martes, 9 de septiembre de 2008

SEPTIEMBRE II

He bajado al Maravillas y al preguntarle a Tony por las estadísticas de la barra, me ha contestado que las cifras de lo que ha transcurrido de Septiembre, no solo han caído en picado, sino que el componente de servicios a crédito ha crecido de un modo escandaloso. Descontada la exageración que siempre está presente en su valoración de la marcha del negocio, “está la cosa mu mal” es la muletilla que siempre emplea, parece que ese indicador es el reflejo de una tendencia mas general en el sector de las economías de servicios.

Así como la basura, las toneladas recogidas de menos, son un indicador fiable del descenso en la actividad económica, las estadísticas del bar Maravillas parecen indicar un empeoramiento relativo en el estado de las economías domésticas del barrio que repercute en los negocios de servicios establecidos en su entorno. No se puede extrapolar, así, sin mas, lo que sucede en el barrio que, por su carácter periférico, tal vez ofrece unos índices de pobreza mayores que otras zonas urbanas, por eso hay que acudir a cifras mas generales para encuadrar los datos locales en una realidad mas amplia.

Los medios de comunicación han divulgado que en España hay nueve millones de pobres. Nueve millones de pobres no se improvisan de un día para otro. Hace falta una persistencia meticulosa en los sistemas de exclusión social para fabricar una cifra así. Marcelino Camacho, ¿recuerdan? estuvo años repitiendo, en su tiempo político, que había ocho millones de pobres. No hace tanto, compartí una jornada de comunicación interactiva, en la que actué de animador del cotarro, pregunté a los asistentes, muy cercanos a organizaciones y proyectos de atención y reducción de la pobreza, y la cuantificaron en ocho millones y medio.

Es decir, que de los nueve millones, tal vez se pueden atribuir quinientos mil nuevos pobres añadidos en los últimos años, a los que ya existían de antiguo. Los indigentes están incluídos en esa cifra, pero no todos los pobres están en estado de indigencia. Los indigentes no tienen nada, los pobres no tienen suficiente, que es distinto.

En aquel coloquio al que asistí como moderador, en un barrio periférico de extrema pobreza, aporté un documento de 1.646 en el que el poder real pedía a las autoridades locales que realizaran un censo de la población y precisaba de manera expresa, que no se incluyera a los pobres. Al menos, ahora, los contamos. Parece un progreso. Es un progreso. Ya se sabe que, la primera condición para resolver un problema, es el reconocimiento de su existencia. Pero parece bastante complicado que un sistema basado en las desigualdades, consiga reducirlas. Las cifras indican que se avanza en los diagnósticos, pero no en las soluciones. Dicho de otro modo, la velocidad del rodillo de las desigualdades avanza mas deprisa que los efectos de las políticas para reducirlas.

En España, el porcentaje de indigentes y pobres sobre el total de la población está próximo a los niveles de abstención que se registran en las consultas electorales. Que los especialistas en sociología electoral saquen las conclusiones, yo, solo señalo el hecho, aunque me parece significativo.

Con estas pinceladas, solo trato de ilustrar las tendencias que pone de manifiesto el transcurrir de la primera decena de septiembre en nuestro país, pero esa visión queda coja si no miramos un poco mas allá. En Estados Unidos, la Reserva Federal acaba de inyectar unos doscientos mil millones de dólares en las dos entidades mas importantes dedicadas al crédito hipotecario, para impedir su quiebra.

Lo de la economía financiera norteamericana es de juzgado de guardia. Parece el juego de la pirámide. Primero conceden masivamente créditos hipotecarios sin considerar suficientemente la solvencia de los deudores. Luego endosan esas hipotecas en forma de títulos negociables en el sistema financiero mundial, con el consiguiente quebranto para la banca europea, sobre todo la inglesa y la suiza. Ahora salvan el culo de lo que parece a todas luces una estafa monumental con dinero público. A continuación, claro está, emitirán bonos del estado que colocaran en economías ajenas para obtener los recursos que les permitan tapar el agujero. Si eso no es una estafa piramidal, ya me dirán que es.

Del mismo modo que en nuestras propias economías hay desigualdades que generan pobreza, en las relaciones de poder internacionales operan otras desigualdades, a nivel de Estados. Unos van de listos, con el apoyo de su poder e influencia a nivel mundial, y a otros nos toca el papel de tontos, pero así como a los pobres, por lo menos los contamos, no se de ninguna relación de países tontos sometidos al dominio de los listos, aunque sospecho que pocos países europeos estarían fuera de esa lista, en el supuesto de que se formalizara.

Para que no sean todo desigualdades y pobreza, el gobierno de Heliópolis ha tenido la lucidez
de promover la contratación de la cantante Madonna, que actuará este mes por aquí. Madonna, ese animal energético, invulnerable a la debilidad y al paso del tiempo, que seguramente se machaca cuatro horas diarias en el gimnasio, paradigma de la voluntad triunfante, cualesquiera que sean las circunstancias o la coyuntura, nos inspirará la conducta que debemos seguir ante las dificultades.

Con ese estímulo, y adquiriendo la costumbre china de practicar el tai chi en los parques públicos antes de comenzar cada jornada, tal vez nos convirtamos en una nación pujante, resistente a las dificultades, optimista y positiva, tal como predican nuestros políticos mas creativos.

Lohengrin. 9-09-08.

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