videos del profe, que no venían a cuento, para nada.

En fin. Decepcionante. Ustedes me dirán, ¿porqué sigues yendo al Aula?. Me lo estoy pensando, a ver si cambia esa tendencia decadente y la cosa mejora.

Cuando regresé de la clase de Teatro, puse la tele, para olvidarme de la sensación decepcionante que traía. Todas las emisoras, todas, emitían la misma obra de teatro. Ese sainete con el rey de  protagonista y los primeros actores de cada partido político dando discursos que cualquier espectador teatral puede interpretar como la representación, mas o menos afortunada, de sus personajes.

Me llamó la atención, en primer lugar, Pedro Sánchez, el candidato del PSOE, un personaje cuyo mayor perfil actoral es la contradicción. Un tipo que un día dice una cosa, al otro la contraria, que hace promesas que no puede cumplir, y que, a pesar de la firmeza al expresar sus argumentos, no puede evitar que la huella que deja en el espectador sea, sobre todo, su ambigüedad.

De Rajoy no voy a decir nada, ya se ocupa la prensa cada día, con pelos y señales, nombres y juzgados, de en que consiste la estabilidad que garantiza el PP, que nos vende en cada una de sus actuaciones ese político que, como mi profesor de Teatro, tal vez está demasiado tiempo en lo suyo, y necesita una temporada de reposo.

El problema político que tiene España actualmente, del que se ocupan todas las televisiones a la vez, no es nuevo. Basta fijarse en la época del turnismo, Cánovas y Sagasta, Sagasta y Cánovas, en la época de la resturación monárquica, para encontrar una similitud entre el reparto sucesivo del poder entonces, y el predominio del PSOE y el PP, desde la restauración de la democracia formal, que aquí se llamó transición.

Encuentro un paralelismo entre la lógica fatiga de los dos partidos que han ejercido el poder, en los últimos años muy malamente, y la decadencia creciente que observo en el Aula de Teatro y es que el poder, cualquier poder, sea el poder político para gobernar un país, como el humilde poder de la autoridad del aula, desgasta, por mucho que Andreotti dijera que el poder desgasta, sobre todo, a quien no lo tiene.

En esta comedia puesta en escena simultáneamente ayer por todas las teles, el personaje que mas miedo me dió, fué Rivera, porque al fin y al cabo parece la nueva marca de nuestra derecha de toda la vida, pero ya renovada, cargada de energía, dispuesta a darnos por el culo a los de siempre, con nuevas formas.

De Iglesias, ¿que voy a decir?, creo que es el mas teatral de todos, pero eso no debería hacernos olvidar que Podemos es un partido horizontal que tiene su fuente en el 15M, que es falso todo lo que cuentan sobre su radicalismo, sus conexiones con estados extranjeros. Hay una campaña indecente, en la que Antena 3 es el máximo actor, basada en algo tan simple como la asistencia de ciertos políticos a actos en el extranjero, que trata de impulsar el miedo al cambio que, sin embargo, ignora  que  millones de electores ¿todos radicales?, han confiado su voto a Podemos,  y es probable que, si toda esta pantomima que mostraron ayer las teles termina sin acuerdo de gobierno y hay nuevas elecciones, ese electorado 'radical' aumentará, a la vista de las chorradas que están diciendo los payasos, gilipollas, malos cómicos, que participaron en la fiesta televisiva de ayer.

En fin. La Tele.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3 02 16.

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