sábado, 2 de marzo de 2013

BANCOS

Se nota en el ambiente un cierto resentimiento hacia los Bancos, en las manifestaciones populares se portan pancartas y carteles que así parecen expresarlo, pero es un rechazo genérico, sin nombres propios, como si la banca fuera una institución mecánica, ajena a la participación de las personas en su gestión.

'Levante' desmiente hoy esta sensación al presentar en la primera un titular que recoge la querella del FROB, algo así como el Fondo para la Reestructuración Ordenada? de la Banca, contra 25 directivos, familiares y grandes clientes del Banco de Valencia.

Podemos suponer así que ha bastado el concurso de apenas dos docenas de personas para cargarse un banco, lo que desmiente la figura de la mera institución financiera, abstracta y ajena, para resaltar el papel decisivo de la iniciativa personal en el devenir de esas instituciones.

Todo colectivo de personas incluye un liderazgo, y el hecho de que en todas esas querellas aparezca el nombre de Domingo Parra, a quien no tengo el disgusto de conocer, parece sugerir que era el jefe de la banda.

Del mismo modo, hay una institución en este país, el Banco de España, que con ese nombre tan simbólico, tan cargado de connotaciones sacerdotales, casi religiosas, y con la arquitectura de su sede, evoca un templo de las finanzas, algo disminuido su poder cuando nos apuntamos al Euro y el Banco Central Europeo pasó a ejercer parte de sus funciones, pero le dejó la de pastor que debía cuidar de sus ovejas.

Como en el caso del Banco de Valencia, se olvida que fue una persona, Fernández Ordóñez, su gobernador, la encargada de vigilar la salud de las entidades bajo su control. No voy a insistir demasiado en la nefasta gestión de Ordóñez, a la que ya me referí en la página Banco de España, hace años. Solo añadiré que, en mi opinión, en casi toda las familias mas o menos burguesas hay un hermano tonto, en las familias obreras no tanto porque, ocupadas como están en la supervivencia, no da tiempo para tonterías. A nosotros nos tocó el hermano tonto de los Fernández Ordóñez, al parecer, y a la vista están los resultados.
(...)
La reestructuración ordenada? que se atribuye el FROB ha producido, a mi parecer, algunos desordenes, como que esa entidad estafadora, Bankia, cuya estafa anunció con una campanita un tipo que ahora parece desaparecido, Rato, haya perdido 19.000 millones en 2012 (se les habrán caído del bolsillo, sin darse cuenta?) no sin antes perpetrar una de las mayores estafas financieras conocidas, por medio de la emisión de títulos preferentes, que han resultado ser papel mojado en los bolsillos de muchos inversores, mayores, y no tanto.

En alguna página del blog me he referido al origen de la palabra Banco, que ahora evoca grandes edificios marmóreos, si nos referimos a sus oficinas centrales, en cuyos patios hubo un tiempo en que se respiró una atmósfera solemne, de respeto al poder, y cuyos cajeros están ahora llenos de indigentes, cuando no inutilizados por la furia de los mas beligerantes. 

No siempre la actividad bancaria se ejerció en esos templos. Cuentan los que saben, que la actividad bancaria se inició en los bancos de los parques, donde los mas espabilados hacían transacciones al menudeo con los que se acercaban por allí. 

Así empezó todo, y claro, la evolución de la banca callejera hacia la banca actual, en la que los que se cobijan en los bancos, perdida su inversión o su casa, son sus clientes, no hubiera sido posible sin el impulso dado por las personas que, sucesivamente, la han dirigido. 

La noción de sistema, que tan útil resulta a quienes se cobijan detrás de esa abstracción, ha resultado muy efectiva para la ocultación de las responsabilidades personales en las prácticas destructivas de la economía y de la estabilidad financiera. Los manifestantes, mas o menos beligerantes, han insistido en dirigir sus protestas a entes mas o menos abstractos, como la banca, o el capitalismo en general.

Ahora, sin embargo, es el turno de los jueces. La justicia no entiende de categorías genéricas al exigir responsabilidades por conductas dolosas. Ninguna sentencia judicial hará referencia al sistema, sino que se ha de centrar, necesariamente, en la responsabilidad y la participación activa de las personas en acciones delictivas. 

Es el turno de los nombres, queremos saber que han hecho Domingo Parra, o José Luís Olivas, o Rato, para contribuir al hundimiento de nuestro sistema financiero autonómico, pero también demandamos saber que hizo, o no hizo debiendo haberlo hecho, Fernández Ordóñez, encargado de vigilar la salud del sistema financiero del país, con tan detestables resultados. 

Tanto las acciones, como las omisiones, que nos han traído adonde estamos, nos interesan, con nombres y apellidos. Es la hora de las responsabilidades personales, pasó la de la generalización de la palabra sistema. 

En fin. Bancos. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2/03/13.

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