jueves, 11 de septiembre de 2008

LA POLÍTICA INVERSA

En tiempo de crisis, algunos pensamos que las personas mas desfavorecidas, por su vulnerabilidad, necesitan mas del paraguas de la protección social, que es uno de los pilares que justifica la existencia del Estado. El Gobierno de Heliópolis, como demuestran los hechos de su política cotidiana, actúa como si pensara la contrario. El modo tan singular en que está aplicando la Ley de Dependencia en esta comunidad, lo caracteriza como uno de los gobiernos mas insolidarios de todo el país.

Estando su presidente Camps, y el Conseller de Bienestar, Cotino, tan vinculados a la Iglesia y al Opus, instituciones en teoría tan compasivas, uno piensa lo que podría suceder si ambos políticos carecieran de los valores cristianos que se les suponen y se le pone la piel erizada.

No se trata ya de la foto que hoy publica “Levante” en primera, en la que aparecen dos personas dependientes, una de ellas con las dos piernas amputadas, a las que se les ha negado la ayuda prevista en la Ley, ni de lo que se relata en las páginas interiores sobre los miles de cartas que se han enviado a los solicitantes denegando esa prestación social. Se de fuente directa que a otras personas, que han estado recibiendo una ayuda social equivalente durante diez años, ahora se les ha retirado, sin que sus circunstancias personales y de salud hayan cambiado.

Si se les retira ahora la ayuda, será porque se considera que no la merecen. Si es así, alguien tendrá que explicar porque, durante diez años, se han estado dedicando recursos a unos fines que no eran prioritarios. Si no es el caso, tendrán que explicar su cambio de criterio. Si se trata de que la aplicación de la Ley exige que se soliciten de nuevo las ayudas antiguas, que lo digan, y que las prorroguen para no dejar en la indefensión a los antiguos beneficiarios. Pero estos señores, los políticos que nos malgobiernan, no explican nada. Los miles de cartas envíadas denegando la ayuda a los nuevos solicitantes, según el periódico citado, notifican la negativa, pero sin argumentarla.

Es lo que tiene la derecha local, prefiere la autoridad a los argumentos. Cada vez que se les ha pedido que den cuentas de las muchas sociedades mixtas o participadas que han creado para eludir la transparencia exigible a las cuentas públicas, se han servido mas de la autoridad que de los argumentos, para dar largas y mantener el oscurantismo. Cada vez que ha sucedido uno de los grandes eventos a los que son tan proclives, nos hemos quedado sin conocer los números que han acompañado esas iniciativas públicas.

Así, con ese oscurantismo, esa falta de transparencia, ese gobierno, que debiera ser un modelo de probidad informativa, se queda a merced de los rumores. Como el insistente rumor que divulga que la Generalitat no tiene ni un duro. Que se han gastado todo lo que tenían, y lo que no tenían, en una serie de actuaciones ajenas a los presupuestos. Y que esa, precisamente, es la razón de que, ahora, no puedan atender las solicitudes previstas en la Ley de Dependencia. --Señores, no hay un duro, vuelvan después de la crisis.

La política inversa es un método para empobrecer mas a los pobres y favorecer a los ricos, y no es exclusiva del gobierno de Heliópolis. En los campamentos mineros, las compañías concesionarias disponían de tiendas de alimentación y suministros, y los precios que practicaban les permitían recuperar casi todo el salario que pagaban a los trabajadores.

Trabajé en un compañía exportadora, en los ochenta, y el apoderado, una persona de la confianza del empresario, era el primero en acceder a los sobres de la nómina, y extraía de ellos una especie de impuesto revolucionario, algo relacionado con los aumentos del convenio y las condiciones particulares de cada uno, que era su modo de contribuir a enriquecer al patrón, empobreciendo a los trabajadores. Fue la primera vez que fui consciente de la existencia de un Robin Hood, al revés, o sea, la política inversa.


Ahora, el gobierno de Heliópolis toma la bandera de aquel Robin Hood inverso y, en tiempos de crisis, se muestra decidido a restar recursos con destino a los mas débiles, como una contribución original a las necesidades sociales mas perentorias. Con ello, mas que un gobierno, parece una entidad financiera. Ya se sabe que, los bancos, te dejan el paraguas cuando hace sol, y te lo retiran cuando llueve.


Ese es el gobierno que la mayoría de mis conciudadanos quieren, pues lo están votando durante mas de un decenio. Esperaré hasta las próximas elecciones, si todo sigue igual, tendré que pensar en marcharme a otra parte. Y ustedes, ¿que piensan hacer?


Lohengrin. 11-09-08.

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