jueves, 25 de septiembre de 2008

GENTE CORRIENTE

Hernández, profesor de Sociología y Antropología Social, se ocupa hoy, en la página 3 de “Levante”, de la incompatibilidad social de los valencianos, que los hace encuadrarse en banderías algo irreconciliables y que el profesor atribuye a su distinto bagaje emocional. Tal vez, por eso, en el Parlamento de Heliópolis, cuando unos hablan, otros no escuchan.

El grupo popular en las cortes se ha negado a frenar el gasto corriente, que se llama así para distinguirlo de las inversiones, pero también podría interpretarse como el uso de los recursos públicos para atender las necesidades colectivas de la gente corriente. Una parte de esos recursos se destina, directamente, a las necesidades públicas de los ciudadanos, mientras que otra cubre las retribuciones de quienes han sido elegidos para administrarlos.

Es una lástima que, quienes han dado esa información del debate parlamentario, no hayan precisado que parte del pastel va a los administrados, y cual se destina a los administradores. Como la oposición ha propuesto la congelación de los salarios de los administradores, o la reducción de los cargos públicos, solo con esa información objetiva podríamos entender si esa propuesta de la oposición es el chocolate del loro, como afirman los populares, o se trata del Moet Chandon de los administradores, como parece sugerir la oposición.

Con esta mezcla de churras y merinas, esta inclusión de los privilegios de sus señorías en el mismo saco de las necesidades colectivas de la gente corriente, la verdad, uno no sabe a que atenerse, por lo que se ve obligado a reservar su opinión.

Contrasta esta opacidad informativa con las noticias tan claras y explícitas que vienen del otro lado del océano financiero. Al parecer, la tan traída y llevada crisis financiera internacional, comienza a dejar de serlo, para derivar hacia el thriller policíaco, con la intervención, nada menos que del FBI, en las corporaciones financieras estadounidenses intervenidas por el gobierno de Bush.

El término crisis comienza a ser sustituído por el de fraude.Un fraude gigantesco, en todo caso, con un alcance universal, como no podía ser menos a causa del marco globalizado de la actividad financiera y la ausencia de fronteras y controles.

En menor escala, Heliópolis no está al margen de otras actividades presuntamente fraudulentas, con el mismo perfil de cine negro, al autorizar el fiscal anti corrupción la intervención de la policía judicial que se ha personado en distintas entidades bancarias de Castellón, con el fin de obtener información directa de las cuentas bancarias del señor de la alianza del norte que gobierna esa provincia afgana, cuyas señas de identidad son de todos conocidas.

Después del debate parlamentario en las cortes de Heliópolis, esas en las que mientras unos hablan, otros no escuchan, dicen que Camps ha salido reforzado y ha ido en seguida a la fábrica de acuñación en bronce de los perfiles de barones del partido, para supervisar personalmente la ultima emisión de su perfil.

Hará bien en conservar su colección de medallas pues, a la vista de su estrecha asociación con el señor de la alianza del norte, y las tribulaciones jurídicas por las que se adivina que tendrá que pasar éste, ni todas las medallas del mundo serán suficientes para salvar el perfil político de Camps de las salpicaduras que le pueden caer encima si los policías, los fiscales y los jueces hacen por fin su trabajo, con total independencia de presiones e interferencias ajenas, y su socio político queda, como el Rey aquel, desnudo frente a sus electores.

Aunque es posible que todo esto no interese a la gente corriente, a la que le queda la buena noticia, que yo comparto, de que podrán suavizar el efecto del encarecimiento en sus hipotecas, mediante una deducción fiscal autonómica en su próxima declaración de impuestos. No es lo mismo que escaquear, presuntamente, seis millones de Euros de sus declaraciones fiscales, pero algo es algo.

En fin. Gente corriente.

Lohengrin. 25-09-08.

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