martes, 2 de agosto de 2011

TELEVISIÓN AUTONÓMICA

He bajado al Maravillas, sorteando ramas caídas en el suelo, yo creía que a causa de la última tormenta, pero me han dicho que no, que cayeron por su propio peso. En la página 3 de 'Levante' se escribe sobre la necesaria reestructuración (1.000 empleos menos?) de RTVV, una decisión política que, para los lectores poco informados, parece que cae por su propio peso.

(...)
Las cifras que motivan esa futura decisión, son elocuentes, 1.241 millones de deuda, 1.139 millones de patrimonio neto negativo, según informe de la Sindicatura de Comptes. Sin embargo, esas cifras son, en mi opinión, la mitad de dramáticas de lo que nos quieren hacer creer. Si consideramos la importancia de los mismos parámetros en la EMT, la Empresa Municipal de Transportes, que también es un servicio público, la cosa se relativiza, claro que, transportar viajeros es algo mas aséptico políticamente que conducir noticias. Cuando, además, se conducen de modo torticero, el escándalo público está servido.

Asistí de cerca a la creación de la Televisión Autonómica, porque conocía al grupo de profesionales que fueron pioneros en su creación y desarrollo inicial. Entre quienes hacían televisión en Aitana, la delegación territorial de Televisión Española, se reclutaron los primeros ejecutivos que pusieron en marcha el invento, y uno de ellos, luego director de explotación, venía a casa a reparar el televisor.

El primer director de Producción que tuvo Canal 9, fue un colega y amigo con el que estudiaba economía en la universidad pública. Aceptó ese puesto, en lugar de la dirección de TVV, que también le ofrecieron, porque vio claro que, al ser un puesto de confianza, su desempeño sería breve, como le ocurrió a Rafa Cano, otro profesional procedente de Aitana, con formación de arquitecto, que fue el primer director de la emisora.

Esa relación de amistad y camaradería, me ha permitido una proximidad con los
entresijos de la televisión autonómica que, me parece, ofrece una visión mas informada de su realidad que la mera lectura de periódicos.

Desde ese conocimiento cercano, opino que son dos los factores principales que explican la situación actual de TVV --de la radio no opino. Una lectura detenida de la evolución de la deuda, magníficamente representada en el gráfico muy claro de 'Levante', informa de que la mayor parte de esa deuda se ha generado en los últimos ocho años. En la primera mitad de ese periodo, todavía no existía la dramática disminución de los ingresos de publicidad que han afectado a todo el sector audiovisual. Estimo que el crecimiento de la deuda de ese periodo se debe a la práctica fraudulenta continuada de externalizar la producción, teniendo medios propios para hacerla en casa, sin ajustar la plantilla propia a esa externalización.

La crisis económica general, y la específica de los medios audiovisuales, con sus efectos de drástica disminución en los ingresos publicitarios, coinciden con el incremento de deuda en el último período.

Dado que este embolado que ahora se quiere echar sobre las espaldas de los trabajadores, coincide con las dos últimas legislaturas de gobierno Popular en Heliópolis, parece elemental que nuestro flamante dimisionario, que ahora va en coche oficial y disfruta de secretaria, --y se sienta en la bancada al lado de Rita Barberá quien, además de ejercer en la política, parece siempre una buena actriz representando el papel de ogro en un relato infantil-- además de jactarse de su honorabilidad y honradez, deberá asumir la responsabilidad política del fiasco de TVV, que ha estado a su personal servicio en los últimos ocho años.

Durante ese tiempo, han sido vomitivas las tertulias políticas y los espacios formalmente culturales que han servido de vehículos para una censura férrea del pensamiento ajeno, pero no siempre fue así.

Hubo un tiempo, en que el segundo canal de TVV, Punt Dos, ofrecía programas muy dignos, que trasladaban la inquietud por el medio ambiente, la ciencia y el arte, sin connotaciones sectarias. En el primero, programas mas populistas como el de Joan Monleón, aquel de la paella, hacían las delicias del público menos exigente, con unos indices de audiencia muy notables.

¿Como se ha llegado a la situación actual? En mi opinión por una combinación de mala gestión deliberada, vinculada a oscuras contrataciones con productoras externas, y por la crisis general del sector audiovisual. Lo que me eriza el vello es que, un tipo como Jaraba, un pelagatos que, cuando lo nombraron para la dirección de RTVV tenía líos con Hacienda porque no pagaba sus impuestos, sea quien va a poner en práctica, al dictado del amo, la reestructuración anunciada.

El nombramiento de Jaraba, en su momento, respondió a la mas estricta expresión de la jerarquía mafiosa. Si pones en un sillón a alguien que te debe un gran favor, te aseguras su obediencia y docilidad durante el tiempo de su mandato.

No digo yo que no sea necesario un cierto ajuste de plantilla en un ente como RTVV. Telefónica pasó de 70.000 a 30.000 efectivos humanos en su momento. Pero es un caso distinto. Visité la oficina de Telefónica en Pintor Zariñena, hace unos años, y me sorprendió ver que por cada tío que trabajaba en un ordenador, había un jefe que no daba golpe. También pude ver que la mayoría de los liberados sindicales se pasaban la jornada en el bar tomando cubatas.

No estoy seguro de que sea el caso de TVV, pero no estaría mal iniciar la reestructuración cargándose al director, modificar los estatutos para hacer lo propio con el Consejo de Administración, y con los asesores, en su caso, una fauna omnipresente en nuestra administración, y confiar la gestión a un comité de profesionales y técnicos de la casa, con experiencia demostrada en el sector audiovisual.

El personal de TVV, al menos el técnico, trabaja una semana y libra otra. Tal vez los tipos cortos de vista de Price Waterhouse --los conozco, los he visto de cerca trabajar-- con una visión simplista piensan que eso justifica reducir la plantilla a la mitad. No es el caso. Los horarios extendidos de emisión, exigen largas jornadas continuadas, que deberían ser retribuidas con horas extraordinarias. El sistema de turnos y libranzas le ahorra a la empresa una cantidad enorme de dinero por ese concepto.

Luego está el problema de la audiencia, reducida a un escuálido 4,2%, responsable directa de la baja en los ingresos de publicidad. Esto no lo arregla una reestructuración de plantilla. En realidad, la solución del fracaso colectivo que es RTVV, no imputable a toda la colectividad, sino a una parte muy determinada que es la que manda en todo, debe ser abordada por una comisión parlamentaria en la que estén presentes todas las fuerzas políticas, no por un director de mierda del que solo cabe esperar que, cuando, en su momento, haya que cribar la plantilla, lo haga aplicando reglas mafiosas de favoritismo y afinidad, en lugar de criterios técnicos y profesionales.

Los sindicatos pueden comenzar a afilar sus dientes, si no quieren que, finalmente, sea eso lo que suceda.

En fin. Televisión Autonómica.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 2-08-11.

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