martes, 19 de marzo de 2013

DIMISIONES EUROPEAS

Estamos tan ocupados pidiendo las dimisiones de Rajoy, el gallego decimonónico, Montoro, el payaso, Guindos, el lobista financiero, Mato, la destructora de la Sanidad Pública, Cospedal, la reina del cinismo y los discursos ininteligibles, Fátima, la ministra devota de la Virgen del Rocío, a quien confía la solución del desempleo, o el ministro de agricultura, rey del petróleo, las subvenciones al lino y, pásmense, el medio ambiente, que se nos ha olvidado que las dimisiones mas urgentes, después del fiasco de Chipre, son las de los torpes que administran ahora la desunión de Europa.
(...)
La Unión Europea fue edificada sobre un montón de carbón y acero que sobró después de la tragedia de la segunda guerra mundial. Monnet, Schuman, de Gasperi y Adenauer, entre otros, fueron los encargados de cerrar las heridas históricas de aquel conflicto y su edificio de sueños comenzó a tomar forma en base a los mercados, que  eran tan salvajes como ahora, dando nombre a ese intento unionista, bajo la advocación de esa sagrada figura, el mercado común europeo, que con el tiempo prescindió de aranceles y fronteras para crear un espacio común, no solo de negocios, sino de convivencia, hasta que tropezó con el obstáculo de la moneda única y las economías divergentes, que, puestas a prueba por la crisis financiera, nos han traído adonde estamos ahora. 

Durante ese largo proceso que ha durado mas de medio siglo muchos progresos se han hecho evidentes, entre otros, las fronteras abiertas, para las personas y los capitales, dentro del espacio europeo, y las garantías para los ahorradores de cantidades que no excedan de los cien mil euros, algo que, según los entendidos figura en los estatutos comunitarios. 

Ahora, la torpeza de los muñecos que fingen gobernar la unión, el belga ? errante, el portugués cambiante, la sosias de Fátima Báñez, la inglesa que finge ser la comisaria de exteriores, desde una burricie aún mayor que la de Fátima, y una recua de Comisarios que se ocupan de las decisiones importantes, al parecer al servicio del nuevo orgullo alemán, cuya única intención parece ser reparar, sin pensar en las consecuencias,  la humillación histórica del proceso de Nuremberg, acaban de dejar en evidencia la mayor metida de pata desde que la Unión existe como tal, el intento de expropiación indiscriminada de los depósitos bancarios de los chipriotas, ciudadanos comunitarios, no se olvide, aunque entre esos depósitos estuvieran los de inversores rusos.

En un titular visto esta mañana mientras bajaba a tomar café, he leído que las autoridades comunitarias, ampliamente desautorizadas, ya han echado marcha atrás, dejando a salvo de su expropiación, acojonados por el efecto de rebote de esa barbaridad, aquellos depósitos que están garantizados por la propia legislación europea.

Pero, ¿como se puede ser tan burro para tratar de imponer algo que va contra la propia legislación garantista de la unión, en un asunto tan delicado como los depósitos bancarios? Se puede, al parecer, se puede. Y, ¿que debemos hacer los ciudadanos ante una demostración tan clara de torpeza, de incapacidad, de los dirigentes políticos de la Unión?, pedir su dimisión, ¿no?.

El poder alemán, Merkel, el BCE, y demás, deben decidir si desean permanecer en la Unión Europea, o prefieren salir del Euro, volver al marco, y tratar de instrumentar, desde esa independencia, una política imperialista europea.

El fiasco de Chipre les incapacita para tratar de ejercerla desde dentro de la Unión. Es intolerable lo que ha pasado, por no poner freno, a su debido tiempo, a los excesos de la dirección política de la Unión, desde los gabinetes alemanes.

Si todo eso lo hacen para garantizar la deuda que los países del sur mantienen con sus bancos, pueden haberse equivocado. La reacción lógica ante los abusos de la prepotencia alemana podría conducir, primero, a pedir la dimisión de las marionetas que han puesto para una conducción cómoda para sus intereses de las estructuras de la Unión. Segundo, y mas importante, a una quita de esa deuda, cuyos componentes de intereses abusivos y contratos oscuros, no se nos explican a los ciudadanos. 

El fiasco de Chipre y la desconfianza en el sistema que genera, nadie puede asegurar que no termine de esa manera.

En fin. Dimisiones europeas.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19/03/13.

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