Según mi viejo Espasa, altruismo es el esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos puramente humanos. Compte, el filósofo que primero lo definió, designó así al estado de espíritu que ofrecía como el bien mayor el vivir para los otros.
No tengo papel y boli a mano, así que de Wikipedia solo consulto una breve nota, porque esto de los enlaces no se me da bien. Desde un enfoque psicológico, el altruismo conlleva una pérdida del yo. Los altruistas encuentran, según este enfoque, su sentido de vida en algo ajeno a ellos.
Esta última característica del altruismo es la que me interesa, por una experiencia personal que me ha llevado a investigar este aspecto de la conducta humana. Si el altruismo implica un interés por lo ajeno, es lógico suponer que en las relaciones personales con propios y ajenos, la comunicación es un factor esencial, pues en modo alguno se puede ejercer la pulsión altruista si no se sabe con quien, si no se recaba información sobre los otros, sobre sus circunstancias y sus necesidades, que permitirá al altruista solidarizarse con las desgracias, limitaciones o debilidades ajenas.
Ignoraba todo esto cuando he sufrido un imprevisible ataque de cólera. Hay un fondo colérico en mi carácter pero, raras veces se manifiesta, porque va en el mismo paquete que la introversión que me caracteriza, así que pocas veces se hace explícita.
Suelo ir todas las semanas con mi mujer al mercado, y para mi es una excursión agradable, me encanta el colorido de los puestos de verduras, esas cosas, quienes siguen el blog, lo saben.
Hoy es uno de esos días, pero al bajar al portal, mi mujer se ha entretenido con el hijo de una vecina, para saber de la salud de su madre, veinte metros mas adelante se ha vuelto a detener para saber de otra vecina, su familia, y su perra.
Íbamos hacia el estanco, que pilla de camino hacia el mercado y yo, con tantas detenciones altruistas para saber de los otros, y con un mono endiablado de tabaco, me he largado sin decir nada, hacia el estanco, presa de un ataque de cólera y renegando por la pulsión altruista de Encarna, que antes que cuidar de ella misma, porque el sentido de su vida siempre está en los otros, pone su atención en los demás.
(...)
Este rasgo de su temperamento hace que cuando alguien muy próximo tiene algún problema, ella lo sienta en su propia carne, lo he visto muchas veces, y lo reconozco como un sentimiento altruista porque nos conocemos bien, lo que no termino de comprender es que ese sentimiento se extienda a todo el mundo con quien se encuentra por la calle.
Digo a todo el mundo porque ella conoce a todo el mundo, con todo el mundo se para para saber de sus vidas, hablo de
vecinos, compañeros de actividad, amigos y conocidos. Podría parecer que esta actitud está relacionada con la de los alcahuetes, pero no es así, este otro tipo de preguntadores disfrutan convirtiendo en chismes lo que oyen, mientras que el altruismo encuentra su sentido de vida en lo ajeno, para incorporarlo a su sentido solidario, no para satisfacer otras pasiones mezquinas.
Entiendo que mi perplejidad ante el ejercicio del altruismo extendido, esta mañana, se debe a que mi temperamento no es altruista, sino egoísta, no es extrovertido, sino introvertido. Así como el altruista prescinde del yo para volcarse en los otros, desde hace mas de cuatro años yo no hago otra cosa que hinchar el yo, con casi dos millares de páginas escritas con esa clara finalidad.
Podría pensarse que esta insistencia en el yo es bastante común entre quienes escriben, pero, no todos los que escriben lo hacen en primera persona, y muchos de los que escribimos ya teníamos un ego desmesurado antes de hacerlo.
En mi caso, sospecho que la rudeza de mi temperamento respecto a los otros, tiene su origen en la rama de mi familia
que quemaba encinas en la sierra de Espadán para hacer carbón, y mi aprecio por el altruismo , con las matizaciones que hago hoy, viene de la otra rama familiar de anarquistas utópicos no violentos, que, a su modo, soñaban con una utopía que tiene mucho de altruista.
Pero mi reflexión de hoy, aunque centrada en el altruismo y el egoísmo, después de mi reacción colérica de esta mañana, me lleva a dos consideraciones. Una, si no será la paradoja lo que mejor define el comportamiento humano.
Dos. Si dos personas, una altruista, otra egoísta, pueden concertar y compartir sus vidas, gracias a un alto grado de compatibilidad entre los demás aspectos de su carácter.
Dos preguntas que yo no se contestar. Si alguien lo sabe,
puede contestarlas vía comentarios.
En fin. Altruismo.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7/03/13.
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