jueves, 8 de noviembre de 2007

GARCÍA FERRANDO Y ELCAMBIO CLIMÁTICO

He bajado al Maravillas y, mientras tomaba café, he encontrado entre las páginas del diario Levante a un viejo conocido, a quien debo agradecer que un artículo suyo sobre la Fórmula 1 en Heliópolis me impulsara a abrir este Blog, que inauguré con una réplica a sus argumentos, que me parecieron faltos de rigor.

Escribía este señor que ese evento deportivo sería bueno para el conjunto de los ciudadanos, y yo maticé que los intereses y las preferencias de los ciudadanos no son homogéneos, que unos estarían a favor, y otros en contra. Como el resultado de las elecciones se decantó en favor de las fuerzas políticas que patrocinaban esa idea, no he vuelto a abrir la boca porque, aunque mi posición no ha cambiado, hay que aceptar los resultados democráticamente expresados.

Es la segunda vez que cito las inconsistencias de este científico, --después de todo, un catedrático de sociología es, en ocasiones, un científico social-- que de vez en cuando contribuye con sus artículos en ese periódico local a agredir las ya disminuidas inteligencias de los lectores, demasiado degradadas por las tonterías interesadas que a veces se publican. Lo hago para devolverle el favor, pues es sabido que las opiniones ajenas pueden contribuir, a veces, a que tomemos conciencia de la falta de rigor argumental de nuestros escritos, y a mejorar la congruencia de los siguientes.

El asunto esta vez va del cambio climático. Después de machacar a Al Gore, este ecologista de nuevo cuño, argumenta que los problemas del cambio climático deben ser acometidos por las asociaciones vecinales y no por figurones como Gore, y nos convoca a unos seminarios sobre el tema patrocinados por unas oscuras fundaciones. He buscado en la hemeroteca digital, sin encontrar rastro alguno de la preocupación de esas dignas instituciones por el asunto del clima, ni siquiera por el medio ambiente ciudadano cotidiano, gaseoso, acústico o territorial.

A mi, la verdad, Gore me parece un encantador de serpientes muy bien pagado, que exige verdaderas fortunas por hacer sonar la flauta, pero dudo que sin su talento para el espectáculo, los esfuerzos de investigación y consenso en las conclusiones de la plataforma científica que está detrás de su actuación, hubieran encontrado el necesario respaldo en la comunidad internacional para que se le preste a esa cuestión de interés supranacional la atención que merece.

En cuanto a las organizaciones vecinales, estoy de acuerdo, siempre que se precise que entre esos vecinos, buena parte de los cuales ya contribuimos al reciclaje, está la familia Roig, que contribuye con miles de toneladas de plástico cada día, con la política de envases de Mercadona , al problema de los residuos, y también nuestra oronda alcaldesa quien, con su contumacia maníaca en la política de circo, que deja en mantillas a su antecesor Nerón, no cesa de traer aviones acrobáticos, y permite aumentar sin cesar la contaminación acústica, en un denodado esfuerzo por merecer al premio a la ciudad mas ruidosa de Europa, del que sin duda seremos acreedores todavía mas cuando los bólidos del otro circo, el de la Fórmula 1, tomen la ciudad, en lugar de sacar los coches del centro urbano.

Les invito a que respiren, cualquier sábado a las seis de la tarde, la mezcla gaseosa que flota en la calle de Colón de Heliópolis, mientras miles de vehículos privados emiten un puré de CO2 cuya densidad es dolorosamente perceptible Yo lo he hecho y me ha parecido que el grado de contaminación en situaciones como esa es elevadísimo y que las mediciones medias que se hacen no reflejan la gravedad de la situación.

Es verdad que los vecinos, en vez de elegir usar su coche para ir al centro, podrían resolver esta situación optando, por ejemplo, por el transporte público, pero no es menos cierto que nuestra rotunda alcaldesa tiene en su mano la vara de mando para resolver esa situación y no lo hace.

En consecuencia, el argumento de que son los vecinos quienes deben cuidar el medio ambiente, con ser cierto, tiene la enorme debilidad de silenciar las fuentes contaminantes mas importantes, las políticas energéticas, las políticas de envases, la regulación, o la falta de ella, del tráfico urbano --en nuestro caso, uno de los mas caóticos, sin que se tomen medidas efectivas que en otras ciudades han demostrado su eficacia-- y, sobre todo, no puede desconocer que la política que practican aquí quienes son votados una y otra vez es una política de circo, ajena por completo a las decisiones necesarias para hacer una ciudad habitable, es decir, un espacio para los ciudadanos, no un icono del marketing urbano, que sirve para ganar elecciones, pero deteriora cada vez mas las condiciones de su habitabilidad.

Sospecho que el súbito interés de García Ferrando por el asunto del cambio climático, y su propaganda de los actos convocados por esas oscuras fundaciones, coincide, no por casualidad, con la llegada del buque de Green Peace a nuestro puerto, y está patrocinado por intereses mezquinos hostiles a esa visita. Eso si que es una verdadera organización ecologista. Les suena, no? Pues las autoridades portuarias de Heliópolis han hecho lo imposible por impedir el atraque de su buque insignia. Habrán pensado, no sin razón, que vienen, no solo a hablar del clima, sino a denunciar los desmanes que la derecha política valenciana ha permitido, o perpetrado, en nuestro ámbito geográfico.

En fin. Las tonterías que este sociólogo escribe, son tan fácilmente rebatibles, que aburre hablar de ellas. Creo que debería reservarlas para el estricto ámbito de sus amigos, a los que sirve, para no deteriorar mas las disminuidas inteligencias de los lectores, entre los que, ocasionalmente, me cuento.

Lohengrin. 8-11-07.

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