sábado, 16 de marzo de 2013

JÚBILO

Recuerdo haber ido, hace unos años, a la Agencia de la Seguridad Social del barrio, para iniciar las gestiones para mi posible jubilación. El funcionario me dijo, usted se puede jubilar cuando quiera, ahora bien, si lo hace ya, perderá una parte de su prestación. ¿Donde hay que firmar?, dije, y firmé, porque de todas las decisiones que he tomado en esta vida, la de incorporarme al júbilo del tiempo libre y a la república de hacer lo que me de la gana, es la mas liberadora de todas las que me ha sido dado tomar.

Hay que decir que el funcionario contestó así porque según mi vida laboral había cotizado mas de cuarenta años y ese historial me concedía la gracia de la emancipación, como a los negros del sur de Estados Unidos por voluntad de sus dueños, antes de la abolición de la esclavitud, aunque solo tenía sesenta y un años.

Era lo que sucedía a los de mi generación, cuando uno había empezado a trabajar a los doce años y a cotizar a los catorce. No me parece un mérito, ni un demérito, esa precocidad en el acceso al mundo laboral, en un momento en el que las expectativas de estudiar se reservaban a las clases mas pudientes. Simplemente, vivíamos en otra época.

Cuento esto, porque la primera de 'Levante', debajo de una foto del papa Paco, lleva un titular que dice así, "La jubilación anticipada exigirá 35 años de cotización". Así como los de mi generación, casi todos tuvieron oportunidad de cotizar muchos años, por la precocidad en la incorporación al trabajo, veo muy remota la posibilidad de que los jóvenes que ahora tienen treinta o treinta y cinco, y están inmersos en una crisis de empleo que no se sabe cuanto va a durar, lleguen a alcanzar, no ya la jubilación anticipada, sino la jubilación a secas, lo que da motivo a algunas reflexiones.
(...)
La primera reflexión es que todas estas medidas que se nos van presentando poco a poco, desde hace algunos años, y que no parece que vayan a parar, para endurecer las condiciones de acceso a prestaciones derivadas de la vida laboral, tienen el propósito decidido por parte de los gobiernos que las impulsan, de conseguir a medio plazo que sean los planes de pensiones privados los que configuren la mayor parte de los ingresos futuros de los no activos, dejarán las pensiones públicas en niveles casi de beneficencia, con lo que los bancos, como siempre, salen ganando. 

El argumento que se nos presenta para justificar esta jugada financiera trilera es demográfico, la prolongación de la vida exige unos recursos de la caja de la Seguridad Social que todos los estudios técnicos indican que no son sostenibles a largo plazo. 

Hay una pequeña debilidad en este argumento y es que olvida las alternativas de financiación del gasto de las pensiones, que pueden tener hasta tres fuentes, los planes de pensiones, que pueden ser un complemento, no el monto principal, las cotizaciones, pero, sobre todo, los impuestos que puede y debe aportar un sistema fiscal progresivo que debe acudir, como ya ocurre en determinados países, por el ejercicio de la solidaridad intergeneracional, a cubrir las necesidades que esos estudios a largo plazo demandan.

Nos quieren engañar, asustar, tomar el pelo, con el coco de que la caja de la seguridad social se vaciará, como si no hubiera otras alternativas para financiar el gasto social, porque tenemos unas clases empresariales y bancarias roñosas e impresentables, que no pagan los impuestos que deberían, en su mayoría, gracias a las leyes que se hacen para eso. 

No parece ético recurrir a una fuerza de trabajo necesaria para la realización de plus valías empresariales en la actividad económica, y, encima, pretender que a través de los planes de pensiones, como fuente mayoritaria de financiación, se paguen ellos su subsistencia cuando ya no sean útiles para la vida laboral, pero es que nuestras clases dirigentes, en general, nunca asistieron a cursos de formación para saber que es eso de la ética empresarial.

Estamos hartos de medidas restrictivas de los derechos individuales y colectivos que decreta la derecha en este país desde que los mas numerosos, ya se ve que no los mas lúcidos, los votaron. Necesitamos, todos, que en lugar de medidas provisorias para lo que podrá suceder dentro de viente años, se hagan auténticos planes de choque para el empleo juvenil, y no tan juvenil, porque son las aportaciones de los ahora desocupados las que deben reforzar la caja de lo social, complementadas, si es el caso, con los impuestos de quienes deben pagar, y no pagan. 

No cuela, otra vez, lo de los planes de pensiones a la mayor gloria de la banca. Entre otras razones, porque quienes confiaron en ellos antes de la crisis, han visto reducidos sus ahorros a la mitad, por la crisis bursátil. No se olvide que el Ibex 35 estuvo en los 16.000 puntos y ahora está en la mitad, por no hablar de los planes de pensiones que las empresas públicas, ahora quebradas, suscribían en nombre de sus empleados. 

El trabajo, no es solo un coste, como repiten los imbéciles que solo hablan de productividad asociándola al trabajo, como si no existieran otros factores, capital, innovación, expansión territorial, economías de escala, tan determinantes como el trabajo para ser productivos. El trabajo es un valor, y las mejores empresas triunfan porque así lo entienden. 

El trabajo puede ser, también, una sensación de dignidad, de utilidad social, y no se puede negar a toda una generación nueva, la que está ahora en una franja de edad entre los veinte y los treinta y cinco años, la experiencia de realizar su vida en un marco laboral amplio, generoso en la retribución de sus capacidades. 

Dejemos a los países que basan su producción en el trabajo basura que lo sigan haciendo. A la mayoría de nuestras mejores empresas no les molestan. Son competitivas, porque tienen un concepto inteligente de la competencia y la productividad que nuestros legisladores miopes no entienden. 

Solo percibo un problema, que las alternativas de gobierno que deberían estar prontas al relevo de esas políticas mezquinas, no son demasiado visibles.

En fin. Júbilo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16/03/13.

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