miércoles, 10 de junio de 2009

LA CHAMÁN

“Ayer fui a ver a la chamán. --La pista se me ha quedado corta, le dije. --¿Que quieres decir con eso,
contestó. --Pues, que no he podido frenar. Ha llegado el día D, lo del desembarco en Normandía, la toma de la Bastilla, el Palacio de Invierno, las elecciones europeas, señalado para dejar el tabaco y sigo fumando.

--¿Y que sensación te produce eso?

--Verás, primero me pareció un fracaso, luego un fracaso relativo y ahora, esa muleta tan extendida, el autoengaño, me permite pensar en un éxito relativo, y me siento de puta madre.

--Como es eso?

--Creo que lo he asimilado de los políticos. Sean cuales fueren los resultados electorales, ellos siempre consiguen sentirse relativamente exitosos. Oye, funciona.

--Y cuánto sigues fumando?

--Pues verás, desde que me llamaste después del día D he pasado por varias etapas. Al principio no fumaba casi nada, luego he tenido un par de días histéricos, desmadrados, pero mi cuerpo ha rechazado tanta nicotina, lo que parece un signo de que tu programa de desintoxicación funciona. Ahora estoy con tres o cuatro cigarros al día.

--Aún puedes dejarlo. Recuerda , son ocho sesiones, todavía puedes desengancharte.

(La chamán, en el mes aproximado que llevamos viéndola los distintos aspirantes a no fumadores, creo que la frase que mas ha repetido –consciente o inconscientemente-- es lo de las ocho sesiones. Y es que, claro, si todos hacemos como el empresario preocupado, que se rajó en la segunda sesión, a ver como va a facturar ella lo que ha previsto por el minicursillo. Hay que ir por lo menos ocho veces y apoquinar. A mi me parece bien, porque creo que es una buena profesional.)

--Veo que te interesa la psicología, me dijo ayer. (Me había dado un grueso dossier conteniendo textos pirateados de Freeman, con conceptos de psicología cognitiva-conductista, solo para apoyarme en él al tomar mis apuntes, pero yo me lo estaba merendando con la avidez de la lectura rápida, y me hizo mucha gracia la tipología de los pacientes que contenía. La mar de divertida. Me reconocí como el tipo crónico, alguien dado a que los demás le resuelvan sus problemas, en lugar de esforzarse el en resolverlos.)

--Hace veinte años, o mas, leí un libro de Watson,--contesté-- llamado como el Nóbel de Física, pero no era él, porque el libro iba de psicología conductista y me hizo aborrecer esa especialidad. Una amiga psicóloga que ha trabajado con internos de la cárcel de Picassent y junto a Montoro, el especialista en psicología del tráfico, cuando le nombro el conductismo me dice, !Pero hombre, eso está pasado de moda hace decenios! ¿No te jode? Conductismo! O sea, que soy consciente de que mi ignorancia de la psicología es completa.

--De lo que debes ser consciente, --siguió la chamán-- es de que el tabaco distorsiona la percepción de las necesidades corporales. Cuando fumas demasiado, como tu, cuando tienes sed, o hambre, tu adicción te induce a pensar que lo que tienes son ganas de fumar. Eso es lo que has de trabajar ahora. Tienes que aprender a disociar las falsas llamadas de tu adicción, de tus verdaderas necesidades.

--O sea, altramuces..

--¿Como que altramuces? ¿Que quieres decir?

--Pues que, según tú, si cuando tengo ganas de fumar, lo que tengo en realidad es hambre, pues si me pongo un cuenco con altramuces en la mesa de trabajo, en lugar de un paquete de tabaco, pues, igual funciona.

--Bueno, yo no lo habría expresado así, pero, si, se trata de eso.

(En eso intervino el estudiante, para confesar que el también había fumado después de la fecha propuesta para dejarlo, aunque solo un cigarro de vainilla)

Fue entonces, aprovechando el largo discurso de la chamán, quien se dirigía en exclusiva al estudiante, cuando aproveché para meterle mano al dossier que tenía en mi poder, y así pude enterarme un poco de la significativa diferencia entre la psicología cognitiva, que no se lo que es, y la conductista que, en el fondo, tampoco supe nunca lo que era.

Lo que saco en limpio de todo esto es que esta mañana he bajado al Maravillas, he sacado una cajetilla de Ducados negro de la máquina, y en lugar de fumármela entera, como antes, me he fumado solo un cigarrillo y el resto del paquete se lo he regalado a Toni. No hace mucho tiempo, procedía de otra manera. No compraba tabaco, para no fumar, y luego sableaba a todo el mundo. Claro, la gente me miraba con prevención. Ya está aquí el gorrón este, y yo fumaba mas. Ahora me miran como a una persona magnánima, desprendida, altruista, un poco como a un primo, porqué no decirlo, pero, de momento, solo fumo un pitillo al día. Aunque luego me como un cuenco de altramuces.”

En fin.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 10-06-09.

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