sábado, 16 de mayo de 2009

YES, WE CAN NOT

"Obama restablece los tribunales militares de Bush para los presos de Guantánamo”. He leído este titular de Levante, mientras tomaba un cortado en el Maravillas. He dedicado a Obama varias páginas del Blog, “Sueños” (7-06-08), “Obama y la poesía” (26-10-08), “Sin noticias de Obama” (21-01-09), y alguna mas que no he localizado, pero cuyo contenido, en lo que afecta a esta entrada, citaré de memoria.

En esas páginas expresé algunas ideas, que ahora parecen mas actuales, “los límites de los sueños no están en lo soñado, residen en el soñador”. La necesidad de conciliar la poesía y el pragmatismo para una acción duradera que permita realizar, al menos, una parte de los sueños. Una reflexión sobre el liderazgo en USA. La necesidad de no confundir la sensación de poder que proporciona la respuesta a los conjuros, de los crédulos, los inocentes, de las gentes de buena fe, con el poder real, en manos de otros que nunca se dignan aparecer en público. En algún lugar he evocado la primera reunión de Obama con los jefes del Pentágono como un paradigma de las contradicciones entre la poesía y el pragmatismo, entre la realidad y el sueño.

Yes, we can not, parece una contradicción en los términos. Casi nadie está libre de contradicciones, pero cada uno las afronta como puede. En el caso que nos ocupa, parece que Obama ha afrontado esta contradicción en particular por el procedimiento de la marcha atrás.

Anxel Vance, en su columna de hoy en Levante, dedicada al fútbol y al Estado, nos regala una frase de Walt Whitman. “¿Me contradigo? Pues si: me contradigo”. Asumido que la mayoría de las personas somos seres contradictorios, solo nos queda adoptar una postura frente a esta realidad. La mía es elemental. La vida es demasiado corta para hacerla mas amarga intentando superar todas las contradicciones que nos afligen. Prefiero reconocerme y quererme como un ser contradictorio, sin excluir que en determinadas situaciones me esfuerce por superar algunas de mis contradicciones, que morir en el intento de alcanzar la máxima coherencia en mis actitudes y comportamientos.

La chamán que me ayuda en el asunto de dejar el tabaco ha conseguido que odie el tabaco. El rubio. También ha conseguido que recupere el placer de fumar tabaco negro. Una contradicción. Pero es que la vida suele ser así, contradictoria. Ayer pasé un día asqueroso por seguir al pie de la letra sus instrucciones y fumar un tabaco que no me gusta, Pall Mall, algo horroroso, especialmente el paquete azul.

Hoy me he gratificado desobedeciendo sus pautas. He sacado un paquete de Ducados negro de la
máquina, y me lo estoy fumando a mi aire, sin ningún control. La chamán ya nos advirtió de que sufriríamos la tensión entre el tirón de los viejos hábitos y el esfuerzo por instalarnos en los nuevos.

Me niego a dejarme llevar por ningún sentimiento de culpa, porque haciendo el balance de las dos semanas últimas observo que el resultado es positivo, y la descarga de tensión que supone escapar por un día del control férreo que yo mismo me había impuesto, muy probablemente me dejará en condiciones de continuar el proceso, liberado ya del efecto negativo de una exigencia excesiva.

“¿Me contradigo? Pues si: me contradigo” Gracias Walt, por ofrecerme una vía para sobrevivir a mis contradicciones.

El caso de Obama es distinto. No se trata, en realidad, de contradicciones, sino de relaciones de poder. Al enfrentar la poesía con el pragmatismo, Obama, de quien afirmé en algún sitio del Blog que era, sobre todo, un pico de oro, ha optado por el pragmatismo, por su reconocimiento de la realidad, de los raros equilibrios que hay que practicar para moverse, sin caerse, sobre el frágil hilo que sostiene las relaciones de poder.

Aquí también tuvimos un poeta pragmático, Felipe González, quien tuvo que combinar el verbo florido con las cuestiones de Estado, y acabó asumiendo el famoso proverbio del gato. Ya saben, gato blanco, o gato negro, lo que importa es que cace ratones. Después vino lo del Gal y todo lo demás.

Dada la influencia en el mundo de las decisiones de Obama, que a todos nos conciernen, mi sincero deseo es que se instale en el pragmatismo, pero un pragmatismo con componentes éticos. El color del gato, no es del todo indiferente. Lo importante es que, por cazar ratones, no se pierda esto de vista.

LOHENGRIN (DINAMIZARTE.COM) 16-05-09.

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